La democracia cuesta caro

Los procesos electorales requieren de una logística compleja. Ante una lista conocida de gastos, en el Consejo Nacional Electoral impera la falta de planificación. Para las parlamentarias de 2015. Se presupuestó un monto inferior al que se gastó en una votación similar hace poco más de 10 años

Composición fotográfica: Mercedes Rojas Páez-Pumar
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En Venezuela las elecciones se han vuelto una costumbre, un compromiso ineludible que se renueva prácticamente cada año. No se trata de una simple apreciación: de 1999 a 2014 se han realizado 21 procesos electorales, entre referendos y votaciones para escoger cargos públicos —sin contar con primarias que también se han organizado en varias ocasiones. En 10 años, de 2004 a 2014, los electores sólo han tenido descanso en una oportunidad: 2011. Por supuesto, todos estos despliegues logísticos son costosos. La democracia, sin duda, tiene un alto precio.

Un ejemplo: en 2012, de acuerdo con la Memoria y Cuenta, el Consejo Nacional Electoral gastó más de 2,73 millardos de bolívares en las elecciones presidenciales —las últimas en las que participó Hugo Chávez— y las regionales. Para darse una idea de la magnitud, esta cifra representó 86% de los proyectos ejecutados por el organismo ese año y 0,58% del presupuesto nacional, que hasta noviembre sumaba 471,4 millardos de bolívares —con los créditos adicionales, según una publicación del diario El Universal.

El asunto viene a cuento porque para 2015 están planificadas las elecciones parlamentarias —con un registro electoral que, hasta ahora, suma más de 19 millones de votantes–, justamente en un año que promete ser complicado. Uno de los indicadores es la reducción de los precios del petróleo, que pasó de 95,07 dólares por barril en enero de 2014 a 91,74 en agosto de ese mismo año. Mes que bautizó el declive petrolero. En marzo 2015 el precio del barril bajó a 43, 72 $. Si bien el presidente Nicolás Maduro ha dicho que la Ley de Presupuesto de 2015 se calculó a 60 dólares por barril, el estimado para el proceso electoral es insuficiente.

El presupuesto, aprobado en la Asamblea Nacional el 9 de diciembre, señala que se espera gastar 21 millones de bolívares en las elecciones. A este monto se le suman 100.000 bolívares considerados para la promoción de la participación política. Pero en 2005, cuando se realizaron las parlamentarias de las que se retiró la oposición en el último momento, se invirtió mucho más que esa cantidad propuesta para 2015: 128,35 millones de bolívares, para un registro electoral de 13.933.494 personas y una participación escasa —hubo 75% de abstención. Como en 10 años las cosas han cambiado mucho —expertos calculan que la inflación podrá llegar a 110% en 2015—, lo más probable es que el CNE solicite créditos adicionales, una práctica que se ha vuelto frecuente no solo en este organismo sino en el resto de las instituciones del Gobierno.

De hecho, la ONG Transparencia Venezuela informó recientemente que, cuando se compara con 2014, el presupuesto total que se planteó para 2015 es deficitario en 53%. “Esto supone que el Gobierno quiere seguir manejando el dinero público con aprobaciones arbitrarias como los créditos adicionales”, dijo Mercedes De Freitas, directora ejecutiva de esta organización, según nota de prensa.

En el CNE ha sido constante esta falta de planificación de los presupuestos para elecciones. Por ejemplo, en 2006, 2007 y 2008 se difirieron otros proyectos del organismo para atender los procesos electorales de esos años. Y en 2010 se solicitaron 100 millones de bolívares por Ley de Presupuesto, que no alcanzaron para organizar las presidenciales y regionales. Hubo que pedir, entonces, créditos adicionales para completar los más de 2,73 millardos de bolívares que costaron esas votaciones.

Lista de gastos

Aunque se ha instaurado esa cultura del crédito adicional, el CNE sabe con antelación todos los gastos asociados a unas elecciones. Ennio Cardozo, profesor universitario y ex funcionario del CNE, hace una lista larga de todos los esfuerzos. Antes de las votaciones, el organismo debe elaborar el cronograma electoral, ejecutar los simulacros para comprobar la conectividad con el centro de totalización, dotar de mobiliario y equipos para las juntas electorales, adecuar los centros de votación cuando es necesario —por ejemplo, en caso de que sean preescolares, donde las sillas y mesas son muy pequeñas.

También, señala, se debe verificar la estructura de la tabla mesa, es decir, el número de centros y mesas de votación; en función de eso, se determina la cantidad del material electoral —los bolígrafos, tinta indeleble, el desengrasante, los cuadernos, los instructivos de miembros de mesa, todo lo que se necesite para el adiestramiento. A eso se suma el gasto de papelería y de los camiones de distribución, además de lo que hay que pagar a los operadores de máquinas, a los coordinadores de los centros de mesa y, entre otros, a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana por la custodia. En 2006, por ejemplo, se aportaron 19 millones de bolívares para 121.000 militares.

Un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la Fundación Internacional para los Sistemas Electorales señala que también hay costos indirectos que son muy difíciles de estimar: por el ejemplo, los organismos que apoyan para que se realicen las elecciones, como las organizaciones policiales, el sistema escolar, los gobiernos locales o la televisión pública. Lo que sí se sabe es que buena parte de los gastos se destinan a los servicios de telecomunicaciones, seguido de las campañas para difundir los mensajes relacionados con las elecciones, de acuerdo con la Memoria y Cuenta del CNE correspondiente a 2006.

Por lo tanto, el asunto requiere de una logística complicada. ¿Es posible, entonces, reducir algunos gastos para realizar las parlamentarias de 2015 en vista del entorno económico complejo? En 2005 se hicieron algunos ahorros: de acuerdo con la Memoria y Cuenta, se economizó un total de 44,5 millones de bolívares —por estimaciones superiores a lo que realmente se gastó. Para Cardozo, es obligatorio cumplir con los elementos incluidos en el cronograma electoral: “Es imposible eliminar alguno de los aspectos porque se contravendría la Ley Orgánica de Procesos Electorales. El CNE tiene que costear todo”. Habría que esperar, entonces, para ver si llega el salvavidas de los créditos adicionales.

Insuficiencias sostenidas

2006
Elección presidencial y dos votaciones más pequeñas: una en los municipios Carrizal —estado Miranda— y Nirgua —estado Yaracuy—, y otra en el municipio Miranda del estado Trujillo.

Ley de Presupuesto: 115,74 millones de bolívares
Modificado (por reordenamiento del presupuesto y diferimiento de otros proyectos): 194,58 millones de bolívares

2010
Elecciones parlamentarias, y municipales y parroquiales

Ley de Presupuesto: 35,49 millones de bolívares
Ejecutado (tras aprobación de dos créditos adicionales): 767,76 millones de bolívares

2012
Elecciones presidenciales y regionales

Ley de Presupuesto: 100 millones de bolívares
Ejecutado (tras aprobación de dos créditos adicionales): 2,73 millardos de bolívares.

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