Los negocios de alimentos y comidas del barrio más grande de la ciudad cierran antes de tiempo debido a la poca afluencia de compradores debido a la escasez de productos básicos, los cuales son de mayor demanda
Petare, una de las parroquias más populares de Caracas, amaneció la mañana de este martes con bajo tránsito vehicular y flujo de personas. La gente poco a poco acata las medidas de confinamiento dictadas para prevenir la propagación de la pandemia del coronavirus en Venezuela. Sin embargo, otro factor influyó en la dinámica de la jornada.
La razón de la poca afluencia es que a la crisis que ya azota el país por la emergencia humanitaria compleja se le suma una escasez de alimentos en zonas desfavorecidas. En la zona, las personas no salen de sus hogares porque los locales comerciales no están lo suficiente abastecidos.
El coronavirus aumentó el caos que ya existía en la nación. La escasez de gasolina intensificó la crisis y como consecuencia gandolas que abastecen Caracas de alimentos no pueden hacerlo por la escasez de combustible.
Esto resulta en un golpe fuerte para los ciudadanos que, con los bajos salarios que ganan, buscan la manera de sobrevivir a la crisis comprando lo que les alcanza y lo que pueden para permanecer confinados y evitar el contagio del coronavius.
Aunque algunos abastecimientos de alimentos continuaban abiertos a media mañana, no contaban con alimentos que forman parte de la cesta básica familiar.
«No hay azúcar, arroz, aceite, harina de trigo, atún, pasta, mantequilla», se lee en un cartel en un local de Petare.
Abastos y locales de comida no cuentan con el suministro de alimentos, por ende el flujo de personas ha disminuido notoriamente y los dueños de los negocios se ven en la necesidad de cerrar a media mañana.
Algunos locales abrieron sus puertas burlando las medidas dictadas por el Estado para prevenir el contagio de la pandemia. Un ejemplo son las barberías, que no tienen permitido abrir hasta que culmine la cuarentena.
Sin embargo, trabajan diariamente para obtener ingresos durante el período de confinamiento.
El alcalde del municipio Sucre, José Vicente Rangel Ávalos se reunió con el denominado «Estado Mayor», grupos de de líderes vecinales del municipio fieles al régimen de Nicolás Maduro.
En el encuentro, Rangel Ávalos, así como miembros de las fuerzas armadas y los ciudadanos, estructuraron cronogramas de prestación de servicios públicos. En especial, el agua.
De la reunión se concluyó que los centros de salud tendrán la prioridad para la distribución del líquido.
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