Venezuela

Otro samán agoniza en Valencia sin que se sepa por qué

Vecinos y especialistas notaron que, una vez más, un emblemático árbol de Valencia está enfermo. Intentan salvarlo para que no muera, al igual que otro en 2020. Para ello han convocado a diversos especialistas

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Una vez más un samán se convierte en noticia en Valencia. Se trata de un árbol de esta especie emblemática para los venezolanos ubicado en la redoma de La Viña, al norte de la capital del estado Carabobo. De pronto comenzó a mostrar signos de enfermedad y se desconoce la causa.

Las hojas variaron su verdor, y eso lo notaron ambientalistas y habitantes que a diario pasan por la zona. De inmediato se activaron para evitar que muera, como sucedió con otro samán en la misma urbanización.

Esmeralda Mujica, bióloga, refirió que entre las zonas de El Viñedo y La Viña había cuatro samanes, cada uno engalanando una redoma, plantados cuando se desarrollaron el urbanismo y la vialidad.

“Lamentablemente el año pasado perdimos uno de esos samanes, ubicado frente a la casa de la familia Scarano. En ese momento conformamos un comité de técnicos locales, constituido por gente que hace vida en la ciudad y con experticia en el área de biología, agronómica y forestal para investigar qué pasaba. El árbol se perdió, a pesar de que hicimos mucho para que no sucediera. Llegamos tarde”, narró Mujica.

Segundo árbol en riesgo

Desde fines de 2020, vecinos de La Viña notaron cierta marchitez en el samán que ahora se busca salvar.

Los samanes de la zona constituyen un sitio de encuentro en temporadas como la navideña, cuando los adornan con luces. Muchos valencianos también se reúnen, en las noches, a su alrededor para compartir.

“Ese árbol está raro. Parece que tiene algo. Los árboles de samán, en época de sequía, botan un poco las hojas para evitar una excesiva transpiración y que se pierda más agua. Es un mecanismo de los árboles semicaducifolios, que pierden hojas durante el verano o época de sequía¨, explicó Mujica.

Agregó que han observado “que en pequeñas ramas secas negruzcas hay una lesión dentro de la pulpa del tronco. Se supone que es un hongo, pero hay que hacer un estudio”, añadió la bióloga.

En esta ocasión participa la presidenta de la Sociedad Venezolana de Entomología, otros especialistas y representantes de la comisión que actuó en julio de 2020. “La ventaja es que este samán no ha perdido todas las hojas todavía, como sucedió con el anterior”.

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Fotos: Cortesía

También asistirán fitopatólogos, que estudian las enfermedades de los árboles, y que pertenecen a la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA). “Vendrán a Valencia para analizar muestras de los tejidos”, dijo Mujica.

Pareciera que se presenta la misma lesión, una marchitez anormal en los samanes, según advierten los estudiosos de la materia. Sin embargo, esperan los resultados de las investigaciones.

El paisaje citadino

Luis Moreno, habitante de Valencia, cuyo sitio de trabajo está en El Viñedo, comentó que por la pandemia estaba haciendo teletrabajo, pero al volver a su oficina, en enero, se percató que el árbol mostraba otro color menos vivaz.

“Uno se acostumbra a la ciudad y sus lugares. Yo transito a diario por aquí y los samanes son parte de mi día a día. Ahora me preocupa que este también se muera. Nuestra ciudad se va quedando cada vez más sin habitantes que han emigrado, hay calles vacías… no quisiera que también desaparezca nuestra naturaleza”, expresó Moreno, un asesor tecnológico de 45 años.

El primer caso

En julio de 2020, un equipo multidisciplinario conformado por biólogos, agrónomos, entomólogos, ingenieros, representantes del Instituto Municipal del Ambiente (IMA), del Ministerio de Ecosocialismo (Minec) y de guardería ambiental trabajaron con ahínco para salvar al primer samán que enfermó. Desafortunadamente, las labores fueron infructuosas.

En esa oportunidad, Mujica precisó que procedieron a desramar pero ya el árbol no tenía hojas. Efectuaron un muestreo entomológico. Además, colocaron una pasta cicatrizante y removieron parte de la tierra sobre la que estaba plantado. Pese a los esfuerzos, falleció.

Ahora la comisión y las autoridades decidieron regar de forma interdiaria. Además, harán un control de plagas porque insectos como bachacos tenían nidos entre las ramas del samán. También realizarán una fertilización foliar y por las raíces. Se trata de un plan fitosanitario de emergencia.

“A partir del 4 de febrero vamos a hacer la poda. Tenemos que hacerlas en menguante. Sobre todo las podas que son más severas hay que hacerlas en fase lunar”.

Nieto del samán de Güere

Otro de los árboles plantados, antes de la calle que sube al hotel Venetur (antiguo Intercontinental Valencia) en La Viña, es un nieto del Samán de Güere, destacó Esmeralda Mujica.

“Ese árbol fue sembrado por el doctor Humberto Martínez Mainardi en los años 60. La historia la narró uno de sus hijos que es médico traumatólogo en Valencia. A este samán le hicimos una fertilización (…) está totalmente diferente”.

El Samán de Güere es famoso en el estado Aragua y en el país, incluso Juan Vicente Gómez lo declaró monumento nacional porque era el árbol que visitó Bolívar en su paso junto a sus tropas por el territorio de lo que hoy es Aragua. También el botánico alemán, Alexander Von Humboldt, mostró predilección, en algunos de sus escritos, por esta especie de árbol, destacando incluso la veneración que sentían los indios y los habitantes de esos valles.

El nombre común de estos árboles es Samán, pero posee sinónimos como Urero, Cenicero y Lara, según la zona donde se encuentre. Su nuevo nombre científico es Samanea Saman. Popularmente lo conocen como árbol de la lluvia y es nativo de América.

“Es una especie amenazada y su aprovechamiento está supeditado a ciertas normas por parte del MINEC”, refirió la bióloga Esmeralda Mujica a El Estímulo.

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