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El animal interior, la sangrienta visión de lo salvaje de "La Bestia" de Baltasar Kormákur

La película juega con la idea de un enemigo salvaje e imparable, en medio de un paisaje desolador. Pero en una decisión inteligente, integra la trama a preguntas existenciales sobre el bien y el mal moral

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En una de las escenas de «La Bestia» de Baltasar Kormákur, el león asesino, centro de la trama, aguarda en la oscuridad. No lo hace en un instinto primario de un depredador al acecho. Tampoco, en medio del miedo o el hambre. La criatura — monstruosa e irreal en sus proporciones — acecha, aguarda, contempla, toma decisiones. Aun así, el film no rebasa la línea de crear una criatura humanizada y con sed de venganza. Una y otra vez, el guion juega con la misma percepción sobre el tema del peligro salvaje. Y siempre, logra la conclusión más elegante y menos obvia. La naturaleza es un enemigo formidable.

Claro que la película, que vuelve al tropo habitual acerca de lo salvaje enfrentado a lo racional, atraviesa terrenos conocidos. Un tópico que en el cine suele tomar un tono exagerado y sin mayor profundidad. Para evitarlo, el guion de Ryan Engle toma la sabía decisión de empalmar el relato con un paralelismo emocional. El doctor Nate Samuels (Idris Elba) lleva varias cargas dolorosas a cuestas. Por un lado, debe lidiar con la pérdida de la que fue su esposa. Una tragedia que ocurrió en medio de una separación tumultuosa. Al otro extremo, tratar de consolar o en el mejor de los casos, reconfortar a sus hijas Norah (Leah Jeffries) y Meredith (Iyana Halley). La pequeña familia sobreviviente tiene una relación conflictiva y las heridas del duelo reciente, hacen todo más complejo.

Es entonces, cuando el guion une los hilos para crear algo más elaborado. O que pareciera serlo en su extraña fuerza discreta. El padre y sus hijas deberán enfrentar el reto de una amenaza que les destruirá y lo hará, con todo el carácter imparable y violento, de la naturaleza. A la vez, profundizar acerca de su vida, lo que les une y las heridas emocionales abiertas. ¿Una carga excesiva para una historia en apariencia sencilla? Podría serlo, si «La Bestia» careciera de un elegante apartado visual que une todas las piezas en un plano total sobre el miedo y la incertidumbre. ¿La naturaleza es tan incontrolable como la criatura monstruosa que acosa a los Samuels? La pregunta se repite una y otra vez. Pero también, la rara condición del film para explorar el terreno psicológico de sus personajes.

Cuando el monstruo está entre lassombras

En esta ocasión, la amenaza no es un engendro fantástico o inexplicable. Se trata de un león con una sed de sangre imparable, convertido en un monstruo por la crueldad humana. La idea puede parecer sencilla, hasta que esta fuerza imparable y vigilante, se convierte en una región en sombras sobre lo salvaje-Pero también, mostrará que la supervivencia une al animal humano con sus ideas más esenciales. La película es un recorrido bien construido a través de las interrogantes acerca del individuo y su entorno. ¿Quiénes somos en contacto con lo primitivo?

No se trata de una disyuntiva sencilla y el guion no lo muestra de forma lineal. Y el mayor acierto de la premisa, es reflexionar sobre el impulso de vivir a toda costa. Ya sea el de una criatura irracional, herida en su sentido esencial para existir. O la de un hombre, que busca proteger a su familia. Entre ambas cosas, «La Bestia» hace planteamientos profundos de los motivos que nos llevan a seguir en situaciones insostenibles. A la vez, acerca del miedo, el sufrimiento emocional y al final, lo que brinda sentido a las batallas descarnadas y brutales.

La producción no intenta disimular su cualidad de fórmula tradicional en el cine. Pero su mayor atributo, es que logra narrar un giro argumental conocido, desde una poderosa elegancia. Cada punto de la narración en Bestia está justificado por un bien mayor. Un animal defiende su territorio de los horrores que el mundo humano inflige. A su vez, un hombre sin otras armas que su decisión de proteger a su familia, le hará cara desde la torpeza. El choque termina por ser descarnado, sangriento y en cierta forma, previsible. Pero sin duda, también de una sofisticada mirada acerca del miedo y los espacios desconocidos de la vulnerabilidad.

Una criatura asesina en medio de lanoche

El film, que hace gala de una curiosa sencillez, deja algo claro: la muerte es un hilo conductor entre el horror, el miedo y la vulnerabilidad. La idea de lo inevitable, lo incierto y lo violento de la muerte física, está presente en todo el recorrido de la película hacia su conflicto. Y ese comienza, cuando los personajes deberán enfrentar una fuerza imparable e irracional. Para la ocasión, Kormákur toma la precisa decisión de analizar el hecho del bien y del mal como terrenos grises. El león convertido en una amenaza temible, es a la vez víctima del hombre en su codicia. La idea puede parecer repetitiva, hasta que la trama encuentra cómo darle una tridimensionalidad convincente.

Pero en «La Bestia» hay mucho más que una historia sobre un animal que debe ser abatido por necesidad. Una criatura violenta, alimentada con sangre humana y que ya atacó poblados enteros desde su apetito insaciable. La recreación digital del león, centro de la narración, es impactante. Y aunque en algunos puntos, su furia parezca más humana que solo instintiva, tiene peso y credibilidad.

Mucho más aún, cuando la percepción sobre el peligro se hace complicada y brutal. El asesino instintivo viaja en soledad, ataca a los cazadores furtivos y los habitantes de una aldea pacífica. De pronto, es más que un mamífero desorientado y agresivo. Es un poder, integrado y sostenido, por horrores insospechados que la película muestra de forma casi poética.

El dilema del miedo enLa Bestia

Al final, «La Bestia» juega con las probabilidades de la supervivencia. Dos criaturas aisladas, doloridas y heridas, que se enfrentarán a no tardar en desigualdad de condiciones. También, un misterio que se extiende entre los paisajes brillantes y agrestes de Sudáfrica. No obstante, la premisa de lo salvaje como enemigo, no se limita a una abstracción. La historia incorpora la idea que puede también, sus lugares oscuros, crueles y violentos. Lo hace, con un cuidado vínculo a través de la percepción sobre el horror. La amenaza está en todas partes y Kormákur lo deja entrever en tomas de espléndida sutileza.

El film, que basa su efectividad en analizar a lo misterioso desde lo primitivo, triunfa en su lenguaje alegórico. No solamente profundiza en la abstracta visión sobre los horrores incontrolables vinculados a lo originario. A la vez, establece que la batalla entre el hombre y el mundo más allá de lo civilizado es feroz y tiene reglas propias. Pero, aun así, todos los animales — el hombre incluido — tienen un propósito más elaborado que evitar la muerte. ¿El sacrificio por un bien mayor? La película no responde el punto fundamental; sin embargo, sí profundiza en lo que desea mostrar sobre el dolor. Su punto más alto y refinado.

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