Venezuela

GNB profana iglesia Nuestra Señora de Fátima en San Cristóbal

Antes los hechos del 1 de mayo en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, en barrio Sucre, populoso sector residencial de San Cristóbal, estado Táchira, en donde la arremetida de un grupo no menor a 80 efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) lanzaron bombas lacrimógenas a las personas que se encontraban en medio de la celebración eucarística, el sacerdote Jairo Clavijo anunció que en los próximos días junto con el Obispo de la Diócesis, Monseñor Mario Moronta, se hará un acto de desagravio.

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Fotografía: Archivo

“Al templo llegó un grupo numeroso de individuos vestidos con uniformes de la Guardia Nacional. Mientras yo estaba repartiendo la comunión me doy cuenta que dos de esos individuos con armas largas se presentan a las puertas del templo”, narró el sacerdote Clavijo, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Fátima.

El sacerdote y la feligresía presente salieron a las puertas de la iglesia y les explicaron que tenían que salir del templo.

“La sorpresa fue cuando salimos y nos acercamos a las rejas de entrada, allí había un grupo de 40 motos y cada una de ellas era ocupada por una pareja de hombres. Uno de ellos con improperios y palabras soeces se dirigió a mí, a la iglesia, a la eucaristía. Yo le respondí que la iglesia era para todos y que yo estaba celebrando la eucaristía. Ese individuo me atacó con muchas más vulgaridades”, dijo.

Clavijo narró que en el momento que ocurrían los hechos, se acercó a él otro militar de la GNB.

“Vino otro militar, leí que era Ochoa, no sé si Teniente, Capitán o Comandante. Preguntó por el cura a pesar de que yo era bien identificable porque tenía mis ornamentos en la celebración de la santa misa. También empezó a decir improperios tan grandes como el otro”, agregó.

El párroco de la iglesia Nuestra Señora de Fátima relató que el militar de apellido Ochoa le indicó que entrara a terminar la misa, él ingresó de nuevo al templo y de inmediato se empezaron a escuchar muchas detonaciones y se sintió el gas lacrimógeno.

“Quizás no las lanzaron dentro del templo pero sí pudo ser en el estacionamiento y en la puerta de salida porque el viento trajo todo el gas al interior de la iglesia donde había un grupo aproximado de 200 personas, incluyendo niños y ancianos que se vieron afectadas de varias maneras”, aseguró.

La misa concluyó de manera no habitual (muy rápido) para evitar una situación peor que lamentar.

“La reacción fue sacar niños y ancianos primero por la parte posterior del templo, evitando que cayeran en asfixiados.

El sacerdote tachirense pidió a las autoridades nacionales e internacionales tomar las medidas necesarias para que estos hechos no se repitan más.

“No recibí atropellos físicos, hoy fue esta iglesia mañana será otra y pudiera ser peor. Se debe ejercer una acción, debe existir una medida preventiva. Tenemos que hacer un acto de desagravio al templo porque fue violentado directamente, eso es lo que establece el derecho canónico cuando se arremete contra un sitio sagrado”, indicó.

El sacerdote insistió en que se trata de un atropello directo a la iglesia porque de no ser así los militares hubieran llegado al lugar de manera decente a exponer los puntos de vista de lo que pudiera estar sucediendo.

“Ellos dicen que a la iglesia entraron dos o tres muchachos que estaban protestando. Yo estaba en el altar celebrando la misa. No puedo preguntar sobre la gente que ingresa, de dónde vienen y hacía dónde van. La iglesia es para todos, su entrada es libre”.

Rechazo unánime

Representantes del Frente Amplio Táchira expresaron su rechazo a las acciones y exigieron respeto no solo a la iglesia católica venezolana, sino también a los tachirenses, quienes siempre se han caracterizado por su devoción y apego a la religión católica.

“(expresamos) un contundente rechazo a las acciones de agresión y profanación en contra de la iglesia nuestra señora de Fátima. Repudiamos las acciones de un individuo que lamentablemente a nombre de una institución que pone en este momento en tela de descrédito por los atropellos cometidos”, dijo Beatriz Mora, vocera del Frente Amplio.

Los hechos fueron catalogados como “propios de regímenes comunistas” y aseguró que irán en escalada pero que la agrupación que aglutina las fuerzas políticas de oposición no va a permitir que se repitan.

“Hacemos un llamado al militar Ochoa a que tenga mucho cuidado porque el pueblo del Táchira, que es profundamente católico y creyente en Dios, no va a permitir que continúen estos atropellos”.

Mora precisó que “los gendarmes del régimen” continúan atacando a la población y que en diversas zonas del Táchira (barrio Rómulo Gallegos, El Diamante, Tariba) y otras zonas de la región la población ha sido agredida por la fuerza pública.

“Vimos cómo violentaron y atropellaron a una tachirense, a una mujer de la tercera edad. Ni se repetirá, ni quedará así, como tampoco la vulneración de los derechos humanos de niños, niñas y adolescente que se vivió en el templo de Dios y en las calles del Táchira”, agregó el Frente Amplio.

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