Opinión

La carrera por la vacuna de COVID-19

La carrera por la vacuna contra la COVID-19 continúa mientras el pico de contagio aumenta en todo el mundo. Víctor Álvarez hace un recorrido por el avance en el desarrollo de las vacunas y las fases en las que se encuentra cada una de ellas

Vacuna coronavirus
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Según la OMS, están en marcha 149 proyectos de vacuna y 17 ya están en la fase de ensayo en humanos. El tiempo mínimo para que una vacuna esté disponible para su uso masivo está entre 12 y 18 meses. El último registro fue el de la vacuna Ervebo contra el ébola, que requirió cinco años desde el inicio de las pruebas en humanos, en octubre de 2014, hasta su aprobación en noviembre de 2019.

Una vez que el coronavirus comenzó a propagarse rápidamente por el mundo comenzó la carrera por desarrollar una vacuna contra los estragos que causa esta enfermedad, sobre todo en los enfermos más graves que mueren víctimas de inflamación y coágulos de sangre y ataque masivo a múltiples órganos.

Los ensayos en humanos suelen comenzar con unas decenas de voluntarios sanos, en la llamada fase 1, para descartar efectos graves. Después se pasa a fase 2, en la que se prueba la vacuna en centenares de personas con el objetivo de confirmar la seguridad, estudiar la respuesta inmune inducida y calcular la dosis adecuada. En los estudios de fase 3, con miles de inoculaciones, se evalúa la eficacia real de la vacuna para proteger frente a la enfermedad.

Para evitar que la pandemia del COVID-19 se convierta en una verdadera catástrofe humanitaria, se están acelerando todos los procesos para obtener cuanto antes la vacuna. Una vacuna ideal debería ser efectiva después de una o dos dosis y funcionar eficazmente en poblaciones especialmente vulnerables al coronavirus; es decir, en personas mayores y con patologías previas. También debería garantizar una protección durante un mínimo de seis meses para poder controlar la pandemia.

La vacuna diseñada en Oxford, Inglaterra

El 20 de julio se difundieron los resultados preliminares de las fases 1/2 de la vacuna contra el coronavirus que está desarrollando la Universidad de Oxford. Según un comunicado de la revista médica The Lancet, los resultados preliminares sugieren que induce una respuesta inmune al generar anticuerpos y una respuesta favorable de células en tiempos adecuados. Andrew Pollard, profesor de la Universidad de Oxford y autor principal del estudio dijo: “El sistema inmunitario tiene dos formas de encontrar y atacar a los patógenos: las respuestas de anticuerpos y de células T. Esta vacuna tiene la intención de inducir ambos, por lo que puede atacar al virus cuando está circulando en el cuerpo, así como atacar a las células infectadas”.

En el proyecto de la Universidad de Oxford también participa AstraZeneca y en la fase 3 han probado la vacuna con 1.077 adultos sanos. Los resultados indican buenas respuestas inmunitarias, tanto celular con células T capaces de encontrar y atacar a las células infectadas, así como a través de anticuerpos que pueden detectar y atacar al virus cuando circula por la sangre o el sistema linfático. Los investigadores no descartan que estas respuestas sean mayores tras una segunda dosis, tal como sugiere un subgrupo de 10 individuos que la recibieron en el estudio.

Sobre la capacidad de la vacuna de inducir ambas respuestas inmunitarias (celular y humoral), Andrew Pollard asegura que «esperamos que esto signifique que el sistema inmunitario recordará al virus, de modo que nuestra vacuna protegerá a las personas durante un período prolongado. Sin embargo, necesitamos más investigación antes de poder confirmar que la vacuna protege eficazmente contra la infección por SARS-CoV-2 y cuánto tiempo dura cualquier protección».
EEUU y la vacuna contra el SARS-CoV-2.

Moderna fue la primera empresa en los Estados Unidos en probar en humanos la vacuna experimental mRNA-1273. La vacuna es un pequeño fragmento del código genético del coronavirus que se inyecta en el paciente. No causa infección ni síntomas asociados a la covid-19, pero tiene la capacidad de provocar una respuesta del sistema inmunitario.

A los participantes del estudio se les aplicó una dosis baja, o media o alta. La dosis más alta provocó más efectos colaterales. Sin embargo, Moderna señaló que aquellos a los que se les suministró la dosis más baja produjeron el mismo nivel de anticuerpos detectados en personas recuperadas de covid-19, dando indicios de que podía entrenar al sistema inmunitario para combatir al coronavirus.

La fórmula producida por la universidad de Oxford se estima tendrá un costo de aproximadamente de 2 euros, mientras que la elaborada por Moderna costará entre $ 50-60. En Estados Unidos, Pfizer, Merck y también Moderna han anunciado que de obtener la patente no venderán la vacuna a precio de costo, mientras que AstraZeneca y Johnson Jhonson han dicho que renunciarán a las ganancias.

Los avances de China:

La empresa biotecnológica CanSino Biologics (Instituto de Biotecnología de Beijing) ha desarrollado junto a la Academia de Ciencias Militares un vacuna experimental denominada Ad5-nCoV. Esta utiliza un adenovirus del resfriado común para introducir en las células humanas información genética del nuevo coronavirus y generar una respuesta inmune sin riesgo de padecer la enfermedad. El experimento ha mostrado resultados prometedores con centenares de personas, pero todavía tiene que demostrar su eficacia en pruebas con miles de participantes.

Otro esfuerzo es el de China National Pharmaceutical Group (Sinopharm) con una versión inactivada del SARS-CoV-2, el coronavirus causante del COVID-19. Actualmente realiza pruebas en Emiratos Árabes Unidos. Aunque China ha acelerado los procesos debido a la emergencia sanitaria mundial y ha permitido que se lleven a cabo al mismo tiempo algunos estudios en la primera y segunda fase, se trata de la primera prueba clínica en el extranjero para una vacuna desarrollada en China.

El Ministerio de Sanidad emiratí autorizó las pruebas que están a cargo de la compañía local Group 42. Más de 1.000 trabajadores de la compañía han participado en las pruebas y los resultados muestran que la vacuna sería segura y efectiva. Las reacciones adversas han sido menores a los de otras candidatas.

El Instituto de Productos Biológicos de Wuhan, informó que no hubo ningún efecto secundario grave en las primeras dos fases de las pruebas y aseguró que se trata de la primera candidata a vacuna que cuenta con seguridad e inmunogenicidad, que es precisamente la capacidad de provocar una reacción favorable en el sistema inmunológico.

La empresa estatal China National Biotec Group, parte del grupo Sinopharm, inauguró el 1 de julio un nuevo complejo para la investigación, desarrollo y producción de la vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2 que permitirá doblar la capacidad productiva de dosis, una vez sea aprobada la vacuna. La planta tendrá una capacidad de producción de 100 millones de dosis al año. De superar las pruebas, las autoridades chinas podrían aprobar la vacuna para su uso, aunque en ocasiones se lleva a cabo una cuarta fase con estudios más profundos.

En América Latina, Brasil se convirtió a finales del mes de julio en el primer país en iniciar las pruebas en fase 3 de la vacuna china Coronavac. La vacuna se aplicará a 9.000 médicos y paramédicos voluntarios que recibirán la vacuna como parte del convenio entre el laboratorio chino y el instituto de investigación brasileño Butantan, lo cual permitirá realizar los ensayos en la última fase antes de su homologación. Desde finales de junio, Brasil también realiza pruebas de la vacuna ChAdOx1 nCoV-19 contra el coronavirus, desarrollada por la Universidad de Oxford junto con el grupo farmacéutico británico AstraZeneca.

Como se sabe, Brasil es el segundo país más golpeado por la enfermedad, solo por detrás de Estados Unidos. Hasta el presidente Jair Bolsonaro terminó contagiado por una enfermedad que no distingue estatus político, condición económica, razas ni religiones. Por eso, hasta que finalmente se apruebe y difunda la vacuna, lo mejor es quedarse en casa.

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