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"Thor: Love and Thunder": Marvel se arriesga a un momento de locura

Taika Waititi parece haber llevado el concepto exitoso de "Thor: Ragnarok" a un nuevo nivel. Tanto, como para desconcertar a los críticos y dejar sin aliento a los fanáticos. Más cerca del cómic que del cine, el experimento no es del todo afortunado, pero entretiene

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Thor

En buena parte de las escenas de «Thor: Love and Thunder» de Taika Waititi, hay humor. También, brillo, colorido, un acento estético excesivo. La combinación más inteligente y audaz que la fórmula usual de Marvel, convierte a la producción en una rareza. A la vez, el argumento aumenta la apuesta de la habitual película de superhéroes en un intento de ganar identidad. 

Más enfocado en la noción del héroe en busca de propósito que de aventuras, la historia del Thor de Chris Hemsworth se hace más plena y rica. Pero para bien o para mal, todos los elementos combinados a la vez crean una ruptura con el lenguaje usual de Marvel. Uno complicado de sostener, en mitad de lo que parecen cambios de considerable envergadura en la exitosa franquicia cinematográfica.

“Thor: Love and Thunder” es mucho más que una épica superheroica, que lo es, por supuesto. En realidad, la premisa es más amplia — e inusitadamente profunda — y se transforma en un tránsito a través de Thor. El personaje regresa a la pantalla desde una perspectiva fresca y por momentos desconcertante. En plena evolución y crecimiento, sorprende cómo la nueva entrega de la subfranquicia analiza su trascendencia en el universo de Marvel.

Pero el argumento, mucho más cercano a la versión de Thor del cómic de lo que podría esperarse, pende del equilibrio entre la figura simbólica y el héroe bidimensional de Marvel. Más humano, vulnerable, un hombre generoso y honesto, el dios asgardiano perdió su fanfarronería radiante en favor de una experimentada sabiduría. Y para el estudio, que ya enfrenta críticas por modular su universo a la sensibilidad de sus fanáticos, es una prueba de fuego. Thor será de nuevo el salvador, la medida del valor y un dios — en toda su extensión — en una película que profundiza sobre el poder. Pero eso podría no ser suficiente para una audiencia que atraviesa desconcertada la fase cuatro de Marvel.

¿Podría ser “Thor: Love and Thunder” la película que divida definitivamente a los fanáticos de Marvel?

Con algunos experimentos narrativos y apreciables cambios de tono, el universo cinematográfico de Marvel intenta madurar bajo la mirada atenta de millones de fanáticos que juzgan a detalle todas las decisiones creativas. De hecho, uno de los puntos más singulares de las producciones más recientes, es su forma de partir en dos (y de forma notoria) la opinión de la audiencia. Y “Thor: Love and Thunder” corre el riesgo en toda su extensión.

Desde el amor malogrado, la muerte, dioses despóticos y crueles, una estética de baratillo, el film de Waititi está construido desde la identidad. Lo hace, además, con un desempeño brillante a nivel de espectáculo y ritmo. Como “Thor: Ragnarok”, no se parece a nada de lo que Marvel hizo hasta ahora. Pero eso le beneficia, en la medida en que logra apartarse del lote de las ya repetitivas propuestas del estudio.

No obstante, una producción con su propia entidad y poder es también un llamado a la controversia. Ya “Ragnarok” irritó a los fanáticos por su tono festivo y su brillo estrafalario. Su continuación inmediata enfoca en el mismo punto entre la parodia consciente y un firme intento autoral.


Frente a errores y dolores

Hasta ahora, ninguna producción de Marvel en su cuarta fase ha sido un éxito total. La crítica se ha convertido en un enemigo feroz y el público en una abstracción difícil de complacer. Incluso, la muy exitosa “Spider-Man: No Way Home” de Jon Watts, levantó debates furiosos en extremos opuestos del gusto popular.

En el punto más bajo de la tendencia está “Eternos”, de Chloe Zhao. El film, con aires autorales y un planteamiento por completo distinto a la fórmula Marvel, desconcertó y desagradó a partes iguales. Considerada en exceso larga, contemplativa y en algunos casos, directamente aburrida, la apuesta decepcionó. Por un lado, se consideró “el primer intento” de un lenguaje autoral en el estudio. Pero a la vez, la demostración de que los experimentos de Marvel pueden fallar.

Lo mismo podría decirse de sus series en Disney+. Luego del éxito de “WandaVision”, “Falcon y el Soldado de Invierno” despertó un moderado interés. Después, la considerable popularidad de “Loki” abrió la puerta a programas de tono más adulto, e incluso algunos emparentados directamente con géneros específicos. Pero de nuevo, las producciones tuvieron que enfrentarse a una crítica dura que apuntaba a la aparente falta de dirección y objetivo de Marvel. La animada “¿Qué pasaría sí…?”, “Hawkeye”, “Caballero Luna” (Moon Knight) y la reciente “Ms Marvel” no parecen ser suficientes para las exigencias del público.

“Thor: Love and Thunder” explora a conciencia lugares poco comunes en Marvel y se arriesga con una alternativa disparatada. Por supuesto, la combinación entre la comedia, el drama, la épica y la noción de Marvel como fórmula, termina por ser confusa en sus momentos más bajos. Pero en los más altos, es un atrevimiento formidable que, sin embargo, está destinado a provocar controversia. En especial, porque da la impresión de que la franquicia comienza a dar señales de fatiga.

Un trayecto complicado

La disparidad de ritmos y en apariencia, la falta de objetivos de la fase cuatro de Marvel, son aspectos preocupantes en la medida en que las nuevas películas y personajes establecen un terreno sólido para las producciones futuras. Pero, por ahora, la cuarta fase de Marvel se enfrenta al peso de su historia e incluso, a las singularidades de la franquicia. Desde el hecho inevitable de la exigencia de mucho más material fresco y sorpresas, hasta la necesidad de replanteamientos de origen. Marvel parece batallar con un éxito extraordinario que no ha podido emular del todo y que le está llevando esfuerzos sostener.

Algo de esto tuvo que enfrentar la recién estrenada «Doctor Strange en el Multiverso de la Locura» de Sam Raimi. La película se convirtió en fuente de rumores y discusiones, en especial por los nuevos personajes que podría incluir o no. Una filtración a semanas del estreno y los rumores de la prensa especializada dejaron en claro que el argumento traía escasas novedades. Como si eso no fuera suficiente, la película, a mitad de camino entre una aventura de acción y un film de terror, desconcertó a los fanáticos. Incluso hubo discusiones sobre la figura de la Wanda Maximoff de Elizabeth Olsen y acusaciones de que el guion “desvirtuó” su impecable arco de redención.

Con un escenario semejante, «Thor: Love and Thunder» se estrena con algunas preguntas a cuestas. Waititi anunció que no habría ninguna mención al multiverso, lo que le aparta por completo del argumento general de la franquicia. También desmintió una popular teoría sobre la posible aparición del Loki de Tom Hiddleston. De modo que la cuarta entrega de la subfranquicia comienza su recorrido a la pantalla grande entre preguntas. ¿Qué pueden esperar los fanáticos de una reinvención del ya sorprendente lenguaje fílmico de Taika Waititi? ¿Qué tanto puede afectar al clima de preguntas sin respuestas en la fase cuatro de Marvel?

La película más loca

Hace un año, Taika Waititi lo dejó claro: «Thor: Love and Thunder», la cuarta película de la franquicia del dios asgardiano, era el film más loco que había hecho. También el más extravagante y el que, probablemente, levantaría mayores comentarios  - para bien o para mal - entre la crítica y el público. Una barra alta después de convertir a «Thor: Ragnarok» en un punto de ruptura entre los fanáticos de Marvel. Buena parte de la audiencia se sorprendió por el sentido del humor, colorido y estética extravagante del film. Y un considerable porcentaje, también se quejó de la forma en que Waititi exploró en uno de los personajes más queridos de Marvel.

Al realizador neozelandés se le acusó de excesivo, de trivializar al personaje, e incluso de infravalorar a la mitología nórdica. Ahora la opinión general se ha vuelto más incómoda, tajante y severa. No parece haber un punto medio para comprender el tono y la forma de «Thor: Love and Thunder». Y eso quizás la convierta en la película más controversial de Marvel hasta ahora. En específico, luego de culminar el arco del personaje Jane Foster de manera inesperada y de llevar a Thor hacia nuevos lugares, ¿era necesaria una nueva deconstrucción del dios asgardiano en pantalla?

Thor
(Jasin Boland. ©Marvel Studios 2022)

El cineasta insiste en que se trata de un franco intento de profundizar en el aspecto más autoral de una franquicia de entretenimiento como Marvel, con frecuencia acusada de utilizar fórmulas repetitivas y desgastadas, de sofocar la creatividad de sus autores y concentrarse en el mero espectáculo. La declaración sorprende. Mucho más cuando pone a prueba el sentido estético, de ritmo y discurso de una saga multimillonaria y sometida a la presión de la popularidad. Pero Waititi fue claro al respecto: el film era una exploración detallada a su mirada sobre el universo de los superhéroes.

Para acentuar lo inesperado de la propuesta en pantalla el director dejó un mensaje en su cuenta oficial de Instagram. “Si no ves esta película, significa que odias la diversión y el cine independiente” escribió junto a un video promocional del film. El comentario provocó malestar y una discusión acalorada sobre qué podría considerarse autoral en Marvel. O en cualquier caso, por qué una fórmula ultra colorida y argumentalmente blanda, puede considerarse como tal.

El buen malo

La película de Waititi es la más personal y la menos cercana a la fórmula Marvel de todas las estrenadas por ahora. Es la única en la que el héroe principal debe compartir su poder. La que plantea la muerte de uno de sus personajes de forma definitiva. La que muestra un villano y justifica sus acciones, punto a punto y casi por completo. Y aunque ya Marvel había brindado un sólido piso argumental al Thanos de James Brolin, el Gorr de Christian Bale casi cae en la categoría de antihéroe.

También es un recorrido casi introspectivo a través de Thor como personaje. Una travesía entre luces y sombras que comenzó con «Thor: Ragnarok» y que en «Thor: Love and Thunder» encuentra su punto más alto. El héroe asgardiano es ahora un hombre con nuevas responsabilidades sensibles, uno que destruyó su mito solo para volverlo a construir. ¿Hacia dónde se dirige la subfranquicia? La pregunta podría ser más amplia. ¿Hacia dónde se dirige Marvel? Todavía no está muy claro.

La película de Waititi podría ser más un elemento divisor que otra cosa. En específico, a medida que las piezas de la saga parecen apuntar a la guerra multiversal y a los elementos más conocidos del cómic «Secrets Wars». Marvel, ahora mismo, se encuentra en un momento frágil de su exitosa historia y necesita un triunfo taquillero considerable para sostener su marca. Y «Thor: Love and Thunder» de Taika Waititi podría ser justo lo contrario. Aún peor, podría abrir la grieta más profunda en un panorama cada vez más incierto a futuro.

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