Criticó las directrices de las clínicas privadas en las que no permiten el ingreso del paciente hasta tanto no se haya aprobado la clave del seguro o u otros instrumentos crediticios. «Pareciera que no fuese humano, que alguien fuese capaz de cerrar un centro de salud y dejar a la gente fuera mientras se aprueba un código o tarjeta de crédito. Es irracional un planteamiento como ese», manifestó.
A su juicio, la vida no debe depender de si las personas tienen dinero o no para ser atendidas por un especialista y dijo que esa forma de pensar «corresponde a una forma de ver la sociedad que entiende que la salud es un negocio y no un derecho». Agregó que existen «otros que creemos que no debe ser así». En ese sentido, recordó que el Estado está obligado a prestar un servicio y a desarrollar una política pública.
«De nada me sirve que en la Constitución me diga que tengo derecho a la salud y no exista un módulo de salud que funcione cerca de mi casa (…) Las ciencias ‘duras’, donde se incluye la medicina, deberían estar desprovistas de políticas. Quien se asume parte e eso, debe estar despolitizado», razonó.
Calificó de «falso debate» el argumento de que la «salud no tiene nada que ver con la política» e insistió que el hecho de que una persona no pueda acceder a los servicios de salud por no tener dinero, corresponde a decisiones que van más allá de lo social.
«¿Es química? ¿Biología? No, es una decisión política entre modelos», finalizó.