La película española, que cuenta la historia de dos extraños que aparecen unidos en la habitación de un hotel, figura entre las cintas más vistas de la semana en el servicio de streaming. ¿Por qué? Es un misterio, pero si ya la viste y quieres despejar las dudas de un guion con más huecos que las calles de Caracas, este es tu artículo
«El corazón tiene razones que la razón no entiende», dice el refrán y el gusto del espectador también. «Two» se ha convertido en una de las películas más comentadas en Netflix, a pesar de que el guion es, por decir lo mínimo, inverosímil. Sin embargo, no estamos aquí para juzgar las opiniones de otros, sino para aclarar un final que dejó a muchos rascándose la cabeza.
Comencemos por el principio: ¿de qué va la nueva película de Mar Targarona («El fotógrafo de Mauthausen», «Secuestro»)? Pues bien, «Two» narra las peripecias de dos desconocidos que despiertan en una habitación de un hotel, literalmente pegados debido a una intervención quirúrgica en el área abdominal. Sí, parece una mezcla de «Buried», «The human centipede» y «Saw».
Debido a que no hay algo que los relacione, al menos eso creen apenas inicia la cinta, David (Pablo Derqui) y Sara (Marina Gatell) tendrán que hacer de tripas corazón para encontrarle un sentido a su situación y así conseguir un salida. Dicho esto, te advertimos que en las siguientes líneas destriparemos todo el largometraje español. Por lo tanto, si quieres evitar spoilers, lo mejor es que regreses cuando ya la hayas visto.
Sara se percata que cada vez que establece un nexo intimo con el extraño, sucede una intervención del captor. Cortan la luz, por ejemplo. Entonces, ella convence a David de prolongar el flirteo y así inician el coito más doloroso del mundo. Donde hay dolor hay placer decía Zapato 3. En esas andaban, cuando aparece el misterioso personaje para detener el jaleo. Ellos, barriga pegada por medio, se las ingenian para golpearlo y escapar. Eso sí, con mucha suerte porque el secuestrador se golpea en la mesa y pierde el conocimiento.
En medio del escape, encuentran en la pared una serie de recortes que convenientemente explican el plan del hombre que les ha secuestrado. Si ya los besos en medio de una situación tan angustiante eran poco creíbles, la resolución del por qué los protagonistas están sufriendo esta tortura es más que forzado. En este despacho de licencias argumentales, David y Sara reciben las buenas nuevas: son siameses (de allí el título de la película) que fueron separados mediante una intervención quirúrgica tras nacer. Rita, la madre, murió luego del parto y el padre biológico, Oscar, no era apto para cuidarlos porque padecía de esquizofrenia, así que les siguió los pasos para reunirlos de nuevo ahora que tienen 38 años. ¿Por qué ahora y no antes? Vaya usted a saber.
Luego de la patada mágica que termina con el secuestrador desmayado, Sara toma un arma que dejó el secuestrador ahí a la vista de todos. Ella cuenta que lleva un arma así como para andar por la casa todo el tiempo. Que no hay nada de raro en eso. De paso, vemos el cadáver del esposo. Porque claro, hay tiempo para planificar todo lo de la operación que les une, pero no para deshacerse del cadáver. ¡Hay que tener prioridades!
El punto es que debido a esa arma, se arma el «dale que te pego» entre los tres personajes, dejando el siguiente saldo:
Entonces, ¿mueren los tres? Sí, mueren los tres. Pero aún quedan más preguntas por responder.
No se puede asegurar completamente. Podría ser un demente que se obsesionó con los protagonistas. Más allá del propio discurso del anciano, en uno de esos momentos típicos de los villanos que cuentan sus planes maquiavélicos, no existe alguna prueba de paternidad. Vemos una foto del Oscar joven, pero este que perpetra el secuestro está disfrazado de Mario, el esposo de Sara.
Por descarte, creemos que el captor mató al esposo de Sara, para suplantarlo. Pero, dadas las lagunas de la protagonista, ¿no podría ella haberle disparado debido a los problemas que ella cuenta, de abuso y manipulación? Ahí les dejo esa inquietud.
Oscar, o el sujeto que se hace llamar así, está molesto porque los siameses fueron «arreglados», es decir, fueron separados quirúrgicamente. Entonces decidió experimentar con perros y otros animales, antes de unir a los dos hermanos.
Oscar o el hombre que se haca pasar como el padre de los protagonistas, después de revelar su plan, pone como ejemplo a los hermanos Bunker, que llevaron una «vida normal», aunque compartían el cuerpo. Y en efecto fue así.
Chang y Eng Bunk nacieron en 1874. Al principio fueron parte de una atracción de circo, luego se independizaron. Ellos administraban el show, presentándose por todo Estados Unidos. Reunieron una buena fortuna, compraron terrenos y se hicieron hacendados. Se casaron con dos hermanas de la zona y cada uno tuvo descendencia. Eng fue padre de 11 hijos y Chang de 10. Murieron a los 62 años.
Porque el algoritmo de Netflix nos tiene locos.
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