Esta es la carta para el Niño Jesús que sabe de la buena vida. Como es costumbre Clímax reúne seis objetos del deseo que hacen de regalar algo chic. Sí, recibir es un verdadero placer. Arte, diseño, joyas y esculturas forman parte de la selección, que, sin dudas, puede comprarse en la mismísima Caracas
Para brillar, diamantes hay que comprar
El lujo se basa en el reconocimiento. El reconocimiento en los halagos, regodeos y la zalamería —de esa que produce risas y cosquillitas en el oído. La joyería intercontinental sabe cómo traducir la experiencia. En sus vitrinas se desborda la exquisitez por lo caro y exuberante. El glamourde sus accesorios —hechos en diamantes, piedras preciosas y oro— seducen al que pasa. Zarcillos, cadenas, anillos y relojes son parte de las opciones. Los ceros a la derecha en el precio no son un problema para quienes entran decididos a comprar: 20 millones de bolívares no parecen ser gran cosa delante de tanto brillo. Una prenda del tamaño de una moneda cuesta lo mismo que un carro. Pero Bvlgari, Channel, Mont Blanc, Hublot, Rolex, Carrera, y TAG HEUER parecen no envidiarle nada al runrun de los motores. Sobre todo esos zarcillos de oro amarillo, con cuarzo y amatista. Esa piedra violeta que Leonardo Da Vinci bautizó como «el metal con poder de disipar los malos pensamientos y de acelerar la inteligencia». La favorita de Catalina “La Grande” de Rusia compitió en valor hasta el siglo XIX con los diamantes y zafiros. Hoy en día aterriza en Venezuela y se posa en el Centro comercial San Ignacio y en el Altamira Village. Y ¿quién no se va a librar de malos pensamientos con tanto bling bling?
Relojes, elegancia a tiempo
Hublot y Mont Blanc son los favoritos de los hombres. Bvlgari de las féminas, al menos en Caracas. Quienes están en búsqueda del más preciado reloj no ven la hora de tener alguno de alta tecnología. “Quiero un regalo que sea realmente especial”, dice el cliente. Con la sonrisa del genio de Aladdin, la vendedora saca su tesoro y responde: “este, para no ser olvidado”. Se trata del reloj Hublot que desde lejos hace ojitos con sus brillantes rosados. Su valor casi toca los 27 millones de bolívares. La marca se caracteriza por tener estándares de calidad elevados. Su nicho, la realeza incluida, son personas que quieren más, y piden más. Esta pieza suiza fusiona las últimas tendencias con elementos clásicos y hace de la elegancia algo tangible.
Carteras que hacen del patriotismo algo fancy, Yliana Yépez
Hechas de fino cuero, con incrustaciones a láser, cada detalle de estas carteras son una oda a la calidad. A lo cosmopolita. Sujetarlas en la mano es un goce para los sentidos —de todo el mundo, literal. Su diseñadora confiesa amar el lujo. Por eso sus modelos no la contradicen. Las distintas colecciones han sido desfiladas en la alfombra roja por Nicky Hilton, Demi Moore, Lady Gaga y Olivia Palermo. Mini morrales, sobres, minaudieres encabezan la lista de favoritos. Cada pieza YY se encuentra en el must have de una mujer. Para las venezolanas diseñó un modelo exclusivo con el tricolor de la bandera.
Una jungla en casa de Art in the city
Pensando en fusiones, la marca alemana “Art in the city” hizo del street stile algo sofisticado y chic. “Llevamos el arte a la calle, e hicimos de lo callejero una pieza artística”, dice Daniel Genovesi, uno de sus diseñadores. Piezas que parecieran sacadas de un “mercado de corotos” se refinan gracias a los colores y acabados delicados en resina. Sirven para adornar espacios sobrios que quieran verse modernos y versátiles, sin dejar de ser creativos. “Art in the city” presume hacer cosas extraordinarias para gente extraordinaria. Más de diez artistas plásticos conforman el team diseñador. Sus toros, pingüinos y perros inflables se compran en Venezuela en la tienda Iskia, los precios juegan entre 150 mil y 300 mil bolívares.
Jarrones indú sin curri
Bollywood y Gandhi no es todo lo que se encuentra en Google sobre la India. Los jarrones de la compañía Infra International India también tienen miradas y seguidores. Cristales que solo reflejan exclusividad le dan oportunidad a los aficionados occidentales de tener una mezcla de culturas en el hogar. La marca repite el mismo estilo en otras creaciones para decorar. En Caracas se encuentran en Nini y Amalia, entre 200 mil y 300 mil bolívares.
Corbatas de Area Company
Dicen que el origen del término “corbata” viene de “croatas” pues eran ellos quienes en sus batallas usaban pañuelos de colores en el cuello. En la antigüedad también eran símbolo de estatus. Más tarde el uso sofisticado buscaba tapar los botones en las camisas de los hombres. Según los cambios en las épocas el tamaño ha influido —quienes usaban las más grandes eran los millonarios, por ejemplo. Hoy en día la moda cambió. Sin embargo, la tradición masculina parece no desprenderse de aquella tradición. Traídas de Italia, confeccionadas con seda, las corbatas de Area Compañy son una opción en Caracas menos cariñosa pero igual de caprichosa. Modelos clásicos o alternativos, coloridos o sobrios, están dentro de las opciones para elegir, no mayor a 25 mil bolívares.
A las seis de la mañana una llamada anuncia la llegada del pernil prometido desde Miraflores. La entrega ocurre pasada la medianoche, y hay fortuna. Ahora esa carne viene de Rusia y las cejas se levantan. Ni modo, a comerlo. Clímax presenta una serie dedicada a la cotidianidad impuesta a través de la entrega de comida de los CLAP
Costumbre es la palabra que define la realidad petareña. Sin importar hora ni fecha, el CLAP anuncia su llegada y como una estampida de zombis dormidos, bajan en silencio, hipnotizados, a cumplir su deber con el ritual socialista. El Patrón, desde lo más alto, inspecciona y vigila que todo transcurra con orden. Clímax presenta la serie Escenas de Petare, escrita desde sus entrañas
A menos de 10 días de la Nochebuena, José Gregorio Machado no sabe si podrá ese día servir la cena navideña y dar regalos a sus tres hijos y esposa, que le acompañan cada día en una precaria vivienda de tablones y techo agujereado en un refugio improvisado en el extremo este de Caracas
