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Anomalisa: el extraño mundo de Charlie Kaufmann llega a Venecia

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VENECIA, Italia (AP) — Es extraño pero cierto, una de las películas más humanas y emocionalmente complejas en el Festival de Cine de Venecia incluye a un elenco de títeres.

Los críticos se están deshaciendo en elogios para «Anomalisa», una cinta escrita por Charlie Kaufman, el ingenioso guionista de «Being John Malkovich» y «Eternal Sunshine of the Spotless Mind», codirigida por Kaufman y el animador de stop motion Duke Johnson.

Tierna, divertida y perturbadora, la cinta sigue al orador motivacional Michael Stone en un viaje de negocios a Cincinnati mientras lucha por comprender por qué se siente desconectado del mundo y de casi todos a su alrededor.

La película es una adaptación de una obra escrita por Kaufman bajo el seudónimo de Francis Fregoli, nombre que tomó del síndrome de Frégoli, un raro desorden que hace que la gente piense que todos los demás son una misma persona.

Kaufman dijo que el síndrome lo impactó como «una metáfora para cierto tipo de aislamiento o disociación».

Se dio cuenta de que podía reproducir el sentimiento «con tres actores, uno de los cuales interpreta 50 personajes».

En «Anomalisa», David Thewlis hace la voz de Stone, Jennifer Jason Leigh interpreta a Lisa, una empleada de un servicio telefónico de atención al cliente y la única persona con la que Stone siente una conexión, y Tom Noonan da vida a todos los demás personajes, desde la esposa y el hijo del protagonista hasta un taxista y personal de un hotel.

La misteriosa similitud vocal es uno de los muchos aspectos perturbadores del filme, que mezcla autenticidad emocional con animación de stop motion. Los personajes son títeres (pueden verse claramente las costuras que unen los segmentos de sus cabezas) pero también son increíblemente detallados e intensamente vívidos.

La escena más impresionante es una de sexo, explícita y altamente creíble, bastante diferente del sexo cómico entre marionetas de «Team America: World Police» de Trey Parker y Matt Stone.

«No queríamos que resultara cómica», dijo Kaufman en una entrevista en Venecia el miércoles. «Quisimos que fuera real. No como que, ‘Ay, mira, son títeres teniendo sexo»’.

«La gente ha dicho que es realmente incómodo», añadió en tono de aprobación. «Sienten que están espiando algo que no deberían».

Johnson dijo que la naturaleza manual de la animación cuadro por cuadro le da una calidad que no tiene la animación por computadora.

«Tu cerebro puede percibir cuando algo es real, cuando existe en el espacio y el tiempo real», dijo. «Cuando miras stop motion de alguna manera estás consciente de que esas cosas existen realmente y que alguien las estuvo manipulando e interactuando con ellas».

«Se pueden ver los brochazos en el proceso y eso le da un nivel de sentimiento y profundidad».

La animación con stop motion es intensa. «Anomalisa» necesitó dos años para filmarse con un ritmo de dos segundos de tiempo en pantalla por día

Sin embargo, los admiradores de Kaufman han aprendido a ser pacientes. Han pasado siete años desde su última película, «Synecdoche, New York» — un éxito entre la crítica pero un fracaso en taquilla.

«Siete años 35 días y seis horas», dijo Kaufman haciéndose el serio. «No fue mi elección, he estado trabajando, he estado tratando de hacer cosas, he escrito tres guiones y tres pilotos, uno de los cales filmé pero no fue distribuido. Estoy escribiendo una novela».

«Intento. La industria se volvió más difícil en 2008. Creo que la gente se arriesga menos por la economía».

«Anomalisa» se creó con fondos independientes, sus primeros 400.000 dólares se recaudaron con la plataforma de financiamiento Kickstarter.

En Venecia la película es una de las principales contendientes por el León de Oro, que será entregado en sábado. Si bien la celebración de la crítica no asegura el éxito comercial, al menos Kaufman suena creativamente energizado por la aventura del stop motion.

«Tenía la idea de tratar de hacer una película de stop action con gente real», dijo. «No creo que sea posible, pero me pareció que sería interesante si podríamos llegar al nivel de detalle que se tiene con esas marionetas».

Viendo hacia la laguna de Venecia el directo pensó sobre las dificultades técnicas que representaría un experimento así.

«No creo que la gente pueda mantener su pose tan bien. Se movería demasiado. ¿Cómo evitas que parpadeen o muevan sus ojos?»

«Se podrían poner ojos falsos, esa sería la solución».

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