Economía

Inflación e improductividad aplanaron el salario de los trabajadores

El debilitamiento sindical, la improductividad, la falta de consenso entre el patrón y empleados de la administración pública, aunado a la creciente inflación, causaron un aplanamiento generalizado del salario, coincidieron expertos en el foro “Deterioro de la capacidad adquisitiva de los trabajadores”, organizado por Cedice Libertad.

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Texto: Stephanie Lozada / Foto: Dagne Cobo Buschbeck.

En un estudio realizado por el economista y profesor universitario Humberto García Larralde, se señala que el reparto como política legítima del Estado ha incrementado la dependencia de los recursos petroleros, al no haber invertido en el aparato productivo en momentos de bonanza.

“De los ocho millones de personas activas en el ámbito laboral, la mitad devenga salarios mínimo. El resto no se aleja mucho de este monto por la poca capacidad de las empresas de pagar de acuerdo al mérito”, destacó el profesor universitario. Indicó que en el resto del mundo, solo 10% de la población gana un sueldo base.

Los voceros coincidieron en que el fraccionamiento de los sindicatos es una pérdida significativa para los trabajadores, sobre todo para el sector público, ya que la poca coacción genera que no se ejerza presión en los debates ante el Estado.

Además, la falta de conciliación entre el Ejecutivo y sus empleados se refleja en la cantidad de discusiones de contratos colectivos que se concretan. Según Froilán Barrios, secretario ejecutivo de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, de 20 contratos existentes, llegan a la mesa de negociación dos en condiciones precarias, donde el salario base es el monto máximo que se aprobará.

El incremento de la plantilla laboral mantiene el gasto público en constante crecimiento. En el primer año de mandato del presidente Hugo Chávez, la nómina gubernamental llegaba al millón de personas, en la actualidad, se estima que más de 2,7 millones de personas laboran para el gobierno.

Barrios aseveró que también se perdió la institucionalidad laboral con un alza de 30% de ausentismo en 2016, por la falsa interpretación de no poder despedir a ningún empleado por decreto de ley. Sin embargo en el último año, las faltas se han disminuido en el sector industrial a 0,5% solo para aprovechar los comedores.

“Los obreros prefieren comer en la empresa porque no pueden pagar la comida con lo que cobran; hay muchos que le llevan comida a sus hijos”, lamentó el sindicalista.

Los expertos están de acuerdo en que la meritocracia ha quedado relegada por dos razones: el pago no se calcula con base en el esfuerzo y el trabajo, sino por los reajustes en los tabuladores a causa de los decretos presidenciales. Esto incide en la “resignación moral” del empleado, que conlleva al ausentismo, por no sentirse motivado.

“Un porcentaje importante de la población no tendrá noción de lo que es trabajar gracias a las dádivas gubernamentales, esto marcará una conducta, un antes y un después que podría representar un choque”, indicó el economista presidente del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cendas), Oscar Meza.

Meza indicó  la ilusión monetaria creada por los aumentos salariales ha mermado, ya que el venezolano entiende las repercusiones de este incremento en el alza de precios, sobre todo en la cesta básica.

– Rentismo y productividad –

Larralde indicó que el gobierno ha hecho uso discrecional del rentismo en subsidios que no mejoran la productividad, sino intentan mantener un estatus de estabilidad en condiciones de colapso.

Larralde comparó el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez con la gestión de Hugo Chavéz, dos mandatos donde hubo un hito en ingresos por la venta de crudo, y concluyó que las políticas de la “siembra” entre 1968 y 1978, fue un factor determinante en el desarrollo económico del país.

En el caso de CAP las divisas provenientes del petróleo fueron al apalancamiento de la industria productiva de la época, mientras que Chávez, utilizó los recursos provenientes del barril a 100 dólares por barril, para asistencia sociales, entregados directamente a través de los subsidios, sin crear fondos de respaldo para años venideros.

Meza recordó que la escasez no está asociada a la caída de los precios del crudo, ya que es directamente proporcional a la producción que existe en el país y colocó de ejemplo, la baja de hasta 10 dólares del barril en el gobierno de Rafael Caldera, donde afirmó no hubo desabastecimiento.

Dijo que hoy en día 25 artículos de 58 que conforman la canasta básica alimentaria no aparecen en el mercado de manera regular.

Cendas estima que la inflación de los alimentos sube 1,54% mensual, lo que equivale al alza de precios anualizada en República Dominicana en todo 2015.

Según cálculos del presidente de la Comisión de Asuntos Laborales de Fedecámaras, Aurelio Concheso, la inflación de 2016 es mayor que la acumulada en los primeros 150 años de historia republicana hasta 1980

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