"Narco-Saints": ¿qué significa la pelota de béisbol que cierra la última escena?
La serie de Corea del Sur sobre un hombre que se infiltra en un cartel de drogas es muy popular en estos momentos en Netflix, pero el final tiene un giro interesante que solo los fanáticos del béisbol pueden captar de inmediato. Aquí lo explicamos
«Narco-Saints» pareciera, por su sinopsis, una producción más que espera aprovecharse del éxito de narcos y mafias que pululan en Netflix. Y si bien el juego del gato y del ratón que plantea desde el inicio ya ha sido visto antes, existen detalles de la trama que la elevan por encima del promedio. Uno de ellos es que la acción se centra en Surinam, país del que poco sabemos a pesar de su cercanía con Brasil, Colombia y Venezuela.
Otro elemento de valor es la caracterización del villano: un pastor carismático, muy bien representado por el veterano Hwang Jung-min, a quien recordamos por la extraordinaria película de terror «Gokseong» (2015). En general, la serie cumple con entretener aunque se echa de menos una mejor tensión en determinados momentos y el guion sobrepasa lo verosímil como es común en las producciones surcoreanas.
A pesar de lo anterior, Jong-bin Yoon («Nameless Gangster»), que coescribe el guion, consigue momentos brillantes, sobre todo cuando apela al humor. En general, son 6 episodios breves y dinámicos capítulos para que el espectador pase el rato sin gastarse el cerebro en muchas elucubraciones.
A continuación puedes ver el tráiler. Después de él, analizaremos el final de la serie, que presenta un vuelco de tuerca que no todos pillaron, porque tienes que ser fanáticos del béisbol para comprenderlo. Así que si no has visto este programa, te invitamos a que lo hagas y luego regreses a estas líneas para evitar spoilers.
Capítulo final explicado
Como se nos ha explicado durante los últimos episodios, el último recurso para detener al pastor Jeon es que se efectúe la entrega de la cocaína en suelo puertorriqueño. ¿Por qué? Porque así quebrantará una ley en territorio asociado a Estados Unidos. Esto le permitirá a la DEA y al servicio secreto coreano, detenerle sin mayor papeleo.
A pesar de que Jeon no está presente en el intercambio, que era lo ideal, tras comprobarse la presencia de la droga en el aeropuerto, las autoridades de ambos países ingresan a Surinam. Allí acaban con el culto a punta de bala y detienen a Jeon, en el momento que peleaba cuerpo a cuerpo con el protagonista, Kang In Gu (Ha Jung-woo), actor que sobresale en la recomendada «The Yellow Sea».
Una pausa antes de seguir: si te suena la cara del detective Choi Chang Ho (Park Hae-soo), es porque es el concursante Cho Sang-woo, el más odiado, que llega al final del «Juego del Calamar».
Volviendo a la serie. Meses después de los eventos en Surinam, nos muestra un encuentro entre Chang Ho e In Gu en un taller. Ahí nos enteramos que el antiguo empresario de rayas, ha vuelto a sus orígenes: trabaja arreglando autos. Es una manera lógica de cerrar la historia. Al inicio este personaje deja Corea del Sur por ambición y estuvo a punto de perder lo que más quería en esa apuesta: su familia.
Pues bien, el representante del departamento de Inteligencia del país asiático quiere proponerle un acuerdo a In Gu. Desea que acepte dos bares de karaoke debido a que al civil no le depositaron lo acordado a pesar de que se había infiltrado en las huestes del narcotráfico. El ahora mecánico no acepta la oferta. Dice que está contento con lo que tiene. Es entonces cuando sucede lo inesperado.
Chang Ho dice que el pastor Jeon cumplirá 10 años en la cárcel (pena máxima), pero que preguntó si le podían devolver la pelota de béisbol. Si hacemos un flasback, recordaremos que la serie comienza con la siguiente imagen: en la parte trasera de un camión, un hombre coreano con anteojos sostiene una pelota de béisbol autografiada. “¿Conoces un país llamado Surinam? Probablemente no”, dice el hombre en off. Ese es In Gu.
El autógrafo es de Park Chan Ho, lanzador surcoreano, que estuvo en las Grandes Ligas desde 1994 hasta 2010. Si tomamos en cuenta que la primera imagen de la serie ubica la trama en 2009, concluimos que ese año firmó con Philadelphia y participó en la Serie Mundial, en cuatro partidos como relevista. Sin embargo, los campeones fueron los Yankees, que se alzaron con el vigésimo séptimo título en su historia.
Por lo tanto, por todo este contexto, la pelota podría tener un valor importante si se consigue al correcto coleccionista. Y por eso el protagonista se queda viendo la esférica con la que antes jugaban sus dos hijos. Esta podría ser la única cosa cierta en toda la vida del narcotraficante y falso pastor Jeon, una bola con la firma original de un pelotero muy querido en el país y que llegó al mejor béisbol del mundo.
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