Abra en Los Galpones, rebelión plástica

Luis Romero, artista plástico, con prontuario de lujo en la escena artística contemporánea venezolana, buscaba a un nuevo socio para reencarnar al otrora espacio Oficina #1 en otro, más ajustado a las necesidades del público. Melina Fernández, politólogo y quien llegó de Alemania en 2011, montaba una exposición en la galería Tres y 3. El montaje debía estar listo en horas y pidió ayuda vía redes sociales para solucionar un accidente típico de puesta en escena. Romero ofreció su ayuda. Gauchadas suyas. Y a partir de allí se encontraron y comenzaron a conversar sobre la posibilidad de una sociedad, sobre Abra.

Según el artista plástico, “Abra surgió luego de una pausa que tomé para pensar que el público había cambiado, el país también, igual que todo”. Sin alzar cejas y más bien moderando un encuentro entre estos nuevos visitantes y la oferta de Abra, los directores del lugar han programado numerosos eventos que tienen lugar entre las dos salas expositivas y que son un bálsamo en esta realidad agobiante.

La primera muestra con la que se estrenó fue Esqueje, una colectiva de artistas de diferentes generaciones y medios diversos que encajó a este cogollo que ya ha brotado y mostrado varias exhibiciones. Entre ellas, West side de Angela Bonadies, Gráfica -una exposición del TAGA (Taller de Artistas Gráficos Asociados) que terminó en subasta a beneficio del mismo taller, Lógica difusa –otra colectiva de artistas contemporáneos venezolanos residenciados en el exterior-, Belleza crítica de Zeinab Bulhossen, Un cocodrilo falso puede hacerte llorar lágrimas reales de la artista ecuatoriana venezolana Ana Navas.

En estos días, la expo Archivo abierto de Carlos Zerpa muestra justamente materiales que el artista ha conservado en carpetas y cajas desde los años 70, pertinentes para trazar no solo la importancia de la memoria a nivel museístico –herida de muerte en Venezuela-, sino como su acervo íntimo. Fotografías, parte de su mail art, collages, flyers, notas, guiones, cartas, máscaras, ensamblajes, videos, películas en super ocho, cabezas intervenidas y afiches son parte de estos documentos personalísimos, que a su vez guiñan y trasladan a los versados en la obra de Carlos Zerpa a otros de sus momentos y trabajos anteriores.

Para Romero, esta exhibición es vital “para conocedores y no tan conocedores de la obra del artista y del arte venezolano”. Y sigue, “si la historia de Venezuela ha cambiado y además nos la han cambiado, esta es una oportunidad como ninguna para hurgar en una historia real, muy real, que está documentada. Y está allí presente en Archivo abierto. Además, nosotros no tenemos libros de arte de ese momento”.

Romero cuenta mientras ofrece un recorrido por la sala: “¿Te acuerdas de esta expo, Grrr? Fue en 1985, yo estaba como en 4to año de bachillerato y dibujaba los nombres de las jevas inflados, no tenía ni idea de que iba a ser artista. Alguien me recomendó ir a verla. Y fui. Eso me cambió, después de esa exposición supe que sería artista”.

La versatilidad de Abra

Juntos expresan que se han propuesto la dinámica de este nuevo dispositivo “en conexión y abierto a artistas que no tienen espacio físico”. Tampoco hay aventura ni riesgo curatorial, la versatilidad de Abra trata de otra cosa. Es mucho más simple y pedagógico, razón por la que han incluido entre sus actividades un ciclo de charlas de Arte y Pedagogía en el que han participado curadores y artistas, expertos en el asunto, como Félix Suazo, Luis Camnitzer, Consuelo Méndez y Antonello Tolve, así como una serie de conciertos para presentar bandas y artistas -ni comerciales ni alternativos- como Recordatorio, Luis Irán o Heberto Añez con su proyecto Señor Presidente.

Los conciertos acercan público con músicos y los sitúan en una intimidad que no tendrían en otro lugar. “Generalmente estos eventos ocurren entre montajes cuando la sala está vacía”, apunta Melina.

En junio, Abra formó parte del hermoso plan Paradiso, fuera de la galería. El proyecto, una intervención urbana diseñada por la oficina Central Arquitectura y en el que también participaron el Goethe-Institut, la asociación civil Provita y Cultura Sucre, entró en la Plaza Sucre del centro histórico de Petare para intervenir sus espacios y llenarlos de plantas. Un oasis en medio de la ciudad, para burlar y maquillar su ritmo y maneras insolentes.

San Valentín custodia

Más romántico que inaugurar un día de los enamorados es que un visitante solicite un espacio de Abra para procurar la mano de su enamorada, evento este que ocurrió mientras se visitó la galería para este trabajo.

En el galpón 9 de Abra hay una muestra del proceso de reedición de Poemas de Ida Gramcko. Una reimpresión de la obra luego de su publicación hace 64 años, a cargo de la editorial Letra Muerta. Una prueba de amor hacia esta obra, monumento de la poesía venezolana.

La selección del nombre del dispositivo viene muy al caso. El “camino abierto entre la maleza” es el que han logrado zanjar, Romero y Fernández. Abra sigue imperturbable y refugio para el arte contemporáneo en Venezuela.

Allí en Los Chorros, en Los Galpones, está enclavado el espacio, en el mismo lugar en el que fuera Oficina #1 en su vida anterior, galpones 6 y 9, G6/G9.