Cultura

Hidden Figures, una película sobre negros en la que el héroe es un blanco

El filme sobre un grupo de mujeres "de color" que ayuda directamente a la NASA en la lucha por la conquista del espacio ante la "amenaza" rusa es muy elegante, pero carece de la pasión de una lucha que debió ser mucho más ardua en la vida real.

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Reivindicar a las matemáticas, ingenieras y astrofísicas negras (en ese tiempo no se usaba el término afroamericanas) que contribuyeron en el desarrollo de la Carrera Espacial en Norteamérica ha colocado en primera plana el nombre de Theodore Melfi, un realizador efectivo y discreto, poco prolífico pero que el año pasado se coló en algunos festivales con St. Vincent, un filme hecho a la medida de Bill Murray.

En St. Vincent el pequeño Oliver pone toda su fe en Vincent (Murray), cuando le solicitan en un ejercicio escolar que escoja a una persona que merezca ser santificada. La decisión sorprende porque el vecino reúne todos los vicios posibles: es alcohólico, ludópata y mentiroso. No hace falta ver la cinta para intuir la historia de amor y redención planificada, tan efectiva como tramposa porque el realizador apunta directamente al corazón del espectador, obviando temas más profundos y escabrosos. Igual sucede en Hidenn Figures, la película basada en el libro Hidden Figures: The Story of the African-American Women Who Helped Win the Space Race de Margot Lee Shetterly.

Taraji P. Henson (Katherine), Octavia Spencer (Dorothy) y Janell Monáe (Mary) interpretan a las tres mujeres que rompen las barreras de un sistema machista y racista a base de coeficiente intelectual. A pesar de que Taraji lleva la batuta del metraje, con más minutos en pantalla que sus compañeras y de que Spencer borda con suficiencia un papel que no le exige absolutamente nada, es Janell quien aprovecha cada segundo que aparece en pantalla. Deslumbra con su extraordinaria belleza e irreverencia. Es el rostro más entrañable de la cinta.

Lamentablemente Melfi se olvida de Mary y centra su historia en la relación entre la matemática Katherine y el director del grupo de Tarea Especial, Al Harrison (Kevin Costner) y, en menor medida, en la de Dorothy y su superiora inmediata, Vivian Mitchel (Kirsten Dunst). Y digo lamentablemente porque el tono de estas relaciones es previsible, visto en otros filmes (42, The Butler, The Help), lo que reduce el relato a una simple hagiografía. Incluso se desaprovecha la participación de Jim Parsons (The Big Ban Theory).

A Hidden Figures le falta soul. La unidimensionalidad  de las protagonistas (madres dedicadas y esposas leales,) contrasta con un momento histórico, rico en complejidad: el principio de reconocimiento de los derechos civiles de los afroamericanos. En todo caso, Melfi hace una película correcta, dirigida al gran público que desconocía la importante labor de estas mujeres, aunque el tema de fondo -la segregación, el machismo y la violencia de la época- raya en la superficialidad.

Ese problema entre fondo y forma incide en que el peso de la cinta recaiga en Costner, tan encantador como Eliot Ness en The Untouchables. Sus políticas laborales («En la NASA todos orinamos del mismo color», dice antes de eliminar los baños solo para las mujeres negras) son las que facilitan el ascenso de Katherine y esto es imperdonable para una historia que pretende celebrar el arrojo, la tenacidad y el profesionalismo de las féminas.

En definitiva estamos ante una película que puede colarse en algunas categorías del Óscar (seguramente actriz secundaria, guión adaptado o dirección artística), hecha para todo público, con una factura eficiente en fotografía y ejecución de cámaras, pero completamente olvidable una vez que abandonamos el cine.

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