Cine y TV

"Vatican Girl": ¿quién secuestró a Emanuela Orlandi?

Ya se puede ver en Netflix la nueva docuserie basada en el famoso caso de la desaparición de una joven que vivía en la Ciudad del Vaticano. Aquí explicamos los detalles más importantes de la producción

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Mucho había tardado Netflix en sacarle punta a uno de los casos más famosos sobre desapariciones en el mundo, el de Emanuela Orlandi. Pues bien, desde este 20 de octubre, el documental que busca explicaciones sobre lo sucedido en 1983, cuando se le perdió el rastro a la adolescente italiana está disponible y ya es tendencia.

No es de extrañar que esta producción de apenas cuatro capítulos se ubique rápidamente entre lo más visto de la semana. Ahora, si eres de los que no saben nada de este suceso, que, como se dice hasta la saciedad, parece sacado de un libro de Dan Brown (El código Da Vinci), en el siguiente tráiler se explica:

Suponiendo que ya viste el documental, en las siguientes líneas vamos a aclarar algunos puntos para la mejor compresión de este trabajo que dirige un conocido para la audiencia de Netflix: Mark Lewis, el mismo de «Don’t Fuck with Cats».

¿Quién era Emanuela Orlandi?

Emanuela Orlandi nació en Roma, el 14 de enero de 1968. Vivía con sus cuatro hermanos, padre y madre, en la Ciudad del Vaticano. Ella era la segunda menor de la familia. Tenía 15 años cuando desapareció, tras salir de su clase de música. Tocaba la flauta y el piano, además formaba parte del coro de su zona de residencia.

Los padres de Emanuela, Ercole y Maria Orlandi eran devotos cristianos e históricamente la familia había trabajado con la iglesia católica y había servido a sietes papas. Natalina, Federica y María Cristina eran sus hermanas y Pietro, el único varón de la familia. Este último no ha permitido que el caso muera, como se puede ver en el documental.

¿Qué se sabe del día de la desaparición?

Oficialmente, Emanuela tenía 15 años cuando desapareció en la ciudad de Roma, el 22 de junio de 1983. Todo lo que pasó ese día es bastante confuso. Lo que se sabe es lo siguiente: la joven tenía que asistir a la escuela de música, llamó a su casa y habló con su hermana, Federica, sobre un hombre que le ofreció un trabajo en la marca de cosméticos Avon.

Al mismo tiempo, se conoce que Emanuela debía reunirse con un grupo de amigos después de la clase y con su hermana, María Cristina. Esto no sucede. A las 9:30 de la noche, la familia Orlandi decide salir a buscarla por las calles de Roma, pero no la encuentran.

Luego de esa búsqueda infructuosa y luego de que la policía creyera que se trataba de una adolescente fugada, lo cual sucedía a menudo en esa época, la familia Orlandi publica una foto de Emanuela en el periódico con un número telefónico para recibir información. De todas las llamadas recibidas, destacan dos: una de un tal Pierluigi, quien dice haber visto a una joven, de nombre Barbara, vendiendo productos de Avon y la de Mario, quien repite lo mismo, pero asegura que la chica se llamaba Barbarella.

La diferencia entre las dos llamadas es que Mario asegura que la adolescente se quejó porque no podría asistir al próximo concierto que daría su escuela de música. Esta información era muy detallada y cierta, pues en efecto pronto había una presentación de la institución. Fue entonces cuando el Servicio Secreto decidió instalar equipos de grabación en la casa de la familia Orlandi, para registrar cada llamada.

«El Americano» y Los Lobos Grises

Luego de que ninguna de las pistas obtenidas vía telefónica funcionara, la familia Orlandi recibió una llamada de un hombre con acento extranjero, consiguiendo el apodo de «El Americano». Esto sucedió después de que el Papa Juan Pablo II, durante una de sus acostumbradas alocuciones a sus feligreses, pidiera que Emanuela fuera devuelta a su familia, un impulso mediático al caso.

Este hombre que hablaba italiano como si fuera estadounidense introdujo el tema político, pues aseguró que Emanuela había sido secuestrada y si no se liberaba a un ciudadano llamado Mehmet Ali Agca, detenido por dispararle al Papa en 1981, la joven sería asesinada. ¿Quién era este detenido?

Mehmet Ali Agca (Hekimhan, Turquía, 9 de enero de 1958), supuestamente formaba parte de una agrupación terrorista llamada Los Lobos Grises. Se trataba de una organización de extrema derecha nacionalista, de origen turco, fundada en 1961. Sin embargo, se cree que realmente no era un militante ideológico, sino que se asoció con esta agrupación por interés económico, ya que era un experto en tráfico de armas.

Con el tiempo, tomó más apoyo la tesis de que Agca fue contratado por el servicio secreto búlgaro, por la activa posición de Juan Pablo II contra el comunismo. No obstante, a la luz de los acontecimientos posteriores, la conexión entre Agca y Emanuela es poco probable. Se quiso aprovechar la desaparición para conseguir la libertad del detenido.

Las otras teorías

Después del caso de Agca, son dos las teorías que parecen tener mayor lógica. La primera es la conexión entre la mafia y el Vaticano. Enrico De Pedis, jefe de la Banda della Magliana, fue señalado por su examante, Sabrina Minardi, de haber secuestrado a Orlandi. ¿La razón? Una supuesta deuda del Vaticano a la agrupación delicuencial.

Como se explica en el documental, Roberto Calvi, presidente del Banco Ambrosiano, cometió varios fraudes, malversando fondos del Banco Vaticano y de la mafia. Este hombre aparecería colgado de un puente, en un hecho que fue juzgado como suicidio aunque parecía más un crimen, con un mensaje dirigido al Vaticano.

En este contexto, la joven había sido secuestrada con el objetivo de ser usada como moneda de cambio, al vivir en el Vaticano, para conseguir el dinero que la mafia había perdido. De Pedis, sin embargo, nunca fue acusado formalmente.

La otra teoría es, a los ojos de hoy, más probable aún: la joven fue víctima de algún tipo de interés sexual por alguna autoridad importante. En el documental se trata este punto, sin embargo, no se detalla lo que también dijo el padre Gabriele Amorth, nombrado por el papa como jefe de exorcistas del Vaticano. Según él, en la desaparición podría haber estado involucrado un policía que prestaba servicios en el Vaticano y quien se encargaba de hacer fiestas para las cuales reclutaba a muchachas menores de edad.

En la producción de Netflix, una amiga de la infancia de Emanuela asegura que la desaparecida la había llamado por teléfono y le había pedido que se encontraran porque quería contarle algo muy impactante. La entrevistada afirma que una figura de alta autoridad cercana al Papa Juan Pablo II “molestaba” a Emanuela; ese «molestar”se entiende como un acto de agresión sexual.

Como se explica al final del programa, independientemente de las diferentes teorías, todos los caminos conducen a un mismo sitio: el Vaticano. Si embargo, el Estado soberano ha decidido mantenerse en reserva en lugar de ayudar a esclarecer el caso.

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