Venezuela

Guardia Nacional limita el tránsito a venezolanos con doble nacionalidad en la frontera

Decenas de ciudadanos colombo venezolanos que pretendían utilizar el corredor humanitario dispuesto en el puente internacional Simón Bolívar, para cruzar desde Venezuela a Colombia, se encontraron con la negativa de los funcionarios. Algunos usaron las trochas para cumplir con un misión prioritaria: vacunarse contra la covid-19

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Frontera Táchira

Ni contar con una cita agendada e impresa en la mano convenció a los funcionarios de la Guardia Nacional para permitir que los venezolanos con doble nacionalidad pudieran transitar la frontera hacia  Colombia. Los militares que resguardan la aduana de San Antonio del Táchira y una parte (la venezolana) del puente Simón Bolívar se mostraron implacables y las suplicas de los ciudadanos fueron ignoradas.

A medida que transcurrían las horas de este 9 de junio, llegaban más personas y la orden se mantenía cerca de la línea limítrofe con el departamento colombiano Norte de Santander: “Solo pasan pacientes crónicos (oncológicos, diálisis) y quienes vayan por la segunda dosis de la vacuna covid-19. Quienes tengan citas para la primera vacuna, consultas médicas o exámenes de laboratorio no pueden pasar”.

Frontera
La orden era no dejar pasar salvo los pacientes crónicos (oncológicos, diálisis) o que fueran por la segunda vacuna

Durante más de un año de cierre de los puentes internacionales que comunican a Venezuela y Colombia en el estado Táchira, el puente Simón Bolívar fue habilitado como canal humanitario. Hasta ahora se había permitido la atención médica asistencial y tratamientos a venezolanos con nacionalidad colombiana residentes en municipios de la frontera venezolana, así como también a los colombianos pobladores del territorio nacional.

“Nos detienen y no nos dejan pasar, nos dicen que en Venezuela hay vacunas que nos vacunemos aquí”, comentó a El Estímulo, Marcela Mendoza, tachirense de 50 años que la mañana de este miércoles intentó cruzar a Colombia para vacunarse y no le permitieron el paso.

Ante la prohibición de los militares, Marcela junto a su esposo Enrique Ríos, venezolano con nacionalidad colombiana, optaron por tomar la vía hacia los pasos ilegales, conocidos como trochas y cruzar a territorio colombiano para cumplir con la cita para la vacunación contra la covid19.

“No hubo manera de convencer a esos guardias de dejarnos pasar. Solamente cruzaban los pacientes oncológicos y quienes se vacunarían por segunda vez. Por esa razón decimos venirnos por la trocha y con nosotros se vino un grupo muy grande de gente, la mayoría venían a vacunarse”, relató Enrique Ríos.

Se logró el objetivo

Lo que a primera vista parecía una situación sencilla se convirtió en toda una odisea para la familia Ríos Mendoza.

Lo complicado no fue solo conseguir la gasolina para movilizarse desde San Cristóbal hasta la frontera, ante la escasez en las estaciones de servicio locales y las interminables colas que se deben hacer para acceder a la gasolina a precio internacional. Terminaron comprando el combustible en el mercado negro, a un costo de 25 dólares el recipiente de 20 litros.

Luego se presentó lo más complicado: el cruce por las trochas.

“El barro que hay en el camino por tantos días de lluvia, no solo nos cubrió los zapatos, nos llegó a media pierna. Tuvimos que comprar agua para limpiar zapatos y pantalones. No se podía llegar así al centro educativo donde estaban vacunando porque se corría el riesgo de que no nos suministraran la vacuna”, dijo Marcela Mendoza, venezolana con doble nacionalidad.

Después de haber sorteado más de tres horas de contratiempos, finalmente la pareja fue vacunada en el colegio Manuel Antonio Rueda del municipio de Villa del Rosario, Norte de Santander, Colombia.

“Esperamos como 40 minutos porque había gente en cola, pero al fin pudimos pasar y ser vacunados con la vacuna de la marca Pfizer y nos agendaron la segunda dosis para el 30 de junio”, explicaron.

Un largo regreso

Regresar a Venezuela fue otro suplicio para Marcela y Enrique. Primero intentaron pasar por el puente internacional Simón Bolívar, esta vez con el conocimiento de que la frontera del lado colombiano se encuentra abierta desde el pasado 2 de junio, según la resolución 0746 del Ministerio del Interior que modificó el Decreto 580, de la presidencia de la república.

“Que la Guardia Nacional te impida el paso a Colombia a pesar de que vienes por una necesidad de salud a través del corredor humanitario, incomoda, molesta, pero es que de la Guardia Nacional esas cosas se pueden esperar y más. Pero que Migración Colombia, junto a la policía de ese país, se paren en la mitad del puente a constatar si es cierto o no que eres paciente oncológico o de otra enfermedad, si se fue por la segunda o la primera dosis y a partir de ahí seleccionar quién pasa y quienes no, es algo que no se espera de las autoridades de un país que respeta los derechos humanos y tienen abierta sus fronteras”, denunció Enrique Ríos.

Al final, la pareja consiguió el objetivo

Luego de unos 20 minutos de espera, las autoridades colombianas les permitieron el paso a los ciudadanos que aguardaban en la mitad del puente Simón Bolívar. Pasaron a Venezuela, sin mayores tropiezos con una “media felicidad” por haber sido vacunados con una “vacuna confiable”.

Al preguntar a la pareja por qué no hacer el proceso de vacunación en territorio nacional y evitarse contratiempos, la respuesta fue tajante: “No hay vacunas suficientes allá. Además, poco confiamos en el sistema de inmunización que se aplica en Venezuela. Tenemos la posibilidad de pasar a Colombia porque tenemos la doble nacionalidad y preferimos hacerlo allá”.

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