La Asamblea Nacional, de mayoría opositora, aprobó la creación del Centro Nacional de la Comunicación, que servirá como "institución oficial de información" del gobierno interino que encabeza Juan Guaidó, jefe del Parlamento y reconocido como presidente encargado por más 50 países
El periodista en el exilio, Alberto Ravell, antiguo director de Globovisión y dueño del portal de noticias La Patilla será el encargado de dirigir esta instancia, que fue concebida, de acuerdo con el documento oficial, «para combatir la censura, la hegemonía y la manipulación comunicacional».
«La desinformación impulsada por el régimen usurpador impone la necesidad de un órgano oficial del Ejecutivo Nacional para confirmar la información necesaria sobre el acontecer de la transición, el Gobierno legítimo y las fuerzas democráticas que lo respalda», lee el acuerdo, aprobado durante sesión extraordinaria este martes.
La diputada, Olivia Lozano, en su intervención, respaldó la creación del organismo y el nombramiento de Ravell como su conductor, a quien calificó como un periodista «a carta cabal, demócrata y que ha demostrado su compromiso con la comunicación».
Lozano hizo, a su vez, un llamado a los trabajadores de Conatel, de los medios estatales y de Cantv (instituciones controladas por la Administración chavista) para que asuman lo que consideró «su responsabilidad como ciudadanos» y «liberen las comunicaciones».
«Que el Centro Nacional de Comunicación y el ciudadano se integren en un solo equipo, que podamos romper el cerco comunicacional del régimen, esto es un hito buscando cesar la hegemonía comunicacional«, concluyó.
La "Ley contra el Fascismo, Neofascismo y Expresiones Similares" fue presentada por Delcy Rodríguez, quien explicó que consta de cuatro capítulos y 30 artículos. Entre las prohibiciones del capítulo dos se incluyó "la constitución de organizaciones sociales o con fines políticos que se fundamenten en el fascismo" y también un apartado especial para regular redes sociales
"Consulta Popular" del proyecto de Ley que fiscaliza y regula la actividad de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) en Venezuela arrancó este viernes con énfasis en presunciones de que estas entidades sirven para financiar a partidos políticos opositores, reciben fondos del imperialismo, lavan dinero y son una amenaza para el sistema.
Sin incidencia en las decisiones reales, sin capacidad de dictar leyes que se vayan a ejecutar realmente y sin sentido político de la oportunidad, al menos, para estar presentes en los debates de fondo del país, esta Asamblea Nacional-2015 es una triste entelequia
