Venezuela

Jubilados en huelga de hambre: de héroes de la patria a estafados por PDVSA

Cuatro hombres mayores, en representación de 37.000 compañeros ignorados, siguen en huelga de hambre en la UCV para exigirle al Estado Venezolano que les devuelva el dinero de sus pensiones como jubilados de Petróleos de Venezuela, PDVSA.

Publicidad
Jubilados de Pdvsa huelga de hambre

Desde el pasado 26 de septiembre un pequeño grupo de trabajadores de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) se mantiene en nueva huelga de hambre para exigirle a las autoridades de la industria petrolera que cumplan con sus pagos mensuales a través del Fondo de Pensiones, que se restablezca el servicio de atención de salud y que les vuelvan a entregar sus bolsas de alimentos, retenidas desde hace cuatro meses.

La huelga de hambre fue iniciada por nueve trabajadores, en representación de los jubilados, pero después de 14 días se mantienen sin probar bocado cuatro de los manifestantes, pueslos otros cinco se descompensaron y tuvieron que retirarse para evitar mayores problemas con su salud.

¿Cuál es la historia de vida de estas personas obligadas a poner en riesgo su vida para intentar llamar la atención de Venezuela y más allá con una huelga de hambre que expone la tragedia de miles de jubilados estafados y olvidados por el sistema?

Rodolfo Hernández, Julio Blanco, Marlon Bermúdez y Daniel Buko, son los trabajadores jubilados de PDVSA que se mantienen en protesta en las instalaciones de la plaza cubierta de la Universidad Central de Venezuela, UCV. Allí reciben el apoyo de las autoridades académicas, encabezadas por su rector, el médico Víctor Rago, de los estudiantes y de todos los trabajadores.

Junto a los cuatro huelguistas, también se encuentra el señorLeonerio Soto, de 77 años de edad, quien viajó desde Cabimas para unirse a la huelga de hambre. Pero no le permitieron sumarse porque padece cinco patologías, sin embargo se quedó como un apoyo simbólico y moral a estas demandas que reclaman más de 37 mil jubilados de PDVSA a nivel nacional.

Huelga de hambre jubilados de Pdvsa
Julio Blanco cuenta los días de la huelga de hambre ignorada por las autoridades. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

Una huelga de hambre por la dignidad

Este grupo de trabajadores lanzaron sus colchonetas, tan delgadas como una cobija, (lo que significa casi dormir en el suelo), al frente al mural conocido como En elemento – personaje vertical en evolución horizontal- del artista Oswaldo Vigas, que se ubica en toda la entrada del rectorado, y desde allí continúan su lucha por las reivindicaciones, ya que cuando estaban en la sede de PDVSA, La Campiña, sentían el acoso permanente de los cuerpos de seguridad.

Alrededor de cada colchoneta los acompaña un bolso en donde guardan algunos artículos personales, cobijas para protegerse del frío nocturno, así como botellas de agua y suero, que es lo único que consumen para mantenerse. Su aseo personal lo llevan a cabo en un baño que les han facilitado en la UCV, en donde han sentido el apoyo, respeto y solidaridad, que aseguran no han logrado con los representantes de la empresa a la cual dedicaron gran parte de su vida.

Este grupo de hombres comparten varias cosas en común, entre ellas el orgullo de haber pertenecido a la nómina de una de las empresas de petróleos más importante del mundo, habertrabajado por el desarrollo de Venezuela, enfrentarse al paro petrolero del 2002 para que la industria no se parara.

Pero ahora también comparten la preocupación por la estabilidad de PDVSA, asícomo la decepción, la impotencia y rabia por la situación que padecen ahora en sus «años dorados», por el incumplimiento en el pago de sus asignaciones mensuales, a través del Fondo de Prevención, al que ellos mismos pagaron.

Historias de una vida en Pdvsa

Rodolfo, Julio, Marlon, Daniel y Leonerio, conversaron con El Estímulo este domingo 8 de octubre. Además de reiterar las causas de la huelga por sus reivindicaciones, contaron sobre su vida, su labor dentro de PDVSA y sus esperanzas. Estas son sus historias de vida que tiene mucho en común con miles de otros jubilados venezolanos:

“Chávez nos declaró héroes en el 2002 y ahora nos tratan como desechos”

Leonerio Soto, próximamente cumplirá 77 años, de los cuales 45 años se los dedicó a su trabajo como patrón de remolcadores en PDV Marina, en el Lago de Maracaibo en el estado Zulia. Dijo que al conocer la acción de huelga que comenzaron sus compañeros reunió el poco dinero que tenía, pidió prestado y se vino a Caracas, para apoyar la protesta, en contra de la voluntad de su familia, que teme por su salud.

Leonerio Soto, jubilado de Pdvsa
Leonerio Soto, jubilado de Pdvsa, apoya a sus compañeros en huelga de hambre. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

Sus compañeros lo recibieron con mucho afecto, pero al conocer su estado de salud le dijeron que no podía sumarse a la huelga de hambre, pues podría acarrear consecuencias graves a su organismo. Acepto la decisión, pero aunasí se quedóen el recinto universitario, para ofrecer su apoyo moral y simbólico al grupo de protestantes.

Ante la pregunta de si recuerda cuando fue el día en que comenzó a trabajar en PDVSA, deja vagar la mirada. Su mente se remonta a cuando él tenía 21 años y un amigo lo llevó a trabajar con una empresa contratista en la Costa Oriental del Lago, en donde con el paso del tiempo se convirtió en un líder que luchaba por mejores reivindicaciones laborales.

“Yo tengo cinco patologías: sufro de hipertensión, diabetes, tengo problemas de circulación, dolores en los huesos y ahora me mandaron a realizar varios exámenes a nivel del abdomen por unos malestares que vengo padeciendo. Pero no tengo dinero para pagar esos estudios”, dijo Soto, a quien le han facilitado una silla de ruedas para su mejor movilidad en la UCV.

Recuerda que durante los años que laboró en PDVSA fue muy cumplido,responsable y feliz con su trabajo, que le ofreció muchos beneficios con los cuales logró levantar a su familia, tener una granja y un camión. Recuerda que tenía una vida próspera pero todo lo perdió, por lo que se la pasaba preocupado y de muy mal humor.

Recuerda que juntoa sugrupo de trabajo en el Lago de Maracaibo, nunca dejaronde trabajar durante el paro petrolero del 2002, con el remolque y la lancha encargada de llevar suministros a las personas que trabajaban en las estaciones y cuya labor comenzaba a las 4 de la mañana, sin hora fija de salida en las noches.

“Por ese trabajo y compromiso que demostramos durante ese paro petrolero, el para entonces presidente Hugo Chávez, nos visitó y en esa misma lancha en donde yo trabajaba diariamente nos dijo que éramos unos héroes anónimos, nos felicitó, pero ahora nos tratan como unos desechos”, señaló Soto.

Leonerio Soto señala que diariamente recibe llamadas de sus hijos y demás familiares, para que desista de su lucha, pues temen que su salud se deteriore y se presente un desenlace fatal.

“Pero voy a seguir aquí, este sacrificio precisamente lo hago por mi familia, por mis nietos, que tanto necesitan, espero que comprendan que defiendo mis derechos y no voy a permitir que roben lo que con mi trabajo me gané”.

“No vengo a morir, sino a pelear mi derecho”

Julio Blanco, es el promotor de esta nueva huelga de hambre. Dice que estuvo trabajando en la industria petrolera por 20 años, en las instalaciones del muelle Rafael Urdaneta, en Ciudad Ojeda, en el estado Zulia.

“Soy capitán de la Marina Mercante, trabajaba con la contratista ZP, que prestaba servicios a PDVSA, la empresa fue expropiada y el 16 de mayo del 2002 fuimos adsorbidos como trabajadores de la principal industria petrolera de Venezuela. Yo me encargaba de dirigir las gamarras de línea, con las cuales se llevaban a cabo las reparaciones de las tuberías cuando se rompen, labor que continuamos durante el paro petrolero”, dice Blanco.

Jubilado de Pdvsa
Julio Blanco, jubilado de Pdvsa. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

Casado, con tres hijos, señala que su familia lo apoya en su lucha, pues saben que tiene la razón y el derecho de reclamar tanto por sus reivindicaciones, como la de sus compañeros.

“Mi familia sabe que soy un hombre de palabra, que cuando me propongo algo lucho por conseguirlo, pero aquí no vengo a morir, como así lo hizo el agricultor Franklin Brito, en el año 2010. Yo estoy aquí porque nos asiste la razón y esperamos justicia, el reconocimiento y respuesta de las autoridades que estaban a cargo de administrar nuestro dinero, con el cual contábamos para tener una jubilación digna, después de haber ofrecido nuestro trabajo”, explica Blanco.

Señaló que el primer intento de huelga lo inició a las afueras del PDVSA La Campiña, el pasado 14 de septiembre, junto a 11compañeros, pero después de una reunión con los representantes del departamento de Recursos Humanos llegaron a unos acuerdos, que fueron incumplidos, entre ellos una reunión con la alta gerencia de la empresa.

Recuerda que en la reunión habíapolicías y militares, que mostraron una posición hostil, y señalaron que no podían instalarse nuevamente a las afueras de PDVSA, por lo cual buscaron otros escenarios para continuar su lucha, llegando así a las instalaciones de la UCV.

“Yo me siento muy orgulloso de haber servido en PDVSA, recuerdo que diariamente la producción de tres millones 100 mil barriles de petróleo. Ahora la producción es mucho menor, me duele como trabajador y venezolano la situación de la industria y le recomendaría el presidente Nicolás Maduro que la recupere, que ponga al mando de PDVSA a profesionales con conocimientos y que sientan apego, con sentido de pertenencias, pues de lo contrario seguirán los graves problemas que se presentan”, señaló Blanco.

Huelga jubilados de Pdvsa
Rodolfo Hernández. Foto:Daniel Hernández/El Estímulo

Una empresa familiar

Rodolfo Hernández, tiene 67 años, de los cuales 37 los dedicó a trabajar en PDVSA, en las instalaciones de Cabinas en el estado Zulia. Comenzó como obrero.

“Recuerdo que mi papá, Jesús Hernández, fue el que me llevó a trabajar a PDVSA, en donde trabajó por más de 40 años, de allí salió jubilado. Allí también laboró mi hermano Freddy Hernández, por lo que consideramos una empresa familiar. Recuerdo que desde el primer día nos recibieron con respeto, nos inculcaron lo que llamábamos la cultura petrolera y la responsabilidad que teníamos en el desarrollo del país”, dijo Hernández.

Sonríe el recordar la vida dentro del campo petrolero, en donde la empresa ofrecía vivienda, escuelas y demás beneficios a las familias de los trabajadores.

“Siempre recuerdo las fiestas que nos hacían al finalizar cada año escolar, mis ocho hermanos y yo éramos muy felices, la familia contaba con los servicios de salud, incentivos para seguir estudiando y préstamos para comprar casa, por eso mi papá nos motivóa entrar a trabajar allí”, dice Hernández, que en sus 37 años de labor estuvo en varios cargos.

Señala que durante su estadía en la industria también fue testigo de muchas irregularidades, las cuales denunció a sus superiores pero que no obtuvieron la respuesta contundente que esperaba. Esta situación se repetía en distintos campos petroleros y afectaban el funcionamiento y patrimonio de la empresa.

“Esta lucha la comenzamos en el 2016, y para esa fecha se contabilizaban 41.000 trabajadores jubilados, ahora la cifra es de 37 mil trabajadores. El resto ha fallecido, pero nos vamos asegurar que al ganar la disputa legal, sus familiares reciban todos sus beneficios, ese es un compromiso”.

Jesús Hernández
Jubilados de Pdvsa
Marlon Bermúdez. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

“No vi crecer a mis hijos”

“Yo comencé a trabajar en PDVSA el 29 de julio del año 1991, por mis méritos propios, soy licenciado enGestión Social y dediqué 30 años de mi vida a trabajar en la industria petrolera, siempre en el área de seguridad industrial, en las instalaciones del Complejo Refinador de Amuay, ubicado en el estado Falcón”, señala Marlon Bermúdez, quien señala que se mantendrá en la protesta hasta obtener una respuesta a sus exigencias.

Cuenta a El Estímulo que diariamentesalía de su casa a las cuatro de la mañana y retornaba en altas horas de la noche. Hoy, además de la precaria situación económica que padece por la falta de los cumplimientos económicos, lamenta no haber estado en el crecimiento de sus hijos, no haber compartido con ellos cuando eran unos niños y adolescentes.

“Yo no conozco cuáles eran las comidas favoritas de mis 4 hijos, ahora convertidos en hombres y mujeres, no tenía tiempo de compartir tiempo de calidad con ellos, no les llevaba al colegio, no hacía las tareas, tampoco estaba cuando enfermaban, de todos eso se encargaba mi esposa que falleció de leucemia y padeció todo el suplico de no contar con los medicamentos necesarios en Venezuela”, dice Bermúdez.

Marlon Bermúdez,
jubilado de Pdvsa en huelga de hambre
Huelga de hamnbre de Pdvsa
Leonerio Soto. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

Quizás en busca de un auto consuelo, recuerda que otro grupo de sus compañeros, ahora también jubilados, tenían que salir a los campos o las instalaciones petroleras por semanas, por meses enteros y regresaban a su casa para compartir con sus familias pocos días.

“A ellos les fue peor, pues por lo menos yo llegaba en la noche,me iba en la mañana y por lo menos podía ver a mis hijos dormidos”.

Sus hijos le piden que abandone estas acciones, que suspenda la huelga de hambre y recuerden que tienen un proyecto de vida juntos, que no quieren perderlo, especialmente cuando su madre ha fallecido.

“Pero me da mucha indignación lo que estamos atravesando los 37 mil jubilados de PDVSA, en mi caso durante los 30 años de servicio aporte para ese fondo, esperando tener una jubilación digna, las autoridades de PDVSA no responden por el dinero, muchos compañeros han fallecido clamando justicia, solo en lo que va de esta huelga de hambre nos hemos enterado que 20 jubilados han muerto en todo el país, es injusto”.

Marlon Bermúdez

Así mismo indicó que le preocupa la situación de inseguridad que se vive en todas las instalaciones de PDVSA, de la falta y mantenimiento de los equipos, que pone en riesgo la integridad de los trabajadores y el funcionamiento de la empresa.

“Exigimos respeto”

Daniel Buko, tiene 63 años de edad y cuenta que se mantuvo 31 años en la industria petrolera.

“Yo era mecánico de equipos pesados, atendía todas las gabarras que tenía PDVSA luego me asignaron jefe de mantenimiento mayor y mantenimiento preventivo, así como inspector de talleres externos, estoy en esta lucha exigiendo respeto. Estoy aquípor mi familia,por todos los trabajadores jubilados, que padecen tantos problemas por la irresponsabilidad de los administradores de nuestro dinero, que ahorramos durante tantos años”, señaló.

Daniel Buko
Daniel Buko. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo
Huelha de  hambre jubilados de Pdvsa
Jhonny Blanco uno de los huelguistas que lamentablemente dejo a sus compañeros en esta ardua lucha por condiciones de salud. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

Recuerda que comenzó a trabajar en PDVSA, el 19 de noviembre del año 1985, en Lagoven en la zona de Cabimas.

“Soy casado, padre de 7 hijos y tengo que admitir que fui muy feliz realizando mi trabajo, pero que en mis últimos siete años de labor, comenzó a sentirse la debacle de la industria por la falta de insumos, equipos. Todo comenzó a deteriorarse, sin que las autoridades atendieran los llamados que hacían los trabajadores”, explica.

Recuerda que duranteel paro petrolero nunca abandonósu puesto de trabajo, por lo cual fue amenazado, catalogado por algunos de sus compañeros como un traidor.

“Pero yo les decía que estaba cumpliendo con mi trabajo para lo cual me contrataron, por la industria, por mi familiay por el país. Con mi trabajo logré comprar mi casa, ahora completamente deteriorada, pude darle estudios a mis hijos, sobrinos, ayudar a otros familiares, pero ahora me toca decir con el poco dinero que puedo obtener si comprar medicamentos o alimentos”, señaló Buko.

También recuerda el día que fueron catalogados como los héroes anónimos, recuerda todo lo que dieron por la industriay mira a sus alrededor, a sus compañeros acostados sobre esas colchonetas y toma nuevos aires de firmeza:

Aquí me quedo hasta que respondan por nuestras exigencias”.

Solicitudes

Entre las principales exigencias que solicitan se encuentra el pago de los 660 dólares mensuales, (actualmente les pagan $180) que aseguran han generados en interesesde los 2.707millones de dólares (ahorrados por todos ellos con sus aportes mensuales), a un 9.5% anual y cuyos dividendos no han sido distribuidos desde el año 2016 al personal jubilado.

Así mismo piden se restituya el servicio de consultas médicas y la entrega de medicamentos.

Exigen la entrega de la bolsa de alimentos que les fue suspendida hace cuatro meses.

Huelkha de hambre jubilados de Pdvsa
Los jubilados de PDVSA en huelga de hambre. Estafados por la empresa. Foto: Daniel Hernández/El Estímulo

Dato curioso

A pesar que las autoridades de PDVSA, no les ofrecen respuesta a estos trabajadores, diariamenteenvía un equipo de médicos a chequear su salud, a darles consejos para su cuidado y al ser necesario aconsejar el retiro de los manifestantes cuando sus valores se observan alterados.

Los galenos señalan que estos son casos delicados, especialmente por la edad de los manifestantes, las enfermedades de base que pueden tener, así por las otras patologías que pueden aparecer al no recibir los nutrientes necesarios en su alimentación diaria.

Futuro robado

Creado en 1993, el Fondo de Pensiones de los Trabajadores de Petróleos de Venezuela, debería garantizar un retiro digno económicamente de la empresa que fuera el principal motor de la economía venezolana y una de las cuatro petroleras más importantes del mundo.

Debería tener dineros acumulados por unos $2.500 millones y pagar mensualmente pensiones justas a sus afiliados.

Pero en cambio, nadie conoce a ciencia cierta los estados financieros de este Fondo que fue “expropiado” por Pdvsa durante la gestión del ex ministro Rafael Ramírez.

Los últimos datos disponibles, citados por el periodista Víctor Salmerón en un antiguo artículo en el medio Runrunes señalaba que elúltimo balance auditado por la KPMG, en 2015 Pdvsa le debía al Fondo $2.347 millones, solamente en pagarés a una tasa del 9,5% anual.

Hasta el año 2004 la gestión delFondo estaba clara y depositaba mensualmente en las cuentas delos jubilados las ganancias de sus gestiones financieras y la administración de las cotizaciones de los propios trabajadores y los aportes de la empresa.

Pero en 2005 Rafael Ramírez toma control del fondo. “Las inversiones en el exterior fueron vendidas, Pdvsa tomó los dólares que pertenecen a los jubilados y las reemplazó por instrumentos de deuda de Pdvsa, primero bonos que posteriormente fueron reemplazados por pagarés”, dice Irma Sosa, abogada y ex trabajadora de Pdvsa, citada por Salmerón.

Hay otro hito importante en esta historia. Una investigación de la Asamblea Nacional de 2026 (cuando el poder legislativo estaba en manos de la oposición) emprendió una investigación sobre el “Fondo de Previsión de los Trabajadores de Petróleos de Venezuela, S.A. y de sus Filiales” (Expediente Nº 1435 de la Comisión Permanente de Contraloría de la Asamblea Nacional).

Al verificar las irregularidades en el manejo del Fondo se vislumbra la negligencia de empresa estatal en la salvaguarda de bienes de la Nación, «al realizar depósitos de los fondos públicos de la Asociación Civil Fondo de Previsión de los Trabajadores de PDVSA, por la cantidad de USD $579.039.480, según consta en la evidencia recolectada; en instituciones financieras de alto riesgo y sin solidez»

Esa empresa de alto riesgo fue el fondo Michael Kenwood Group LLC, manejada, por Francisco Illarramendi, un conocido gestor financiero del ministerio de Finanzas de Hugo Chávez y de Pdvsa.

Illarramendi terminaría declarándose culpable de estafar a sus clientes 540 millones, la mayor parte de Fondo de Pensiones de Pdvsa. Ese también es un dinero que hoy necesitan los miles de empobrecidos jubilados y pensionados de Pdvsa para seguir viviendo.

Publicidad
Publicidad