De Interés

Doce horas de venezolanidad

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2:30 am nos alistamos para esperar el automóvil blindado que habíamos contratado a las 3 am y que nos llevaría al aeropuerto de Maiquetía. La inseguridad sigue arropándonos y más a esa hora. El chofer llega puntual, es amable y eficiente. Bien por la compañía Alquiblind.

3:30 am Llegamos al aeropuerto y había colas por todas partes. Colas para llegar a los mostradores de las líneas aéreas y colas para entrar a inmigración. Pregunto a un hombre que abría y cerraba el paso hacia los mostradores de adentro que dónde preguntaba por la silla de ruedas que había pedido para mi hija y nos dice que “si le damos una propina, nos ayuda”. Nos negamos. La silla de ruedas es un servicio que ofrece la línea aérea.

4:15 am Finalmente chequeados, nos colocamos en la cola para entrar a inmigración. Las despedidas daban ganas de llorar. Porque era obvio que no eran despedidas de un viaje por las navidades. Veo el piso de Carlos Cruz Diez que se ha convertido en el icono del adiós venezolano…

4:30 am Entramos a inmigración. La funcionaria nos trata con mucha amabilidad y nos desea buen viaje. Llegamos a la puerta y nos encontramos con un gentío durmiendo en el piso y ni una silla para sentarnos. Nos explican que es un vuelo de Cubana de Aviación que no salió en la noche, como debía haber salido. Había también gente esperando por un vuelo a República Dominicana y nosotros por el que iba a Aruba. Me puse a caminar y vi varias puertas vacías. La pregunta: ¿por qué si hay varias puertas vacías le asignan una sola puerta a tres vuelos distintos?…

5:00 am Nos desayunamos en la arepera de la puerta 22. El dueño, amabilísimo, eficiente y cordial. Nos dijo que llegaba allí todos los días a las 3 am para tener todo a punto. No tenía ayudantes. Él hacía todo. Pensé maravillada que la Venezuela honesta sigue negándose a morir frente a tantos que han robado abierta e inmisericordemente.

6:00 am Ya llevamos media hora sentados en el piso. Empiezan a llamar a personas a bajar a abrir sus maletas “por orden de la Guardia Nacional”. De los convocados, por lo menos la mitad no aparece, lo que retardará más la salida del avión.

6:15 am Nuestro vuelo debe salir en media hora pero no hay nadie de nuestra línea aérea en el área de la puerta 22, por lo que empezamos a sospechar que el vuelo no saldrá a la hora prevista.

7:00 am La Guardia Nacional sigue llamando personas. La gente que va en el avión de Cubana se pone en fila aunque no los han llamado.

7:15 am Llegan empleados de nuestra línea aérea, pero no responden nuestras preguntas. Por el altavoz anuncian el cambio de puerta del vuelo de Cubana y la gente sale corriendo como en estampida.

7:30 am Anuncian el cambio de puerta del vuelo que iba para República Dominicana. Otra estampida… ¿por qué no podemos caminar civilizadamente?

 8:00 am Anuncian el cambio de puerta de nuestro vuelo para la puerta 15. Pero en la puerta 15 no hay ningún avión. El empleado que está en la entrada del tubo dice que “el valet parking del avión no ha llegado”. La Guardia Nacional ahora revisa el avión que está estacionado en el medio de la pista.

 8:30 am Anuncian por el altoparlante nuevo cambio de puerta del vuelo de Cubana.

 9:00 am Anuncian nuevo cambio de puerta del vuelo que va a la República Dominicana.

 9:15 am Llega a nuestra puerta un avión de Santa Bárbara que va para Panamá, pero nosotros vamos para Aruba en otra línea.

 9:30 am La Guardia Nacional sigue llamando a pasajeros de nuestro vuelo para revisar sus maletas.

 10:00 am Anuncian nuevo cambio de puerta para nuestro vuelo: volvemos a la puerta 22. Parece un juego de la candelita.

 11:00 am Anuncian la salida de nuestro vuelo. Parece que la Guardia Nacional, después de cuatro horas y media “terminó” de revisar a los pasajeros.

 11:30 am  Esperamos todos en fila desde hace media hora para tomar el autobús que nos llevaría al avión, cuando nos anuncian que todavía la Guardia Nacional revisa maletas. Esa misma Guardia Nacional que no se dio cuenta de aquel vuelo de Air France que iba lleno de cocaína hasta los tequeteques. Una señora comenta que decomisaron una cachapa con queso.

 11:45 am Despegamos cinco horas después de la hora prevista. Los bebés lloran. Una niña especial grita desconsolada. Está agotada. Una señora se queja de las mamás que no callan a sus niños. ¿Cómo se calla a una niña especial que está cansada, que no sabe qué está pasando, que la despertaron en medio de la noche y que ha debido haber llegado a su destino hace horas, y que apenas está saliendo? ¿Y cómo callarlos, si los adultos también teníamos ganas de gritar?

12:30 pm Aterrizamos en Aruba. Los que vamos a Miami seguimos por tránsito. A una muchacha le botan el licor y los perfumes que compró en Maiquetía y le echan la culpa a la línea aérea que permitió que entrara al avión con líquido y de muy mala manera. En Aruba es obvio que no les gustan los venezolanos. Recuerdo cuando nos jalaban mecate para que fuéramos.

2:30 pm Llegamos a Miami. Muchos venezolanos que viven allá están en el aeropuerto. Reciben a sus familiares con flores, globos, regalos para los niños, lágrimas y mucha alegría.

Doce horas de lo bueno y lo malo, lo correcto y lo absurdo, lo sublime y lo ridículo de la venezolanidad.

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