Semblanza

Óscar Pérez, el Cicpc que se le rebeló a Maduro

Es Técnico Aeronáutico, segundo a cargo de la División de Apoyo Aéreo de la policía científica y nunca perteneció a la Brigada de Acciones Especiales, aunque le encanta exhibir sus insignias desde que participó en la película Muerte Suspendida. Piloto del helicóptero que disparó al TSJ, fue el "más buscado" por las autoridades durante más de medio año. Finalmente fue encontrado en El Junquito en enero de 2018

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No hay grises que difuminen las opiniones que van y vienen en las filas del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) cuando se habla del inspector agregado Oscar Pérez, el piloto que el martes 27 de junio secuestró un helicóptero de esa institución para sobrevolar Caracas y atacar la sede del Tribunal Supremo de Justicia y la del Ministerio de Relaciones de Interiores, Justicia y Paz. Así inició su Operación, que terminó reducida a tiros el 15 de enero de 2018 en El Junquito.

Para unos era un completo desconocido hasta que protagonizó el filme Muerte Suspendida (2015). Para otros, apenas un joven con suerte que logró tener padrinos estratégicos dentro de la institución. “Hace 13 años se sumó a las filas de la policía científica como personal administrativo y su rango era Agente de Seguridad. Llegó de Maracay recién graduado de Técnico en Aeronáutica y pocos meses después se le dio la oportunidad de sumarse a la División de Apoyo Aéreo aunque no tenía las horas de vuelo completas para ser piloto titular”, advierte un funcionario activo consultado, coincidiendo con versiones de otros cuatro uniformados. Todos mantienen sus identidades ocultas para evitar represalias por filtrar información.

De acuerdo a estas fuentes, quien habría apadrinado a Pérez en la División de Apoyo Aéreo del Cicpc sería el comisario Carlos Gámez pues habría notado el talento que el joven poseía y por ello, al parecer, le dio la oportunidad. Clímax intentó conversar con Gámez para confirmar tales afirmaciones, pero no fue posible establecer comunicación con él.

Cita-4-oscar-perezDurante el tiempo que Oscar Pérez estuvo en esa División se destacó como piloto y realizó dos carreras técnicas: TSU en Electrónica y TSU en Investigaciones Penales, que completó también como licenciatura. En ese transcurrir, también hizo un curso de Tiro y Combate con el equipo de la Brigada de Acciones Especiales (BAE). “Pero eso no lo hacía comando. De hecho no lo era, por lo cual nunca fue parte ni del BAE ni de la Unidad de Respuesta Inmediata (URI). Tampoco es hijo del comisario (j) Alexander Pérez”, aclara uno de los informantes, desmintiendo datos extraoficiales que han corrido por redes sociales.

Dentro de los pasillos del Cicpc recuerdan haber visto al piloto renegado portando el uniforme del grupo comando de la policía científica, pero eso solo respondía a su participación en las grabaciones de la película Muerte Suspendida, del director Oscar Rivas Gamboa, que buscaba demostrar que los investigadores criollos son como el mejor CSI. “Que lo confundieran y que él se tomara la atribución de usar la insignia del BAE a diestra y siniestra causaba demasiado malestar, pero nadie le decía nada porque supuestamente era ahijado de José Gregorio Sierralta, para ese momento director del Cicpc. De hecho, se dice que el comisario Sierralta, al parecer, fue el que lo escogió para protagonizar la película”, explican desde la institución. Hay coincidencia: el hombre lograba apoyos y empujes.

El expediente de trabajo de Oscar Pérez es impoluto. No hay mancha que socave una década de funciones intachables. Por ello, el cargo que ostentaba hasta su sublevación contra el gobierno de Nicolás Maduro era el de segundo en línea de mando de la División de Apoyo Aéreo del Cicpc.

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De dónde salió

De acuerdo a las investigaciones adelantadas por Clímax, Oscar Pérez habría crecido en la parroquia Candelaria, en Caracas. Las primeras informaciones revelan que completó estudios primarios en la Escuela Experimental Venezuela y secundarios en el Liceo Andrés Bello de la capital. Actualmente vivía hacia el sur-este de la ciudad con una mujer, su pareja, supuestamente compañera de rodaje frente a las cámaras del único largometraje fílmico en el que ha participado. “Soy piloto de helicóptero, buzo de combate y paracaidista libre. También soy padre, compañero y actor porque Oscar Rivas me lo propuso… Soy un hombre que sale a la calle sin saber si va a volver a la casa… porque la muerte forma parte de la evolución», decía Oscar Pérez al diario Panorama en octubre de 2015, cuando lo entrevistaron a propósito de su participación en la película Muerte Suspendida, en la cual fue también co-productor, junto a su primo, el director.

En aquél momento, decía que la cinta buscaba “demostrar la capacidad que tiene la institución a la hora de emprender una investigación que termine con la desarticulación de grupos criminales. Somos la institución policial del país con más detenidos y procedimientos, también queremos decirles que contamos con las herramientas y el conocimiento para evitar el delito. Los caminos de los delincuentes son muy marcados: la cárcel y morir en un enfrentamiento”.

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Por otra parte, el piloto es parte de la fundación GV33 Moral y Luces, que organiza actividades para niños con condiciones especiales o enfermedades terminales; y participa de jornadas de recolección y entrega de donaciones de medicinas para niños y jóvenes con cáncer, según el perfil en Instagram @fundaciongv33, donde se le ve posando y hasta cantando. Todo un filántropo. El martes 27 de junio, en sus primeras palabras a propósito del vuelo insurreccional de Pérez, el presidente de la República, Nicolás Maduro, calificó como “terrorista” al piloto y repitió la palabra para describir lo ocurrido en el TSJ. Sostuvo, además, que el funcionario habría sido piloto del exministro de Interior y Justicia Miguel Rodríguez Torres, “el ex ministro que está en contacto con la CIA”, bramó. Pero el militar rápidamente respondió. “Lamento desmentirlo de nuevo, señor Presidente. Siempre volé en los helicópteros del Sebin y el piloto fue el comisario Pedro Pérez”, escribió en su cuenta Twitter.

Cita-2-oscar-perezCómo terminó

Óscar Pérez, el hombre más buscado por el gobierno por estar implicado en el robo de armas y el sobrevuelo en un helicóptero en Caracas, aseguraba la mañana del lunes 15 de enero de 2018 que “nos quieren asesinar” en medio de operativo militar y policial en El Junquito. “No quieren dejar que nos entreguen, nos quieren asesinar”, dice Pérez con el rostro ensangrentado en un video que publicó en su cuenta de Instagram. “No nos quieren vivos. Nos quieren asesinar”, remató en medio del ruido de disparos. Pérez y un grupo de compañeros fuertemente armados se encuentran sitiados en una casa en la carretera nueva de El Junquito, en el noroeste de Caracas. “Nos están disparando con RPG (granadas propulsadas con cohetes de origen ruso), granadas y lanzagranadas”, agregó el hombre más buscado por las autoridades venezolanas. En otra imagen, Pérez expresó: “No disparen, por favor. Aquí hay civiles, hay mujeres y niños. ¿Por qué disparan? Van a matar a gente inocente?”. Más tarde, el expolicía manifestó que se entregará ante las autoridades. “¡No sigan disparando!”.

Más temprano, en un video había explicado el inicio de ese operativo de captura en su contra. “Aquí estamos en la carretera nueva de El Junquito. Estamos negociando . No queremos hacer frente a funcionarios, muchos son conocidos por nosotros. Somos patriotas. Somos nacionalistas. Que no quede duda, aquí estamos”, dijo el prófugo en un video en primer plano.

En otras publicaciones de la misma mañana, Pérez llamó al “bravo pueblo de Venezuela” a mantener la lucha en la calle y dijo que sus acciones estaban pensadas en “los niños de Venezuela”. «Hago un llamado al bravo pueblo de Venezuela en este momento hemos sido sitiados. Ahora solo ustedes tienen el poder para que podamos ser libres, todos”, remarcó.

En paralelo, la madre del exagente se pronunció al respecto y señaló que el Gobierno será el responsable de lo que le suceda a Pérez. “Dejen que se entregue, cualquier cosa que le llegue a suceder, ustedes van a ser los responsables (…) Él está luchando por su país, Venezuela”.

Su estreno como «libertador»

El inspector Oscar Pérez salió de La Carlota para hacer un vuelo de prueba con el helicóptero azul del Cicpc, un viejo Airbus Bolkow Bo-105. Lo hizo solo. De allí llegó primero a La Trinidad, donde aterrizó en la azotea de un conjunto residencial ubicado en la calle El Rosario, indicaron vecinos del sector que fueron testigos pero que prefirieron no decir públicamente sus nombres. En ese lugar, habrían abordado al aparato algunos cómplices —el número no ha sido determinado— que se hicieron con el estandarte que mostraron durante todo el resto del vuelo enarbolando el artículo 350 constitucional, y luego se fueron a su cruzada.

Un historia fuerte dentro de la cual la bebe no sobrevivió, @unaluzparacamila estaba en Fase terminal de cáncer, pero el medicamento llego a manos de otro paciente, dios nos guíe. @vanebn15   A post shared by OSCAR PEREZ (@oscarperezgv) on

Según las fuentes consultadas, pasaron primero por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), lanzaron tres bombas aturdidoras y dispararon. Los militares, que custodiaban la sede, contraatacaron. Hubo un intercambio de tiros. Luego se fueron hasta la sede del Ministerio de Relaciones de Interiores, Justicia y Paz (MIJ), donde también abrieron fuego sobre el despacho de Reverol, ubicado en la avenida Urdaneta a pocas cuadras de Miraflores. Ocurrió pasadas las 6 de la tarde del 27 de junio. El ministro Néstor Reverol confirmó los eventos, pero la versión oficial ubica el orden al contrario: el primer sobrevuelo fue sobre el MIJ, donde “dispararon en más de 15 oportunidades hacia la azotea de la sede del Ministerio al momento que periodistas y trabajadores de la Oficina de Gestión Comunicacional de este organismo, se encontraban celebrando el día nacional del periodista”; y luego pasaron al TSJ.

“El funcionario desertor se valió de su condición de piloto adscrito a la División de Transporte Aéreo, para hurtar el helicóptero Cicpc 02 y efectuar el delito en compañía de varios sujetos armados”, dijo el titular de seguridad al desestimar una conspiración de todo el cuerpo policial. “Son actos individuales, que no representan el sentir de este noble cuerpo que día a día arriesga su vida, para garantizar la paz y tranquilidad de nuestro pueblo”, añadió.

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El helicóptero entonces tomó rumbo incierto. Se fue volando. Huyó en las nubes. Nadie supo de su paradero ni de sus tripulantes sino hasta una hora y media después, cuando a las 7:30 de la noche —y gracias al GPS— dieron con el paradero del helicóptero en el estado Vargas.

De la tripulación nada se supo, una incertidumbre que se mantiene hasta la publicación de esta nota, la tarde del miércoles 28 de junio de 2017, como lo confirmó el vicepresidente Tareck El Aissami al informar que la Fuerza Armada Nacional localizó el helicóptero en la población de Osma, estado Vargas, donde no se había producido detención alguna. “A todas las comunidades de ese estado le pedimos apoyo para dar con el paradero de este sujeto”.

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El exgobernador de Aragua indicó que la aeronave estaba siendo inspeccionada por la Fuerza Armada Nacional y luego se procedería a realizar experticias. “Vamos a desplegar grupos de comandos especiales para determinar qué otros movimientos pudo haber en esas localidades, así como las posibles complicidades de sectores extremistas que participaron en los hechos de este lunes”, resaltó el funcionario.

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Un grupo multidisciplinario integrado por funcionarios del Cicpc y del Sebin están a cargo de las averiguaciones y ya ha llevado a cabo varios allanamientos desde la noche del mismo martes 27 de junio. De hecho, las residencias de la Trinidad que están ubicadas en la calle El Rosario y que sirvieron de helipuerto para que Oscar Pérez buscara a sus cómplices, fue visitada durante la media noche, a pesar de que más temprano vecinos cerraran las calles para evitar que la fuerza pública pudiera acceder a la zona.

Las medidas extraordinarias no han llegado, sin embargo, a la División de Apoyo Aéreo del Cicpc. Hasta la tarde del miércoles 28 de junio, el alto mando de la Policía Científica, que acompañó a Néstor Reverol durante su exposición, no había ordenado la intervención del comando localizado en La Carlota ni tampoco había ordenado la remoción de sus directores.

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Perdió un hermano

Edgar Alexander Velásquez Pérez, de 42 años y hermano de Oscar Pérez, el piloto del Cicpc, fue asesinado el pasado 19 de junio de 2017.

De acuerdo a la información que figura en el expediente que maneja la División contra Homicidios del Cicpc, el hecho se registró las 9:10 de la noche de ese día, en San Agustín, específicamente frente al campo de softbol. Según la reseña, Edgar sostuvo una discusión con Emilio Jaimes. En el fragor de la pelea, al parecer Emilio sacó un cuchillo y atentó contra Edgar. La herida fue mortal.

Un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana, que estaba de patrullaje por la zona, arrestó al atacante de de Edgar. Emilio hoy permanece privado de libertad.

Las versiones en torno a la relación que el inspector agregado Oscar Pérez tenía con su hermano Edgar son contradictorias. Hay quienes aseguran que eran muy unidos, tanto, que el propio Oscar habría gestionado todo en la morgue de Bello Monte para que los trámites de entrega del cuerpo fueran lo más expedito posible. El homicidio de Edgar, según este grupo de funcionarios, habría empujado a Oscar a perpetrar el ataque al Ministerio de Relaciones de Interiores, Justicia y paz y al Tribunal Supremo de Justicia, el pasado 27 de junio, debido a la impotencia que pudo sentir tras ese hecho.  Otros advierten que no mantenían relaciones estrechas y que las gestiones en la medicatura fueron hechas por pura cortesía. Allegados a Pérez indican que tenía tres hermanos.

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