«Pese a todas las dificultades, Venezuela cumple sus compromisos, nuestros especialistas se encuentran en las bases donde se realizan las obras», dijo.
Según afirmó el funcionario en el marco de la Feria «Armia 2019» (Ejército 2019), que se celebra en las afueras de Moscú, la parte rusa suministra e instala el equipamiento y confía en que todo funcionará «en los plazos acordados».
«Continuamos cumpliendo el contrato. Tenemos una tendencia de trabajo, cumplimos los planes acordados con la parte venezolana», añadió.
Los plazos de entrega de la fábrica de fusiles de asalto Kaláshnikov en Venezuela han sido pospuestos en varias ocasiones debido a escándalos de corrupción y robos.
En abril pasado, la empresa rusa Rostec, encargada de las obras, inició una investigación tras detectar una serie de robos, según informó el jefe de la Fiscalía General de Rusia, Dmitri Demeshin.
El funcionario recordó que estas fábricas se construyen en Venezuela «en base a acuerdos de comercio exterior», y se trata de plantas de producción de municiones y fusiles.
El exsenador ruso Serguéi Popelniújov, cuya compañía estaba a cargo de la realización del proyecto, fue condenado por el robo de más de 1.000 millones de rublos (cerca de 16 millones de dólares).
La defensa del exlegislador alegó que las fábricas no fueron construidas en el plazo previsto debido a la altísima inflación que afecta a la nación caribeña.
El régimen de Nicolás Maduro es el mayor comprador de armas y equipamiento bélico ruso de América Latina, ya que Rusia le otorgó créditos para estas adquisiciones.
La cartera de contratos de cooperación técnico-militar entre Rusia y el chavismo asciende a 11.000 millones de dólares