Espectáculos

1991, el año que sacudió al mundo de la música

Han pasado cinco lustros del que se considera es el mejor año para la música rock (el pop y lo latino tuvo lo suyo), el tiempo en que se publicaron álbumes que lograron convertirse no solo en los más emblemáticos de sus respectivos artistas, sino en objetos de culto. Así se vivieron aquellos lanzamientos hace 25 años, también en Venezuela.

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La cantidad y calidad de discos que salieron al mercado hacen de 1991 un año particular, contentivo de un fenómeno que ocurrió antes en 1967, 1969, 1977 y 1984, con una diferencia: la consolidación del CD como formato y la variedad de géneros, incluyendo aquellos perfeccionados desde finales de la década anterior.

Se trató de un año que definió el escenario musical rockero de una nueva generación. Una transición que mostró el cambio no solo de contenidos e intenciones, sino de sonidos. Lo que estaba por morir terminó de caer, como el rock inteligente de Dire Straits, que publicaron su último álbum, On Every Street; el final de la historia de Freddie Mercury con su último disco en vida, Innuendo, el décimo cuarto de Queen; o el cierre de Phil Collins con Genesis al publicar We can’t dance. Fuera de la escena musical, terminaba formalmente la Guerra Fría con la caída de la Unión Soviética y la «Generación X» alzó la voz y comenzó a sustituir a los «baby boomers» como el centro social.

Sí, en 1991 se publicó Nevermind de Nirvana, el segundo trabajo de la banda de Seattle y el primero de carácter masivo al ser empujado por una gran disquera (DGC Records, de Geffen, subsidiaria de Warner Bros. Records). Fue el disco que puso en boca de la gente la palabra grunge, y que mostró el cambio emocional de un público: adiós a las canciones felices y hola a las líricas de descontento, desarraigo, inconformidad. Cierto es que el sonido de los de Kurt Cobain no era una novedad. Nirvana había debutado dos años antes y en este disco supo sintetizar los sonidos de bandas underground que habían sido ignoradas -o desconocidas- por el gran público durante años, como apunta Michael Azerrad en su libro Our Band Could Be Your Life, un ensayo sobre la escena indie de finales de los 80.

Así, la agrupación condensó lo que venía haciendo Sonic Youth, Pixies y tantas otras firmas de impacto local, pero imprimiendo mucha más fuerza, con melodías memorables, riffs de guitarras frescos y abrasivos y gritos desgarrados pero siempre afinados en voz de Kurt Cobain. Fue el disco que rebatió la idea de que los mejores discos de rock solo tenían fechas entre los años 60 y 70. No obstante, también hay que decir que el impacto del disco no fue inmediato. De hecho, en muchas listas de éxitos dejó huella fue en 1992, cuando en Estados Unidos desbancó a Dangerous de Michael Jackson como lo más vendido a partir de enero, y en Venezuela se consolidó en su distribución.

La trilogía

Lo que venía gestándose desde los años 80 explotó en 1991. Apenas en marzo se publica Out of Time, de REM. La banda ya tenía 10 años de recorrido pero lograron firmar con una gran disquera y lanzar el álbum que consolidó al «rock alternativo» con éxitos como «Losing my religion» o «Shiny Happy People». Era el triunfo del rock de los suburbios norteamericanos, criado en las universidades de ese país, que además invadió los escenarios ese mismo año con el primer Lollapalooza de la historia, en Chicago (luego superado por la llegada al mainstream del hip hop con el disco Niggaz4life, de N.W.A.que desbancó a REM ese año).

En la escena metalera, Metallica puso en boca de todos su LP homónimo para siempre conocido como el «Black album», de estética más abierta, con canciones que levantaron sospechas entre su fanaticada más dura. Aún así, logró convertirse en el disco de metal más vendido en  la historia -y en su propia discografía- y consolidar a la agrupación como los abanderados del género, ya no uno marginal y ruidoso, sino inscrito en la onda del rock mundial (en 1992 la banda participó en el evento masivo del año: el concierto tributo a Freddie Mercury).

Desde Europa también se entendió el cambio cultural. Quienes mejor lo entendieron fue U2, que ya habían gozado en los 80 de estatus de estrellas con su The Joshua Tree (1987). En 1991 se reinventaron y lanzaron Achtung Baby, hecho en Berlín del Este (en los estudios Hansa, donde se hizo la trilogía berlinesa de Bowie) en tiempos de transformaciones políticas, buscando inspiración en la reunificación alemana. Cierto es que el disco tuvo una aproximación más personal que política, que buscaba redimensionar a la propia agrupación, que quería hacer de U2 una agrupación de reflexión humana e intimista, como la canción «One».

Félix Allueva, fundador del Festival Nuevas Bandas, recuerda que en Venezuela el impacto de todos esos discos fue relativo. «Llegaban, los conseguíamos, sabíamos que había una renovación del metal, una movida fuerte con el grunge, el avance de lo alternativo luego conocido como indie, la renovación de bandas como U2. Pero el impacto de mercado no es grande sino en relación a nuestra capacidad de consumo y a pequeñas tribus urbanas», dice.

Carlos Espinoza Raybans, fundador y director de Record Report, recuerda que el álbum Metallica «fue el más venido de los catálogos internacionales de Sonográfica durante tres o cuatro meses. Estaba editado en disco compacto, hecho en Venezuela, y la fábrica no se daba abasto. Creo que se vendieron unos 50  mil discos aquí, que en esa época era una bestialidad», recuerda quien entonces formaba parte de la disquera del Grupo 1BC.

Comienzos de una historia

En el caso de los debutantes, hay que mencionar a Pearl Jam con Ten. El disco que comenzó la historia de la banda de Eddie Vedder mostró las posibilidades comerciales del rock de nuevo cuño, aunque su circuito de ventas tardó en darle cabida y la facturación comenzó a ser importante casi un año después de su lanzamiento. También se estenaron Smashing Pumpkins, Blur, Massive Attack y Seal, entre otros.

Entretanto, en Canadá debutaba una cantante que impactó la década más tarde: Alanis Morissette lanzó en 1991 su debut local que alcanzó las 100 mil copias vendidas en ese país, y no se vendió en otros mercados. También, en Colombia comenzaba una barranquillera a escribir su historia: Shakira publicó su debut, Magia, en 1991 y le fue tan mal que tan solo vendió mil copias. Y Estados Unidos y Latinoamérica recibió de un solo golpe el primer disco solista de Ricky Martin, este sí publicado con fuerza continental gracias a CBS International (Columbia) y Sony Music.

Por cierto que la escena latina se enamoró, literalmente, de Luis Miguel gracias a Romance, el disco de boleros publicado ese año que no solo revivió el género sino que hizo del mexicano un artista con appeal para varias generaciones.

En Venezuela se hacían cosas

El año 1991 de la escena venezolana es emblemático para el rock. Fue cuando se editaron discos grabados años antes pero que por fin salieron al mercado, como Dioses terrestres, de El Rastro, o Documento de actitud, la única placa oficial de La Seguridad Nacional. Dos de las tres agrupaciones más emblemáticas del momento, y de la historia local, publicaron discos. Salió el segundo álbum de Zapato 3, su más exitoso, Bésame y suicídate (Sonográfica), con piezas como «Amo las estrellas», «Pantaletas negras», «Unas asesinas», «Como un fantasma», «Ahora estoy sin tí» (el sencillo que sonó en radio). Y se publicó el tercero y último trabajo de Sentimiento Muerto, Infecto de afecto (Sonorodven), con temas como «Eva», «A la hora justa», «La estampida».

«El disco de Zapato 3 se edita en CD y en vinil. Seguridad Nacional no tenía dinero para hacer disco compacto», recuerda Allueva, autor del libro Crónicas del rock fabricado acá. A su juicio, en 1991 se establecen las bases para la continuación del rock hecho en Venezuela. «Entre el 90 y el 91 se estabilizan las tres bandas (Zapato 3, Sentimiento Muerto, Desorden Público) y comienza a ascender la nueva oleada que se ha mantenido hasta ahorita (con Caramelos de Cianuro, fundada ese año). A partir de ahí vino Dermis Tatú, PAN, Bacalao Men, Sur Carabela, La Hermandad, Atkinson, Solares. Todos estos personajes, desde distintas aristas, han sido influencia de, o apadrinado, la carrera de bandas como Tomates Fritos, Charliepapa, La Vida Boheme,Viniloversus, Los Mesoneros, Famasloop, entre otros. Es una forma de medir el impacto de ese año en la historia musical del país», añade.

Fue también el año de la primera muestra de Nuevas Bandas, génesis de lo que se transformaría en festival. «Fue en el Celarg de Altamira y allí participa una banda que se convierte en emblema, Los Amigos Invisibles, que se montan sin Julio Briceño porque estaba de viaje y metieron a un suplente que nadie recuerda el nombre ni el apellido, ni ellos mismos, pero que era argentino. Cantó muy mal», cuenta su fundador.

También Caracas recibió al Primer Festival Iberoamericano de Rock, en el Cinemovil de El Cafetal, con Soda Stereo, Los Prisioneros, La Unión, Los Lobos, Fito Páez, Paricia Sosa, Miguel Ríos, Os Paralama Do Sucesso (que publicaron disco ese año también), y unos desconocidos entonces: Los Rodríguez, con Ariel Rot y Andrés Calamaro. Por Venezuela, Spias, Sentimiento Muerto, Desorden Público, Seguridad Nacional, Zapato 3 y Poster.

«Ese año se da la conexión de cuatro eventos que dieron piso a la movida musical venezolana. Se hace el Nuevas Bandas, pero también el festival de música electrónica, el de Jazz de Caracas y el encuentro de cantautores y poetas urbanos. Son cuatro grandes líneas de trabajo que servirían como piso para todo lo que vendría después», recuerda Allueva.

El impacto del CD y la FM

La radio venezolana iba uno y dos pasos más atrás que la del primer mundo. Las emisoras FM comerciales apenas habían comenzado a transmitir en 1988, por lo que en 1991 había una naciente radio juvenil. «Fue un buen momento porque era la oportunidad de escuchar algo con más definición», recuerda Enrique Hoffman, locutor de amplia trayectoria en la radiodifusión venezolana.

«Como la FM llegó aquí muy tarde (en EEUU se adoptó con fuerza desde los años 70), las AM musicales daban tecnológicamente un sonido y un procesamiento de audio para tratar de tapar esa diferencia. Con la FM muchos eslóganes de radio tenían que ver con aprovechar el sonido –El espectáculo del sonido decía el de la naciente KYS FM- porque ahora de verdad era completamente diferente».

Aún así, el rock no dominaba en las ondas. Según el Record Report, entre lo más sonado de aquél año estaba Yordano con «Robando azules» (publicado en 1990) y hasta Oscar De León. «Si nos vamos solo a la categoría rock, el 12 de enero del 91 estaba en primer lugar Reo Speedwagon, y luego Aditus. El 9 de febrero, Bon Jovi era primer lugar con ‘Milagro’. La banda Feedback, que era de Sonográfica, estuvo tres semanas pegada con ‘Dentro de ti’. Aditus tiene muchísima presencia, y por ahí aparece «Música ligera» de Soda Stereo y también Spias con ‘Cristales rotos’ (sic), en mayo», detalla Carlos Raybans revisando el archivo. Hoffman recuerda que Mariah Carey, con su segundo disco, llegó a tener tres temas entre los más sonados, «y dos más que fueron número uno el año anterior».

Según el histórico de venezolanos, Aditus (con tres temas), Spias y Zapato 3 marcaron ese año en la radio venezolana, además de Feedback. «Como producto nacional solo hay cuatro artistas en la cartelera rock de Record Report, dentro del Top 100», explica. De procedencia foránea, «los grandes eran Bon Jovi, Reo Speedwagon, REM entró con «Losing my religion» (23 semanas) y luego con «Shiny happy people» (12 semanas), Guns & Roses con «Live and let die»… En la música rock la radio es más tolerante a darle más permanencia a las canciones. Entonces, se pasa el año con seis o siete temas figurando arriba, con alta rotación», explica Raybans sobre el por qué varios de los artistas más sonados lo hacían con temas publicados el año anterior.

Eso sí, no aparece Metallica, Nirvana o Red Hot Chilli Peppers entre los programados en las emisoras caraqueñas. «Nadie se atrevía a sonar cierta música en los horarios prime time. Se oía en la noche en las radios. Entre el culillo de los discjockeys y la paranoia de los dueños de las radios, poner una vaina grunge era pecado mortal. Tenía que pasar algo milagroso para que lo sonaran», apunta quien fue musicalizador durante una década de Radio Capital 710 durante su mejor época musical.

Según el Record Report, por debajo del Top 100 de 1991 en la radio de Venezuela, están Phil Collins, Poison, Heart, La Unión (con «Ella es un volcán»), INXS, Foreigner, Dire Strait (con «Calling Elvis»), Zucchero y otros tantos.

Eran tiempos de dura promoción disquera porque el mercado nacional comenzaba a consumir fuertemente el formato disco compacto, que además comenzó a fabricarse en el país. Antes, toda la oferta era importada, principalmente de estilo rock. Pero con la llegada masiva del formato y los equipos de reproducción, hubo quienes decidieron renovar sus catálogos. «El mercado grueso era de baby boomers que ya tenían puestos de trabajo y poder de consumo y empezaron a comprar los discos que en los 70 escucharon pero no podían tener. Entonces se vendió mucho cosas como Yes o Emerson, Lake & Palmer, que era música muy culta pero rockera. Había ventas bestiales porque además la gente quería armar su catálogo de vinilos otra vez en CD, además de quienes buscaban los discos más pegados. Por ejemplo, Bon Jovi se vendía bestialidades. Fue una gran pasión. Probablemente, en términos comerciales brutos, fue primer lugar de venta durante dos o tres años. El otro consumidor que compraba CDs era la típica señora romántica».

Eugenio Miranda, entonces dueño de la disquera independiente Grabaciones clandestinas (que editó el debut de El Rastro y Zapato 3), recuerda que ese año, a pesar de la tendencia mundial, en Venezuela la venta de vinilos seguía superior a la de discos compactos, que era creciente. El nuevo formato digital era aprovechado para «los más vendedores», como Ricardo Montaner o Yordano. «Estaba Optiláser que hacía las copias, el quemado, pero la matriz venía de afuera. Algunas disqueras grandes preferían mandar a hacer los discos en otro país e importar las copias listas, en el caso de esos artistas que vendían mucho», explica Miranda.

Felix Allueva recuerda que «quienes éramos promotores de producto nacional pop rock sufríamos. En las radios no le daban atención a esa tendencia, ese género. Apenas comenzaban a surgir radios como 92.9, Hot 94  o La Mega. Pero incluso esas tres radios que estaban en la línea anglosajón no le paraban bola a la producción nacional, más allá de Zapato, Sentimiento y Desorden, que ya tenían amarrados contratos con disqueras grandes. De resto era terrible». Eugenio Miranda suma: «Venezuela era un país donde se ponían las pegaditas de 750, ahí no entraba rock. La radio era impenetrable, la prensa igual». No obstante, asegura que luego sí hubo una apertura con locutores como Eli Bravo, Polo Troconis, Fernando Ces, Guillermo Zambrano y otros tantos.

Allueva afirma que en TV la cosa era aún más ruda. «Había tres programas que teníamos como referencia para poder meter producción nacional: Latinoamérica la raza cósmica, de Gregorio Montiel Cupello en la televisora nacional (canal 5); A Toque, con Érica Tucker que era bastante amplia; y Sonoclip, que tenía el filtro de ser de RCTV que era dueño de Sonográfica y solo entraba lo que estaba en su catálogo». Eugenio Miranda afirma que «concierto que ellos anunciaban, el teatro se reventaba. Sí había una audiencia ávida, hambrienta, quizá más grande de lo que ellos mismos creían».

Algunos discos emblemáticos publicados en 1991:

Nirvana, Nevermind

Guns ‘N Roses, Use Your Illusion I & II

Lenny Kravitz, Mama Said

Red Hot Chili Peppers, Blood Sugar Sex Magik

U2, Achtung Baby

REM, Out of Time

Pearl Jam, Ten

Temple of the Dog, Temple of the Dog (primer «supergrupo» grunge, debut y despedida)

Elvis Costello, Mighty Like a Rose

Soundgarden, Badmotorfinger

Pixies, Trompe le Monde

My Bloody Valentine, Loveless

Primal Scream, Screamadelica

Morrissey, Kill Uncle

Michael Jackson, Dangerous

Prince, Diamonds & Pearls

Crowded House, Woodface

Tom Petty & the Heartbreakers, Into the Great Wide Open

The Rolling Stones, Flashpoint

Neil Young, Weld

Queen, Innuendo y Greatest Hits II

Metallica, Metallica (The Black Album)

Motorhead, 1916

Ozzy Osbourne, No More Tears

Hole, Pretty on the Inside (debut de Courtney Love)

Tupac Shakur, 2pacalypse Now (debut)

A Tribe Called Quest, The Low End Theory

Massive Attack, Blue Lines (debut)

Blur, Leisure (debut)

Cypress Hill, Cypress Hill (debut)

Smashing Pumpkins, Gish (debut)

Sting, The Soul Cages

Gloria Estefan, Into the light

Boyz II Men, Cooleyhighharmony (debut)

Rod Stewart, Vagabond Heart

Roxette, Joyride

Sepultura, Arise

Mike + The Mechanics, Word of Mouth

Alanis Morissette, Alanis

Crash Test Dummies, The Ghosts That Haunt Me

Michael Bolton, Time, Love & Tenderness (incluye el éxito When a man loves a woman)

Pat Benatar, True Love

Yes, Union

Huey Lewis and the News, Hard at Play

Ice-T, Original Gangster

Seal, Seal (debut)

Cher, Love hurts

Natalie Cole, Unforgettable… with Love (incluye dueto póstumo con Nat King Cole y obtuvo el Grammy a Mejor Disco del Año)

Foreigner, Unusual heart

Marillion, Holidays in Eden

Queen Latifah, Nature of a Sista

Rush, Roll the Bones

Dire Straits, On Every Street

Mariah Carey, Emotions

Bryan Adams, Waking Up the Neighbours (incluye el éxito «(Everything I Do) I Do It for You»)

Ricky Martin, Ricky Martin (debut)

Genesis, We Can’t Dance

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