Hacker Mate: Humor y amor con fantasía infantil

La casa editorial de El Nacional quería sacar un libro de humor. ¿Lo distinto? Que fuera escrito por humoristas. Los primeros contactados fueron Alejandra Otero y Roberto Cardoso —mejor conocido como Bobby Comedia— quienes, emocionados con la idea, accedieron. Sin embargo, cual proyecto escolar, Ale Otero y Bobby se dieron cuenta que necesitarían de otro par de manos para sacar adelante el proyecto. Añadieron a los comediantes Reuben Morales y César Muñoz, pero este último no siguió.

—La verdad, él no duró mucho —admite Ale Otero.

—Él se sinceró. Estaba en proceso de irse a vivir a Miami –complementa Aguerrevere.

—Sí, sí, exacto. Estaba en otra cosa. Quería pero de verdad no podía.

Con uno fuera, tuvieron la necesidad de buscar un reemplazo para Muñoz. Automáticamente, el primero en la lista fue Toto Aguerrevere. A pesar de no moverse en el mundo de los Stand Ups, era él quien conocía mejor que el resto el humor escrito. También ayudó el hecho de que ya Ale y Toto eran buenos amigos. De los demás lo terminaría siendo también.

—Yo no conocía a Bobby —confiesa Toto–, o sea, lo conocía tipo “soy tu ‘fans’”.

—Sí, o sea, sabían quiénes eran mutuamente pero no eran amigos como tal.

—De hecho, Bobby y yo tuvimos una sesión antes del libro de ‘vamos a ser amigos’.  Porque Bobby decía “si voy a trabajar contigo tengo que saber quién eres tú, pues”.

Y funcionó. Ya con el equipo conformado, y bien engranado, tuvieron que asumir el siguiente gran paso: de qué iban a escribir. Originalmente plantearon la posibilidad de escribir un libro “como para chamitos”. Con el título de ‘Zapatico Cochinito’, comenzaron las primeras tormentas de ideas entre los cuatro. Pero las ideas se transformaron en una tertulia que definió el tema que más adelante convertiría en la trama del libro. Hablar de los niños de hoy en día los hizo conectar directamente con la tecnología y cómo ellos “nos llevan una morena en esa de la tecnología”, explicó Toto. De allí surgió la pregunta de cómo podían hacer un libro divertido que reflejara esa situación.

—A todos nos gustó el tema. Tuvimos una reunión con César  Oropeza, que es mi ex esposo…

—Siempre jodemos con esto—la interrumpe Toto, riendo.

—Es que cuando empezó el proyecto del libro César era novio, y pasamos tanto tiempo en esto que pasó a ser esposo, y ahora ex esposo.

—Igual el bebé comedia, el hijo de Bobby, no existía y ahora está en México.

—Es que esto empezó hace cuatro años…

Casi un lustro transcurrió para concretar Hacker Mater: cómo deshacerte de tus padres. Fue en el año 2010 que los cuatro se reunieron con César Oropeza con la idea todavía sin moldear. Fue él, además, quien les sugirió realizaran el proceso de escritura como si se tratara de un guión cinematográfico; de ahí surge la estructura de la historia. Realizaron una escaleta de la trama y nuevamente, cual trabajo de colegio, se repartieron qué le tocaba a cada quien. Pero como suele suceder en las asignaciones grupales, el resultado no fue el esperado: “Le mandamos por primera vez lo que cada uno había escrito a la editora. Ella lo leyó y nos dijo: ‘Muchachos, esto fue como una tarea de colegio. Cada uno hizo su parte y ya. No tiene nada que ver uno con el otro’”, explica Otero. Tuvieron que detenerse y volver a empezar.

Regresaron por donde empezaron: la idea. “Teníamos claro que eran cuatro chamos descontentos con ser regañados sin que les explicaran el porqué. Hablamos de la tecnología porque vivimos metidos en internet y alguien dijo: ‘Epa, ¿por qué no los ponemos a hackear algo?’”, relata Toto. Por allí comenzó Hacker Mater: cómo deshacerte de tus padres. El libro cuenta la historia de cuatro jóvenes que, por medio del hackeo, logran armar todo un plan para desaparecer a sus padres por una semana y vivir a sus anchas durante ese tiempo de diversión, caos y excesos de tecnología.

Cada autor tenía a su personaje. Ale daría vida a Emily, la única niña del grupo, curiosa, amante de los animales, con una hermana mayor insoportable. El Chino (“El chino es japonés pero como no sabemos la diferencia le dijimos chino”), descrito por Bobby Comedia, representaba la parte más clara de comedia con su amor por la comida y los videojuegos. Bruno, el de Reuben, tiene habilidades de hacker y es la verdadera mente maestra del asunto. Y, por último, Gonzo, el más popular de la clase y con las mejores ideas que nunca salen bien, creado por Toto.

—Yo creo que todos los personajes tienen algo de nosotros —admite Ale.

—Pero no somos nosotros y no quisimos que fueran nosotros, no sé por qué.

—Pero sí creo que todos reflejamos un poco la relación con nuestros padres, sobre todo con el tema de la tecnología. La relación con mi mamá yo la vi como la de Emily y su papá, porque Emily es demasiado más alternativa de lo que soy yo.

—Bueno, yo no era el más popular del salón. Yo era un gallo pavo. Tenía las mejores ideas pero se las decía al que sí era popular para hacerlas.

—O sea, tú eras el José Vicente Rangel.

—Y así he sido toda mi vida. El vicepresidente siempre.

Con 35 páginas por autor, cada uno logró plasmar en la obra una historia divertida para los más jóvenes e incluso para los adultos. Y aunque el proceso de escribir a ocho manos no fue sencillo, lograron hilvanar las ideas de modo que el texto parece escrito por un solo par de manos. Lo más importante era entregar una historia divertida y honesta para los más jóvenes. Sin embargo, los autores quisieron dejar muy en claro que lo implicado en el título, eso de deshacerse de sus padres, no tenía ni malas ni verdaderas intenciones. Con una moral bien delineada, el libro divierte mientras invita a reflexionar sobre las relaciones familiares.

—Muchísimas madres han venido a decirnos que somos la escoria del mundo porque les damos a sus hijos un manual para deshacerse de ellos —explica Toto.

—Pero eso no es así. Tiene un mensaje positivo.

—Invitamos a los padres para que lo lean completo y lo vean.

—Sí, capaz así los entiendan más a ellos y todo.

Tras cuatro años de encuentros y desencuentros, los cuatro autores lograron finalizar el proyecto que iniciaron en 2010 con mucho éxito y sobre todo, mucha satisfacción. Para ellos, el libro quedará como manifiesto de un punto en la historia de cómo era la vida en el 2016, sobre todo con respecto a los avances tecnológicos. No obstante, no por adaptarse a lo nuevo se olvidan de lo viejo. El libro converge la escritura tradicional con un tema referente a al mundo 2.0. “Es un libro innovador y divertido para un público al que casi nadie le habla”, finaliza Ale.

La Emily de Ale y el Gonzo de Toto

-¿Si ustedes quisieran deshacerse de sus padres cómo lo harían?

Ale Otero: Yo creo que los hubiese puesto a ver Globovisión todo el día.

Toto Aguerrevere: Yo me retiré de ellos. O sea, traté de enviarlos al retiro a ellos para empezar mi vida como adulto independiente, pero al final me quedé en su casa. Ahora son ellos los que se quieren deshacer de mí.

-Si hubiesen logrado estar una semana sin ellos de la edad de sus personajes, ¿qué hubiesen hecho?

TA: Yo hubiese sido un monstruo.

AO: Yo no sé. O sea, mis papás siempre me dieron mucha libertad. A mí nunca me castigaron. Un caso atípico. Mis amigas siempre se la pasaban castigadas pero yo no.

TA: Sí, sí. A mis amigos siempre los castigaban pero a mí no. Creo que ese era el problema.

AO: ¡Igualito yo!