Voceros de Fe y Alegría ofrecieron este viernes un balance del sistema educativo actual y propusieron un pacto social en defensa del derecho a la educación, para afrontar la emergencia humanitaria.
Luisa Pernalete, coordinadora del programa Madres Promotoras de Paz de Fe y Alegría, señaló que en la institución están «casados con la esperanza» y por eso presentan soluciones al país.
La propuesta es un pacto con la educación. «Sin educación no hay ni presente ni futuro, ni para los niños ni para el país».
Para Fe y Alegría es importante fomentar la resiliencia a través de una educación de calidad. «Que los niños puedan aprender y estudiar en medio de la adversidad. Necesitan pedagogía de la ternura y de la alegría”.
Dijo que el levantamiento y sostenimiento de los programas educativos no deben ser una tarea exclusiva de los educadores. Abogó por un compromiso del Ministerio de Educación en su aporte para mejorar funcionamiento del sistema educativo.
Agregó Pernalete que los centros educativos deberían formar ciudadanos. «Los niños deben saber, desde chiquitos, que tienen deberes y derechos. El país está absolutamente huérfano de ciudadanía”.
Programa Escuela
Noelbis Aguilar, directora del programa Escuela, dio lectura de la propuesta de Fe y Alegría para ante la compleja emergencia humanitaria. Aseguró que el proyecto nace desde la esperanza.
Enumeró entre sus objetivos disminuir las barreras que limitan la inclusión y la permanencia educativa, brindar herramientas a las escuelas para promover bienestar psicoemocional de niños, adolescentes, maestros y familias. También, tiene como finalidad mejorar los ambientes de aprendizaje y efectuar el seguimiento y monitoreo de los indicadores de permanencia.
El programa agrupa la red de centros educativos a escala nacional, constituida por 176 instituciones educativas que atienden los niveles de preescolar, primaria, media general y media técnica, además de las modalidades de educación especial e indígena en contextos de alta vulnerabilidad, urbanos y rurales.
Destaca Aguilar que el programa se desarrolla por etapas: preparación, respuesta rápida y estrategias de recuperación a largo plazo.
La preparación tiene la premisa de salvar vidas. Esta fase, según su directora, permitió levantar la data de cuántos niños no iban a clases y por qué causas, a través de entrevistas con familias.
«Una vez que se evaluaron esas condiciones que estaban afectando la permanencia escolar, Fe y Alegría decidió dar inicio a uno de los programas a escala nacional: el Programa Alimentario, presente en 76 centros educativos del país. Con este programa se beneficia a 45% de la población que atiende Fe y Alegría».
Acotó que existe un programa de vigilancia nutricional para monitorear el nivel nutricional de los niños y activar alertas que permitan atenderlos rápidamente.
Adicionalmente, Fe y Alegría ha creado programas preventivos con protocolos de agua, higiene y salud, así como protocolos de prevención de violencia, “sabiendo que en un contexto de emergencia, nuestra población está en un alto riesgo”.
Además propone priorizar el plan de estudios, la institución está haciendo “ mayor énfasis en la lectura y la escritura, procesos lúdico-matemáticos y valores humanos cristianos, con atención en lo psicoemocional y lo socioemocional”.
Conversaciones con el ministro
Rafael Peña, director del Instituto Técnico San José Obrero recordó que el próximo 7 de marzo se cumple un año desde que Fe y Alegría manifestó –en rueda de prensa- su preocupación ante la emergencia educativa.
En aquel momento, denunciaron el abandono del sector docente y el abandono escolar. «A la fecha, tenemos un año y cuatro meses en los que hemos hecho acción pública de diferentes formas, para dar a conocer la emergencia educativa que estamos enfrentando»
“El 16 de febrero de este año se cumplieron cuatro meses que el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, se comprometió con padres y personal docente para atendernos, escucharnos y dar respuestas a nuestros planteamientos”.
Docentes en riesgo
Peña dio un balance de la situación actual de los docentes y la calificó de precaria. “Sentimos que nuestra realidad no está siendo considerada”.
Una realidad que llegó al extremo del deterioro por las condiciones laborales signadas por los bajos ingresos salariales, el alto costo de los alimentos, la falta de transporte en zonas de difícil acceso, la falta de efectivo para pagar el transporte, los servicios básicos en los hogares que, por ejemplo, obliga a los buscar en otras zonas el servicio del agua. A esto se le suma la situación de cubrir gastos de medicina, cuando así requieran, y la dificultad para cubrir las necesidades básicas de ropa y calzado, ni para ellas ni para sus hijos.
“Un docente 4 que tiene más de 11 años de servicio, con una carga completa de 36 horas gana diariamente Bs 22.562,96. (…) En pasaje, si vive más o menos cerca del colegio gasta 20.000 diarios, usando cuatro transportes. Mensualmente, el sueldo de ese docente cuatro son Bs 451.250,20 y en pasaje gastó en el mes 400.000”.
En la actualidad, señaló, a un docente venezolano se le debe actualmente 280% de ajuste salarial no recibido desde el 2018 hasta enero de 2020.
Peña envió un mensaje al despacho de Educación. “Los colegios de AVEC (Asociación Venezolana de Educación Católica) somos aliados de la educación del país, y a pesar de la emergencia compleja seguimos comprometidos con la educación».
En ese sentido, dijo que desde Fe y Alegría consideran justo que se mejoren las condiciones del convenio del ministerio con los colegios de la AVEC, que se estudie el pago de la deuda pendiente por cancelar a cada docente y que se reconozca el tabulador salarial.
Luisa Pernalete, quien es también vocera del programa Madres Promotoras de Paz, aseveró: “Si decimos que tenemos que proteger la educación, debemos proteger a los docentes también. Esto no puede ser solo una labor del maestro. Un maestro que no sepa con qué va a comer o cómo se regresará a su casa después de su jornada de trabajo, debería ser dignificado y reconocido, porque sin maestros no hay escuelas”.