Venezuela

Fernando Márquez: "La ley de las ciudades comunales es control social"

Abogado y dirigente político y vecinal del estado Táchira, Márquez advierte sobre el camino que abre la Ley Orgánica de Ciudades Comunales: la destrucción del estado de derecho y del modo de vida republicano

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La reciente aprobación en primera discusión Ley Orgánica de Ciudades Comunales por la Asamblea Nacional electa el 6-D, ha dado paso a una serie de cuestionamientos y debates entre políticos, opinión pública y representantes del gobierno de Nicolas Maduro, los principales promotores.

Para el abogado y dirigente político y vecinal del estado Táchira, Fernando Márquez, el fin verdadero de la Ley de Ciudades Comunales dista mucho del concepto que se le quiere vender a los ciudadanos: “No es una ley para el empoderamiento ciudadano, es todo lo contrario, la usaran para el control social”.

-¿Qué concepto maneja sobre la ley de ciudades comunales?

-A través de un estudio desarrollado por un equipo interdisciplinario conformado por politólogos, abogados e ingenieros, se ha indagado a profundidad cuál es la verdadera intención y el plan académico del régimen de Nicolás Maduro. La aprobación de la Ley de Ciudades Comunales se hace para imponer el estado comunal en Venezuela y significa la pulverización de la supremacía constitucional, el Estado de Derecho y el modo de vida republicano que es el tradicional en el país. Buscan que las ciudades comunales tengan la función ejecutiva, legislativa, política, territorial, judicial e internacional sobre toda todas las áreas geográficas que le correspondan. Hay un peligro latente porque se trata de un dominio absoluto y totalitario por parte del régimen.

-¿Cómo se pretende hacer si el ordenamiento jurídico venezolano establece lo contrario?

-La transición la pretende hacer el régimen empleando la metodología de una figura histórica del comunismo llamado Antonio Gramsci, que busca llevar el Estado capitalista al Estado comunal y esto se intensifica en el primer trimestre de 2021. Nada de lo que está pasando es casualidad, es parte de un proceso premeditado para llevar a Venezuela a un nuevo modelo de Estado.

El país se abre a la transición, de un Estado republicano, federal y democrático hacia un Estado comunal, comunista que limita las libertades y pulveriza los cuatro elementos fundamentales de la república: la separación de poderes, la soberanía popular, la supremacía constitucional y el estado de derecho.

El artículo 5 de la Constitución establece que la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo venezolano. ¿Pero qué es lo que pretenden hacer ellos con el poder popular? Que esa soberanía que reside en el pueblo pase a una elección de segundo grado, significa que no seremos nosotros quienes escojamos a los encargados de conducir los destinos del país, sino que la decisión del modo de vida que debemos llevar estará en ese nuevo monolito político. El ejemplo lo tenemos en el Táchira, con un protectorado que nadie eligió, no está en la Constitución y tiene las funciones del gobernador del estado. Se le da fuerza política y militar para poder accionar dentro del territorio sin nadie haberlo escogido, sin consultar al soberano que es quien tiene la autoridad para darle función política a cualquier funcionario.

-¿Qué papel juega la ciudadanía en este momento?

-Viene la pregunta que queremos hacer a los ciudadanos ¿Qué modo de vida quieren? El republicano, federal, el democrático que con sus fallas iba progresando y evolucionando con libertad o finalmente prefieren vivir en un Estado comunal, comunista con un partido hegemónico con un pensamiento único, que coarta la libertad de expresión, con economía de Estado donde todos dependemos del paternalismo, ¿o se prefiere una economía de mercado en donde todos podamos desarrollarnos? Estas preguntas deben estar en el imaginario colectivo.

¿Quieren vivir en libertad o bajo el amparo de un Estado que utiliza mecanismos de coacción e ideologías capaces de socavar todas las instituciones democráticas no solo de Venezuela, sino del hemisferio occidental?

-¿El país va en vías de cambiar su estructura política y social?

-Venezuela se puede convertir en la cabeza de playa que socave todas las instituciones democráticas de la región. Eso lo estamos viendo ya en Colombia, donde ha tomado fuerza nuevamente la guerrilla amparada por el Estado venezolano en una complicidad ideológica internacional.

¿Dejaran que se apoderen de Venezuela y de América Latina o le damos un parado a la imposición de un modelo que es antagónico a la naturaleza humana y a nuestro modo de vida? Esa pregunta se le debe hacer a los venezolanos. Tenemos el artículo 136 de la Constitución, habla de cómo se distribuye el poder público en Venezuela y en la implementación del Estado comunal este artículo quedará pulverizado.

-¿Cómo quedan los procesos electorales que se han anunciado recientemente?

-En palabras del propio Nicolás Maduro se habló de la ley de ciudades comunales, que son las instituciones que tendrían la potestad de escoger en qué se van a invertir los recursos de cualquier entidad federal. Esta ley mataría el federalismo que tanto costó a los venezolanos obtener, también la descentralización del poder y esto nos llevaría a un poder centralizado en donde el Ejecutivo sería quien maneje todo.

No estamos diciendo que las comunas sean malas, advertimos que quieren transformar al Estado en una comuna y es ahí donde se ve la susceptibilidad y el manejo antagónico que se pretende hacer, porque es fácil manejar a las personas cuando es el Estado quien tiene el accionar económico, social y político.

Lo que tratan de hacer es un nuevo modelo de Estado, camuflado en un Estado dual. La república está muy estropeada y no hay respeto al estado de derecho, ni a la Constitución y con ello se abren las puertas y el camino al Estado comunal, comunista que no existe en la Constitución.

En el artículo 2 de la Constitución se habla de una república federal y democrática, nada se dice del Poder Popular, ni de las comunas. Las nuevas leyes fueron hechas a espaldas del soberano, que en el año 2007 dijo no al Estado comunal en una reforma ampliada y luego en el 2018, dijo no a una constituyente porque históricamente Venezuela ha sido fiel a la causa republicana.

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