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Renny Ottolina, el siempre rey de la tele

Su legado sigue encendido a 40 años de su muerte. La vida en pantalla de Renny Ottolina marcó a toda una generación y una época en la televisión venezolana. Fue y seguirá siendo el gran encantador de audiencias

Composición gráfica: Mercedes Rojas Páez-Pumar
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Palabra concisa y que da en el blanco. Elegancia cautiva y mirada seductora. Viril y ocurrente por naturaleza. Educador por convicción y elocuente por consecuencia. Renny Ottolina, un comunicador por todos lados. Aparentemente casado con Venezuela y comprometido con la credibilidad. Como pocos en el mundo, fue consciente de la responsabilidad de los medios de comunicación y de su repercusión en la sociedad. Entendió cómo hacer de Venezuela un mejor espacio para vivir a través de lo que se veía en la pantalla chica. “Encuentro la televisión venezolana culpable de ignorar la dignidad de los habitantes de nuestro país. Paralelamente la encuentro culpable de desidia en su programación y de pecar de ligereza en cuanto a la responsabilidad que implica su inmenso poder”, dijo Renny para el artículo “Juicio a la Televisión venezolana” publicado en la revista Semana. 

Renny Ottolina nació en la ciudad de las naranjas, Valencia. Su madre murió a dos años después de dar a luz. La batuta masculina la aportó su tío Carlos —ese que desde pequeño le inculcó enfrentarse a nuevos retos. Cuando tenía 17 decidió incursionar en la radio. En sus inicios se paseó por las cabinas de Radio Caracas y Radio Cultura. En 1953, apenas un año después de la llegada de la TV a Venezuela, Renny se estrenó como animador en la Televisora Nacional. Dos años más tarde se paró frente a las cámaras de Radio Caracas Televisión (RCTV) en el programa de entrevistas Lo de hoy.

En los años 60 se estrena en Televisa —más tarde Venevisión. Se convierte en el gerente general y en la voz más influyente del canal. Pero al animador le negaron ser accionista de la empresa, así que regresó a RCTV. A partir de allí los almuerzos venezolanos cambiaron. Renny era uno más en la mesa o quizá el plato fuerte con: El Show de Renny Ottolina. Al mediodía llegó a ser el más popular de todos los tiempos. La periodista Faitha Nahmens menciona: “él supo que este espacio era una oportunidad para ‘educar’ al país. Más que entretener, quería enseñar”. Por otro lado, hay quienes señalan la actitud aleccionadora del presentador como una pantomima del medio. Milagros Socorro afirma: “Yo diría que era muy farragoso. Él estaba sobrevalorado por su engolada voz. Su carisma lo hacía pensar que podía enseñar a la gente cómo ser.”

Luego los domingos de sofá se tornaron más entretenidos. Cedió el micrófono. Renny Presenta hizo creer a todos que el mundo era más pequeño de lo que pensaban. Artistas internacionales pisaron Maiquetía gracias al presentador. Ray Charles, Elton John, Diana Ross, Tom Jones fueron algunos de los invitados que cantaron en su espectáculo de ego. El famoso silbido que cerraba cada programa retumbaba de admiraciones y amores.

Video de la presentación de Tom Jones

Video Cherry Navarro

El aporte de Renny a los medios venezolanos

Renny sabía qué significaba ser visto por las audiencias que apenas se adaptaban a la caja de luz —todavía sin tecnicolor. Con cada palabra dejaba claro para qué era útil el poder. Obvio: para usarlo sobre los que no lo detenta y ni sueñan. Eso garantizó cambios en los medios. No sólo a nivel técnico sino también en la credibilidad de los periodistas. “En uno de los tantos viajes a Londres se topó en un canal de televisión dónde tenían equipos de grabación muy avanzados. Él tomó todos los gráficos de las estructuras y al llegar a Venezuela pidió que los construyeran aquí. Y así fue. Él trajo la primera ‘grúa’ soporte de cámara al país”, comenta Faitha Nahmens.

Fue el primer productor independiente. Esto garantizó que él mismo se encargara de estipular sus propios contenidos. No se regía por los cánones del canal ni de terceros. Controlaba sus anunciantes. Reitera Nahmens: “Él solo hacía publicidad de productos que tuvieren calidad. Si los probaba y le gustaban aceptaba la pauta, sino la rechazaba”. Lo que Renny publicitaba se convertía en oro. Era como el Rey Midas, se hacía rico y quienes lo requerían con su credo de vendedor de postín. Las ventas de esos productos se disparaban.

El blanco y negro se quedó atrás. La época dorada de la Tv le dio color a Renny. Y Renny a Venezuela. En 1971 se transmitió por primera vez un programa a color. El Churún Merú, también conducido por la estrella, mostró en su edición 1 los marrones y verdes del Salto Ángel. Sí, los venezolanos vieron al “Puma”, con o sin Lila, en su esplendor.

Primer programa en color:

Último programa de Renny Ottolina:

No más color

“Era tan popular como animador que saltó a la política. Fue el primero en romper con el partidismo. Él proponía una nueva concepción de civismo ciudadano. Eso representaba un aparente peligro para los políticos de entonces”, comenta el periodista Omar Lugo. Corría el año 1978. Estaba por finalizar la primera presidencia de Carlos Andrés Pérez. Los adecos amañaban el poder con holgura. Aunque populares, intuían un quiebre entre las masas. La semana del 6 de marzo al 12 Renny recibió una sorpresa. “Al parecer le regalaron un cuadro que mostraba a un avión junto a su flor favorita una semana antes del accidente”, comenta Faitha Nahmens. El lienzo para muchos se exhibe como una superstición o más bien agüero de lo que sucedería.

El 16 de marzo de 1978 Renny se montó en una avioneta Cessna 310 que se dirigía a la Isla de Margarita. La nave se estrelló contra El Pico Naiguatá. Luis Chataing recuerda: “Mi padre fue su amigo. Jamás olvidaré cuando, siendo yo un niño, me mostró los lentes partidos a la mitad, metidos en una bolsa transparente, que habían recuperado en el lugar del siniestro”.

Muchos especulan que, como toda su vida fue una constante campaña política, Renny podía conquistar peldaños de poder. Incluso llegar hasta la presidencia. Los corros alrededor de su muerte chismean que el accidente fue en venganza. No una casualidad. El fin: callar al ídolo en su carrera de líder. Y, sin embargo, su legado sigue vigente. Fans predican que hasta el momento nadie le ha llegado a los talones. “Protagonizó la época de oro de la televisión venezolana. Ottolina supo combinar la clase con popularidad”, acierta Omar Lugo. “En el velorio de Danilo Anderson le pregunté a un trabajador del cementerio del Este cuál ha sido el entierro más grande que han visto, contestó: ‘el de Renny’”, cierra Nahmens.

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