Opinión

Cinco imágenes de La Vinotinto

Ya sabemos que ante los australes la selección criolla cayó goleada, pero el partido, esa secuencia de noventa minutos, dejó varias imágenes que nos ayudan a comprender la existencia de un plan inicial que luego se fue diluyendo. Con estas cinco postales, El Estímulo intenta encontrar lecciones -sería imposible enumerar todas las que deja el partido- que deben ser consideradas en el futuro de la selección.

Publicidad

1) Presión rápida al rival: El estadio CAP de Talcahuano tiene unas dimensiones de 110 metros de largo por 70 de ancho. Su longitud es la máxima permitida por FIFA en la regla 1 de las normas del juego para partidos internacionales, mientras que las medidas de anchura (la FIFA exige un mínimo de 64 y un mínimo de 75 metros) nos hacen pensar que es un campo normal, el cual no debía sorprender a nuestros jugadores pero que si suponía que los futbolistas que hacían vida en las bandas podían estar más cerca de sus colegas del otro costado. Esto porque para partidos normales de clubes, FIFA permite que el ancho del terreno vaya desde los 45 metros hasta los 90, dependiendo del gusto del dueño del campo.

Ante esta circunstancia, el pedido de reaccionar rápidamente ante cualquier pérdida del balón no suponía para los futbolistas criollos un esfuerzo sobrenatural, pero si implicaba una alta cuota de intensidad, entendida ésta como concentración. Para atacar la defensa contraria no basta con correr, hay que saber hacerlo, y esto sólo se consigue cuando el futbolista realmente “juega” el partido. En la imagen a continuación se puede observar el cumplimiento de la instrucción a la que hago referencia:

1

2) Exigencia a Juan Arango: Desde que Noel Sanvicente asumió el mando de la selección se especuló exageradamente acerca del papel del capitán criollo. Sin ningún tipo de base llegó a afirmarse que el 18 no iba a poder acoplarse a la instrucción de presión alta que para muchos define –equivocadamente- a este ciclo.

En su primer partido bajo las órdenes del nuevo cuerpo técnico, Juan interpretó correctamente lo que se espera de él, aunque sólo lo hiciera por unos minutos, ya que el equipo, del cual él es parte, no pudo o no supo continuar ejecutando el plan de juego acordado inicialmente. A continuación, usted podrá observar un video en el que se demuestra que a Juan Arango no se le va a exigir que corra 80 metros para ayudar al equipo; lo que se le pide es lo mismo que a cualquier jugador: ser influyente en su zona de acción. Esto no es más que jugar al fútbol como todos los futbolistas saben hacerlo:

[sublimevideo settings=»youtube-id:32DKCY3ow9o; autoresize:fit» width=»800″ height=»450″]

Si aceptamos que la selección de Sanvicente jugaría idealmente con Salomón Rondón como delantero más adelantado, la ubicación ideal para sacar provecho de las virtudes de Juan Arango es justamente la que inicialmente ocupó ante Chile, ya que como muestra la siguiente imagen, el capitán tendrá el panorama suficiente para distribuir el balón o, si así lo decide, disparar al arco rival:

Posición Arango

3) Jugar a uno o dos toques: Desde su llegada, Sanvicente ha sido muy claro en que una de sus máximas es que los futbolistas no deben exagerar en el traslado de la pelota y jugar rápido para así evitar que cualquier distracción o error en la conducción le permita al contrincante sacar provecho. Pero además, si se juega a uno o dos toques se promueve una dinámica que ayuda a ser imprevisibles, lo que dificultaría el trabajo defensivo del rival de turno.

Un claro ejemplo de ello se puede observar en el siguiente video, en el que Alexander González no controla bien la pelota, no juega rápido, la pierde ante Jorge Valdivia y obliga a Oswaldo Vizcarrondo a cometer una infracción:

[sublimevideo settings=»youtube-id:d-1evJ88eCI; autoresize:fit» width=»800″ height=»450″]

4) El rol de Frank Feltscher: El suizo-venezolano es un futbolista perfecto para jugar al contragolpe. Su velocidad necesita espacio, ya que no es un futbolista explosivo, sino uno que requiere un recorrido más largo para poder desarrollar su principal virtud. Cuando Chile atacó, Feltscher encontró posiciones en las que luego se convertiría en una opción de pase para rápidamente armar una jugada ofensiva, como queda demostrado en la siguiente captura:

Frank Feltscher

Pero si el equipo desea desarrollar más la posesión de la pelota y presionar al rival hasta hacerlo jugar muy cerca de su propia área, sería recomendable replantearse la titularidad de Feltscher, ya que sin espacios disminuiría su aporte al juego del equipo.

5) Defender es una conducta colectiva: En el fútbol es moneda común atribuirle a la línea de defensores cualquier acierto del ataque contrario. Pero, ¿cuántas veces repasamos el origen de un gol? Sería positivo tomar el siguiente ejemplo, que no finaliza con un tanto chileno, para aceptar justamente que defender y atacar son conductas hermanadas que no tienen ejecutores exclusivos sino que cada integrante del equipo debe participar de ellas.

En el siguiente video usted podrá ver el inicio y el final de una maniobra chilena:

[sublimevideo settings=»youtube-id:erZDDI7Qot8; autoresize:fit» width=»800″ height=»450″]

Como se puede observar, la pelota llega a Arturo Vidal luego de una barrida frustrada de Frank Feltscher. Ese aleteo de una mariposa ya sirve para desarmar el tan mencionado orden defensivo. Pero el problema no se presenta por la incapacidad de hacerse con el balón sino en la respuesta criolla a esa situación. A pesar de contar con superioridad numérica, el equipo vinotinto no sabe qué hacer, y cuando se disponen a reaccionar, Vidal entrega rápidamente el balón a su compañero Sánchez, desarticulando una vez más, con ese juego rápido, la reacción criolla.

Alexis toma la pelota, atrae rivales y se da cuenta que Gabriel Cichero lo ve a él en vez de ocuparse de su marca, y es ahí cuando lanza un pase al lateral derecho que se había quedado abierto estirando y ensanchando el campo.

Claro que existe un error de Cichero, pero antes queda expuesta la Vinotinto por su incomprensión de la jugada, su costumbre de amontonar futbolistas en una zona reducida del campo y su poca capacidad de entender el juego sin pelota. Sólo cuando Sánchez recibe, a un par de pasos del área, es cuando dos futbolistas salen en búsqueda del chileno, lo que nuevamente pone de manifiesto que aún no se entiende que hay que atacar el ataque rival y que a este juego hay que saber jugarlo sin pelota, es decir, en conocimiento de la regla del fuera de juego. ¿De qué sirvió tener superioridad numérica en esta situación? De nada. Aún así es más sencillo comunica que los errores son de la defensa y no de todo el equipo.

Estas son sólo unas postales de lo que se pudo ver ante Chile. Hay cosas por mejorar y otras por mantener. Lo realmente importante es identificar si quienes viajaron al sur del continente están capacitados para hacer buena esta propuesta o si hay que tomar decisiones duras y antipáticas. El tiempo apremia; el regreso a Chile está a la vuelta de la esquina.

Publicidad
Publicidad