Entrevista UB

Estefanía León: "Me dejo llevar más por la improvisación"

Aporta la mirada femenina en el podcast El Cuartico. Encanto, malandreo, chispa y un altísimo desempeño como actriz: paseamos un rato con Estefanía León

estefanía
Fotos: Betania Ibarra @bibarris
Publicidad

L

Apenas la vio, Estefanía, supo que se iba a montar. Aceptó posar aquí y allá, cruzando la calle como descubierta por un paparazi, hizo muecas, corazoncitos, fue colectora en un por puesto, malandreó, casi no pudo posar con cara seria y de una entrompó al motorizado que descansaba en las escaleras de Parque Cristal.

«Claro», le dijo el tipo sin siquiera levantarse. ¿Cómo iba a decirle que no a Estefanía León, mejor conocida como The Lion Queen, es decir, la reina del podcast El Cuartico, por si te falta más información. «Teamooo«, le grita la conductora del carro que casi se clava con la acera cuando la vio batiendo la melena en la moto.

Y mientras se retoca el labial mirándose en el retrovisor, una pareja en moto da la vuelta para saludar y pedirle la respectiva «foto boleta».

«¿Están haciendo una publicidad de Empire?», preguntan. Y mira, no. Pero mala idea no es. ¿Se activan?

estefanía

-Esa vocación de actriz, ¿cómo se reveló?

-Sabes que siento que eso era lo que yo más claro tenía porque es lo único que he hecho durante años. No de una manera tan consistente, pero recordando, lo he hecho desde bachillerato en obras de teatro. Recuerdo dos. Una era “Romeo y Julieta”. Yo era como un policía de Julieta y empecé a hablar con acento paraguayo porque veía una novela en la que había una paraguaya que era comiquísima. Entonces, dije «yo quiero ser la policía» y empecé a hablar paraguayo… En “Romeo y Julieta”, en cuarto año de bachillerato. Siempre he estado actuando y actuando cómico. Era algo que tenía claro, pero al mismo tiempo no porque nunca lo exploté.

La otra obra era algo de Horacio Quiroga que nos mandaron a escenificar en la que yo era como un gallo. Una locura… Me llama la atención que siempre buscaba personajes cómicos.

-¿Los buscabas o te buscaban para que los hicieras?

-Los buscaba yo. El policía de “Romeo y Julieta” no tiene por qué ser cómico (habla con el acento que según ella es paraguayo). Toda la obra era cómica. Todo siempre estaba en esa vibra…

En algún momento de 2016, Nanutria –un amigo comediante- tenía un show de improvisación que se llamaba “Y mí persona”…

-“Un amigo comediante”… ¡Todos sabemos quién es Nanutria!

-Bueno, bueno, no sé… Tenía esa obra y yo sin el más mínimo conocimiento y sin la más mínima vergüenza, le dije: “métame”. Ayúdame, yo le echo bolas. No tenía la formación, pero siempre tuve el deseo de actuar y de actuar en lo cómico. En “Y mí persona” creo que fue cuando comencé oficialmente y de ahí fui probando en impro. Estuve en un colectivo que se llamaba Noches de Impro y montamos el show “1,2,3,4”, que lo dirigía Poly Díaz. Esa fue realmente la escuela, quedé como actriz fija todos los fines de semana en el BOD. Fue mi escuela durante bastantes meses, hasta que me fui.

-Entonces sí había un trabajo de actuación previo a El Cuartico

-Sí. Me mudé a México y en 2019 iniciaron Improvisto en México. Fui al casting y quedé. Hicimos funciones, ensayos y luego llegó la pandemia, paró Improvisto y al mismo tiempo empezó El Cuartico. Y era el momento de enfocarme en El Cuartico.

estefanía
Estefanía aprovechó de pasear por Caracas tras la gira de El Cuartico en abril (Fotos: Betania Ibarra @bibarris)

-En esto de los podcasts, ¿tu primera experiencia fue De a Toque, correcto?

-Sí, claro. Creo que eso lo empezamos en 2018. Yo empecé a trabajar en comedia desde 2015. Escribir, hacer guiones… Empecé a trabajar para “Pero tenemos patria”, empecé a escribir para “Reporte Semanal”, con el Profesor Briceño, escribí para El Mostacho, para El Chigüire Bipolar y para otros proyectos de comedia, pero nunca era yo la imagen. Creo que De a Toque fue el primer “hola soy yo, estoy aquí”.

-¿Cómo defines tu papel dentro de El Cuartico? ¿Qué es lo que te toca hacer?

-Aunque lo ejercemos los tres, creo que uno de mis lugares en El Cuartico es ser la cómica, la que hace chistes. Es una dinámica que tenemos clara los tres. Creo que también parte de mi lugar es ser la mujer. Porque soy mujer, obviamente, pero es cool porque no todos los podcasts tienen mujeres.

Lo digo porque muchas veces se me acercan chamas, mujeres y me dicen “qué bolas ese chiste, qué bolas eso que dijiste, yo me identifico con eso” y me doy cuenta de que generalmente las mujeres estamos expuestas a contenido solo hecho por hombres y pasa que estás frente a la pantalla y dices “eso no es así, chamo, tas equivocado”, porque no tienes esa representación. No quiero decir que sea un tema de representación, estoy ahí porque soy comediante, pero es cool que haya un espacio para mujeres que consuman contenido hecho por mujeres. 

-Además eso implica que te toca aportar la visión femenina en la dinámica con dos hombres…

-Sí, 100%. Es que de verdad me ha pasado que me siento a ver podcasts hechos por hombres y digo “esto que estás diciendo es de un nivel de estupidez importante”. Uno tiene una visión diferente y ese es también mi aporte a El Cuartico: “No reyes, ustedes están equivocados porque nosotras las mujeres lo vemos así”. Se ha creado esta dinámica de tener las dos visiones sobre un mismo tema.

-Tampoco eres la mujer que está como decoración…

-Cero. Estoy ahí porque soy cómica, porque soy buena, porque soy talentosa, porque sé desenvolverme en la comedia, escribo desde hace muchos años. Esa es la realidad. Pero también sirve para ofrecer otra visión.

estefanía
estefanía

-Al momento de grabar, ¿qué tanto te basas en la improvisación y qué tanto en material ya preparado?

-¿Te refieres a la información o a la comedia?

-A las dos cosas

-El Cuartico está pensado para tener un tema que está investigado, no es que nos sentamos ahí a decir locuras. En cuanto a la investigación, los tres leemos. Este es un trabajo en el que antes del episodio todo el mundo se sienta, lee, llama a amigos, pregunta, te lees 17 artículos y dices “okey, ya entiendo el tema”. Es una dinámica que tenemos los tres, la magia es decir “quéeeee”, “pero cómo va a ser”. Esa es parte de la magia, ejercer el papel de público: no entiendo, explícame eso. Para que el tema avance y que todo el mundo entienda lo que estamos hablando.

En cuanto a la comedia, debo admitir que me dejo llevar más por la improvisación: me enfoco en ver qué pesco aquí para rematar. O sea, algo que me lanza Daniel o que me lanza Chucho, estoy ahí pendiente.

Muchas veces lo comparo con un juego de fútbol: estás esperando que alguien te la pase para clavarla y meter gol. Eso es todo. Y puedes meter el gol o ejerces el “agarra ahí que te va”. Es como una dinámica de fútbol.

Pasa que hay veces en las que tengo un chiste aquí y digo “Dios mío esto lo tengo clarito” y no se da porque no es de lo que estamos hablando. Si fluye, fluye. Y si no, no. Creo que los tres estamos muy activos en recibir el balón o patearlo. ¿Remato? No, remató Chucho o remató Daniel… La dinámica es más improvisada. Puede pasar un día que llegamos cada uno con algo escrito, pero no nos lo decimos, es voy y nos reímos naturalmente para que no sea actuado.

-También está ese reto de “quiero hacer reír a estos dos”

-Sin duda. Hacer reír es la misión del comediante donde vaya. Pasa en el episodio, pasa en la vida, pasa en la esquina, pasa en un show, pasa cuando le vas a pagar a alguien, estás ahí y empiezas a lanzarle chistes a una cajera que está harta en el supermercado… Y si se ríe, dices “gracias Dios soy comediante”.

Uno siempre está buscando chistes, siempre estás buscando hacer reír a otros comediantes. Lo bonito del proyecto y estar con dos compañeros, que son dos amigos, es que se presta para reirnos. Fluimos. Yo le lanzo algo a Chucho y se ríe. Chucho me lanza algo y me mata. Daniel lanza y nos mata. Eso es bonito.

-¿El proceso de creación es algo que tienes sistematizado o son chispazos que te van pasando a lo largo del día?

-Me gustaría ser más disciplinada. Pero, a ver: El Cuartico funciona como una empresa, tenemos un horario de trabajo, tenemos una llamada todos los lunes a las 11: ¿qué hay mañana? ¿qué vamos a hablar en Patreon? Está muy estructurado. Podemos planificar los cuatro próximos episodios del mes.

A nivel de ideas, si es entre los tres fluye como en una empresa, es sentarse y decir “mañana este guion tiene que estar listo”. Creo que puede haber ese concepto de que las ideas te llegan, pero no, las ideas se tienen que desarrollar y funcionan así y estás sentado pensando en la idea. Y punto. Pero si me hablas de mí, soy mucho más de “aaaay, hoy voy a subir este video que se me ocurrió”. Más bien me gustaría ser más consistente conmigo misma.

Pero el proyecto tiene un sistema, un loop de trabajo que funciona y tiene que cumplirse. Pero si es Estefanía… Estefanía siempre está esperando el chispazo

-Porque no sientes la presión…

-Y no está bien, porque si publicara más me iría muchísimo mejor. Pero siempre es “ay mañana, mañana”…

estefanía

-¿Te ves metiéndole en firme a hacer stand-up más allá de El Cuartico?

-Sí. El stand-up es un tema por el que la gente pregunta bastante… En cuanto al stand-up, hice poco en Venezuela. Muy poco… Por eso para mí era “pregúntenme sobre la impro, la amo demasiado”. Y luego me fui a México. Emigrar es complicado… Cuando emigras lo primero que te ocupa es comer, resolver tu día a día, tengo que ir al supermercado, ¿puedo comprar un queso y un jamón?

-Igual te pasa quedándote a aquí…

-También… también… Pasé un tiempo sin querer montarme y creo que ahorita estoy en una etapa de mi vida en la que dije “voy a probar otra vez stand-up”. Entonces, no sé a dónde va el futuro, quizás se de un show mío sola, quizás no, pero estoy en un momento en el que dije: “ok, me voy a volver a montar en tarima a probar a ver qué tal”.

-Esa decisión implica ponerse a escribir… ¿Ya estás trabajando en eso?

-Sí, sí, sí. Lo hablé con una amiga y me dijo “¿chama por qué le metes tanta cabeza?”. Porque digo “¿quiero?”… Para mí es importante el ¿quiero hacer esto? Sí quiero. No, no quiero. ¿Quiero? Y simplemente dije voy a montarme en México, hay muchos circuitos de amigos, Daniel y Chucho tienen un circuito, Nadia María tiene uno, Poly tiene otro, entonces he aprovechado estos espacios para explorar si realmente me siento cómoda, bien, tripeo. Porque hay cosas con las que he conectado muy rápido, como la impro: me monté y dije “esto me fascina, me da un nivel de felicidad indescriptible”. Con el stand-up tengo que ver cómo me siento. Tengo varios meses ya que me presento al menos una vez al mes, voy a uno, voy a otro, escribo chistes… Estoy mucho más abocada a eso de lo que estaba antes. Estoy en “déjame ver cómo fluye”.

estefanía

-¿Qué tipo de temas te gustan más a ti a la hora de llevar propuestas para El Cuartico?

-Estoy muy abierta a lo que suceda. Podría decir los temas que no me gustan: los temas de economía no son mi fuerte, siempre digo “ay no Dios, Chucho tengo que pagar la tarjeta de crédito y no entiendo nada”. Odio que se entienda un poco como “ay pero si yo sólo soy bella”. No es mi fuerte, siempre lo hablamos… Pero a todo lo demás estoy súper abierta y creo que me encanta la diversidad, que haya política, algo más pop, hoy hablamos del reguetón y otro día es la guerra, Ucrania… Esa variedad de temas te permiten darte cuenta de que puedes hacer chistes de muchas cosas. Te amplían la gama: puedo hablar de lo que sea y puedo chistear lo que sea.

Una regla muy importante de El Cuartico es que todos los temas nos gustan, nos tienen que parecer interesante. Si no nos gusta a los tres, no se da el episodio.

-Cuando están trabajando los temas y haciendo el capítulo, ¿lo hacen con la conciencia de “tenemos que hablar para que toda Latinoamérica nos entienda” o nos vamos a lo venezolano y listo?

-Ese es un error que aprendimos nosotros a los coñazos. Y sé de varios amigos comediantes que también lo aprendieron así. Cuando emigras entras en una locura mental de decir “todo el mundo me tiene que entender, le voy a hablar a Argentina, pero también a Perú, pero también a Bogotá y a Guatemala” y eso no tiene ni pies ni cabeza. Vas perdiendo tu identidad y mientras pierdes tu identidad eres menos tú, y mientras eres menos tú, eres menos cómico. Es un hilo de decisiones equivocadas.

En un principio pensamos “no hay que decir palabras muy venezolanas para que todos nos entiendan” y eso se desmontó tan rápido que vemos hacia atrás y nos da risa y pena como que “qué bobos, qué ingenuos”. Mientras más empezamos a descubrir nuestra identidad, a ser más nosotros mismos, a decir “yo hablo así”,a tocar temas venezolanos, llegó más gente. Y llegó más gente venezolana y más gente de otros países. Mientras más genuinos fuimos al proyecto le fue mejor.

Nosotros vemos “El Chavo” y entendemos perfectamente todo lo que está pasando y “El Chavo” más mexicano imposible. Y consumimos comediantes mexicanos que son 100% mexicanos, y consumimos comediantes argentinos que son 100% argentinos y chilenos y colombianos…

-Y ninguno de ellos se ha impuesto eso nunca… Pero en algún momento los comediantes venezolanos tuvieron eso en la cabeza cuando se planteaban hacer shows fuera del país

-Claro porque me imagino que quizás…

-No nos habíamos ido en masa…

-No sé si es que no se habían ido tantos comediantes en masa de algún otro país, entonces no se han enfrentado a este dilema de tener que cambiar tu identidad. Nos pasó a los venezolanos: nos fuimos un montón y dices «quién soy, qué hago, cómo me adapto… Hasta qué momento me adapto a esto pero sin perder lo que soy». Nos vimos ante ese dilema en todas las carreras, en todos los espacios y al final descubres que no hay nada mejor que ser tú mismo. Y que la gente entiende… La gente empieza a preguntar “¿qué es arrechera? ¿qué es jalar bolas?” y vas explicando… Eso te ayuda a que más gente te entienda porque se adaptan a ti.

-Y les da más risa…

-Y les da más risa. Yo consumo comedia mexicana y me mata de la risa y ellos están en su elemento, sin tener que cambiar.

estefanía

-¿Han percibido o hay una manera de cuantificar si han conquistado a público mexicano?

-No te podría decir un porcentaje, no hay manera… Cuando vas a los shows sí se nos acercan mexicanos y se ríen. Nos pasó también en España con españoles, lo vimos en un show en Valencia. Sí te das cuenta de que te llega gente de todos lados.

-¿Estás experimentando cierto grado de fama, te reconocen en la calle aquí o en México?

-Ciudad de México tiene 30 millones de habitantes, que es prácticamente la población de Venezuela, entonces, eres un anónimo…

-Si eres famosa en México, eres realmente famosa…

-Sí, tengo amigos que se podrían considerar realmente famosos. He salido con ellos, estamos en la calle y digo “ah, okey, okey”. Entonces, estás en una ciudad en la que están pasando muchas cosas, hay mucha gente… sí te reconocen si llegas a un lugar u otro, pero no es lo común, cosa que me parece exquisita. Para mí es lo máximo no tener que estar pendiente de “¿hoy me peiné? Dios mío, qué vergüenza”.

Y en Venezuela, bueno, es tu país. De eso sí te puedo hablar: las métricas de “El Cuartico” más altas, el público está en Venezuela. Entonces digamos que la gente aquí te reconoce…

-Tienes que peinarte…

-Tengo que peinarme, tengo que bañarme, champú… peinarme las cejas… estoy un poco más consciente de no andar vuelta mierda. Me agarran en México en el supermercado y me dices “amiiiga qué te pasó. ¿A ustedes no les estaba yendo bien? ¿Por qué andas con esa pijama?” Una vez salí y me di cuenta tanto tiempo después de que tenía un hueco atrás en la pijama… Fui al supermercado, regresé y dije qué pasó, un huecote…

-¿Por qué esa fascinación femenina de salir a la calle en pijama?

-¡Divino! El supermercado es a una cuadra, o sea, no hay manera de que yo me cambie la ropa… Llegué, hice así y huecazo: mi momento más humilde.

estefanía

-¿De haberse quedado en Caracas crees que existiría El Cuartico aquí?

-No sé… Diría que no, porque allá las condiciones se dieron para que sucediera. Aquí los tres trabajábamos en Plop, cada quien tenía su proyecto: Daniel llevaba El Chigüire Bipolar, Chucho tenía su programa de radio, yo estaba con De a Toque y otras cosas… Creo que cuando los tres emigramos y los tres elegimos individualmente México, resultó que teníamos amigos comediantes en México. Yo me fui sabiendo que tenía a varios amigos comediantes, sabiendo que Plop estaba coqueteando con proyectos en México. Me fui y dije “si algo se llega a dar, quiero que sepas que estoy… hola, hola, estoy aquí”. Llegué y a los dos años se empezó a hablar de un podcast y yo dije “¿cómo estás? Vivo en este país y estoy dispuesta”. Y fue lo que pasó. Varios nos fuimos con la visión de que algo se podía dar. Y se dio.

-¿Llegó un momento allá en el que los tres se preguntaron qué podían hacer?

-Fue diferente. Empezó con que El Chigüire Bipolar quería un proyecto audiovisual, pero habíamos probado varios formatos que no habían funcionado y querían algo pero no sabían qué. Algo cómico pero que no fueran noticias falsas porque no funcionaba porque la gente no entiende cuando está viendo una noticia falsa. Y se empezó a hablar de la posibilidad de un podcast y, de hecho, empiezan a trabajar Chucho y Daniel en eso. Yo no participé en nada de esto y un día Daniel me dice “mira eres tú, te elegimos” y yo “dale, nómbrame, nómbrame”. Un día me llamaron: “mira, somos los tres”. Vamos a echarle bolas. No fue algo que pensamos solos sino que surgió con el respaldo de Plop.

-¿Y sigue con el respaldo de Plop?

-No, ya nosotros funcionamos como una empresa. Somos socios, pero digamos que toda la identidad, las decisiones, son 100% de nosotros.

-Acabas de recorrer varias ciudades con el show de El Cuartico, tenías tiempo sin venir… ¿qué impresión te llevas de la gira?

-Primero, nunca había ido a algunas de las ciudades. Nunca había estado en Maracaibo, en Barquisimeto… Ni en Valencia. Era como, qué cool, una emoción súper grande, súper bonita. Me sentí agradecida. Vinimos hace dos años e hicimos solo una función en Caracas, que fue más pequeña pero que igual para nosotros fue increíble. Y en esta fue la oportunidad de ver que el proyecto había crecido.

Pasa eso, que estás detrás de una pantalla y subiendo contenido, la gente te escribe, pero realmente no estás consciente de la cantidad de gente que está ahí pendiente. Los shows en general son ver eso en persona, sentirlo, ver que es real. Digamos que esta gira fue una oportunidad para ver cómo habíamos crecido, de ver a la gente que seguía el proyecto, ir a otras ciudades fue increíble. Creo que me quedo… Dios mío estoy buscando la forma de no decir esto de la manera más ridícula… Me quedo con el amor de la gente.

-Bueno, bueno… también puedes ser cuchi, ¡no tienes que ser la leona todo el tiempo!

-¡Es que no quiero que suene como que estoy en una entrevista en un programa mañanero! Pero sí, me quedo con que la gente es súper afectuosa, se te acercan, te dicen me encanta y me acuerdo de esto y tú me acompañaste cuando tal… Es abrumador en el sentido positivo de la palabra. No sabía que tenía este impacto en la vida de la gente. Es bellísimo.

estefania
«Me quedo con el amor de la gente»

-¿Qué es lo que más te gusta y lo que más odias de estar de gira?

-Es que es una experiencia increíble…

-Todo te gusta…

-Todo me gusta… Te diría que lo que no me gusta es que llega un momento en el que odio montarme en un avión. Lo cual sonará como “ay discúlpaaame Oooscar, estoy haaarta”. No quiero sonar como una malagradecida, no quiero sonar como una sifrina mojoneada… Y eso no es nada en comparación a lo bueno que es absolutamente todo. Viajas, conoces, paseas, estás con tus amigos. Nosotros, además, vivimos extremo. No sé si eso está bien, pero como somos tres, decimos vamos a caminar, vámonos pa un bar, vamos… Es como que sales con tus amigos y en la noche tienes trabajo. Es una experiencia que disfrutamos al tope. Y la gente puede ver que vivimos y conocemos las ciudades. A veces decimos que no nos pongan en hoteles caros, porque el tiempo que pasamos en las habitaciones es mínimo. Llegamos, nos bañamos, nos cambiamos para el show y estamos listos. El resto del día es conociendo, paseando. Es una experiencia maravillosa.

Publicidad
Publicidad