Cine y TV

El romance Queer sale del armario: cómo el 2022 mostró la sexualidad en el cine y la televisión de una manera distinta

De la película "Bros: más que amigos" de Nicholas Stoller, hasta las series "Heartstopper" y "Entrevista con el Vampiro". El mundo del entretenimiento, finalmente, muestra la vida emocional y romántica de la comunidad Queer de una manera realista. Pero en especial, desde un punto de vista sensible y honesto que sorprende por su profundidad

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En una de las escenas de la película “Bros: más que amigos” de Nicholas Stoller, hacen una broma en apariencia inofensiva sobre los heterosexuales. “¿Recuerdas qué divertidos eran?”, dice una mujer lesbiana. En la mesa en la que se reúne una nutrida representación de la comunidad Queer hay risas y después, un silencio casi malicioso. “Sí, eran divertidos… Algunas veces”, agrega alguien más, lo que hace estallar a la concurrencia en carcajadas. De pronto, la escena, en apariencia simple, se transforma en un símbolo. Hace menos una década, habría sido impensable que un film pudiera burlarse del heteronormativo con tanta libertad, sin atraer señalamientos o convertirse en una controversia a gran escala.

Pero el film de Stoller, demuestra hasta qué punto la forma de comprender la sexualidad y el género evolucionó durante la última década. Del fenómeno único de “Secreto en la montaña” de Ang Lee a la elegante y discreta “Carol” de Todd Haynes, la idea sobre la orientación sexual como parte del discurso cinematográfico, siempre fue complicada. En especial, con una Industria prejuiciosa y cuyo objetivo es hacer dinero.

Lo que podría traducirse en tratar de evitar contradecir lo menos posible a las grandes visiones culturales sobre temas álgidos. Quizás por eso, “Bros: más que amigos” entra en un espacio inclasificable. A mitad de camino entre una comedia romántica amable  -que, en esencia, es lo que es-  también es una declaración de intenciones. Una, que sostiene una versión acerca de las relaciones contemporáneas que se aparta por completo de la visión sobre la comunidad Queer que hasta entonces mostró la pantalla grande.

En esta ocasión, el énfasis no está en el sufrimiento de la clandestinidad. Tampoco, en el miedo al autodescubrimiento o los obstáculos hacia la percepción del cuerpo como territorio desconocido. En la película de Stoller, que un hombre ame a otro hombre solamente es una parte ínfima del argumento. Una mirada casi incidental sobre personajes más complejos que deben enfrentar la soledad moderna, el desarraigo y la condición de encontrar el amor en una época cínica. Sin grandes discursos morales o espirituales que narrar, es una exploración sincera al mundo contemporáneo y cómo comprende al amor.

¿Qué ocurrió con los sermones sobre el pecado, lo prohibido y los temores de una sexualidad que rompe el canon de lo que se supone es la normalidad? El argumento también tiene un chiste para eso. “Era más fácil cuando todo el mundo tenía miedo de hablar sobre el sexo gay”, dice el atribulado protagonista, cuando sus parientes se burlan con gestos explícitos sobre lo que podría ocurrir en su próxima cita. Una secuencia hilarante que, al final, podría definir la historia en toda su amplitud. ¿A quién le importa la orientación sexual de alguien más?

Una nueva era para el amor gay en elcine

La película “Bros: más que amigos” se anunció como la primera comedia romántica con dos personajes gays como protagonista. De hecho, lo es. Bobby Leiber (Billy Eichner) es un neoyorquino que solo quiere enamorarse. Una idea que el primer gran avance de la película mostró en toda su ternura elegante. Sin embargo, el film es el primer paso de un fenómeno que muestra una evolución narrativa y consecuente en cómo se profundiza en la orientación sexual en el cine. Más allá del estereotipo y los prejuicios, «Bros» demuestra que puede haber espacio para narraciones realistas sobre el amor, sin que se base en el dolor de la pérdida o en el miedo de la vergüenza.

La películe rompe el tabú de relatar una relación gay desde la amabilidad

Pero el film es una idea más sutil y compleja que una historia de amor. Más allá de la fórmula de “chico conoce a chico”, la película de Stoller es la primera que rompe el tabú de relatar una relación gay desde la amabilidad. Hacerlo, además, desde el patrón de las grandes películas en la que el romance es el tronco fundamental de la historia.

El amor y el romance están envueltos en la mirada de la cultura gay estadounidense. También, sus pautas y matices. No obstante, sigue siendo una historia universal, amable, sensible y construida para vincular con un público mayor que el natural. Con un presupuesto considerable y dentro del calendario de distribución de un estudio importante, «Bros: más que amigos» es una rareza. Un paso trascendente dentro de la temática Queer en el mundo de Hollywood, pero en específico, de la forma en que la cultura pop entiendo a la sexodiversidad.

Amor es amor y también lo es, en la pantallagrande

Pero además, «Bros: más que amigos» es una evolución del cine con respecto a su manera de profundizar en la vida emocional Queer. El film muestra el contexto de un hombre de mediana edad que, luego de un largo trayecto, logra encontrar el amor. Puede parecer una fórmula sencilla, hasta que se recuerda que hace menos de quince años, la comunidad LGBi+ era una parte marginal del cine. Una, utilizada en el mejor de los casos como alivio cómico o como centro de dramas y dolor.

No obstante, la evolución ha sido clara. No solamente en grandes argumentos elegantes como «El Poder del Perro» de Jane Campion o «Retrato de una mujer en llamas» de Céline Sciamma. En el 2020, el film «Feliz Novedad» de Clea DuVall, mostró a una pareja de lesbianas como foco de un romance accidentado. Con los mismos códigos de la comedia romántica, Aby (Kirsten Stewart) y Harper (Mackenzie Davis) atravesaron todas las desventuras de una pareja bajo la presión familiar. Una situación a la que había que añadir el necesario debate de la orientación sexual de sus protagonistas. No obstante, la película se atrevió a profundizar en temas como la auto aceptación, la identidad y al final, el amor como lenguaje universal.

En el 2017, «Llámame por tu nombre» de Luca Guadagnino, analizó el primer amor, la necesidad y la búsqueda de la individualidad. Todo, bajo el cristal del primer amor de un adolescente y su travesía en busca de comprender su propia sexualidad. La película, basada en el libro del mismo nombre de André Aciman, sorprendió y conmovió a la crítica.

En «Llámame por tu nombre», Gaudagnino profundizó en la sexualidad como un tipo de libertad

En especial, por dotar al arduo recorrido de Elio (Timothée Chalamet) de un profundo significado cultural. No solamente fue el encuentro con el amor primaveral de la primera adolescencia. Gaudagnino también profundizó en la sexualidad como un tipo de libertad intelectual y moral. El film atravesó la censura, la incomodidad de algunos sectores de la industria y se convirtió en un éxito comercial. Incluso, mereció una nominación al Oscar a la mejor película.

En la búsqueda del amor y otros misterios

En la misma línea que «Bros: más que amigos», está el sorpresivo éxito de Netflix, «Heartstopper». La serie de ocho capítulos de Euros Lyn, basada en la novela gráfica de Alice Oseman, cuenta una historia de amor adolescente queer. Pero no lo hace desde la tortura de la culpa, la confusión o la presión social. En realidad, uno de los puntos más altos y elegantes de la serie, es su capacidad para narrar la aventura del primer amor desde los códigos de la generación Z.

Charlie (Joe Locke), un alumno gay, se enamora profundamente de su compañero, Nick (Kit Connor). Este último, todavía se hace preguntas sobre su orientación sexual. El argumento entonces analiza, en una entrañable y sensible visión sobre la esperanza, el amor y la intimidad, la forma como ambos comprenden sus emociones. A la vez, la posibilidad de entender el tránsito entre la niñez a los primeros años de la juventud. Todo, en medio de una mirada casi inocente a la capacidad de amar y a la sexualidad como una forma de expresión del individuo.

En una tónica más adulta y oscura, pero también, con una indudable profundidad, se encuentra el reciente éxito de AMC+, «Entrevista con el Vampiro». La nueva adaptación de la novela de Anne Rice del mismo nombre, desecha la tensión erótica del libro y la versión cinematográfica de Neil Jordan. En su lugar, el argumento muestra a Lestat (Sam Reid) y Louis (Jacob Anderson) como una pareja Queer en el mundo sobrenatural.

En la nueva serie, «Entrevista con el Vampiro», se desecha la tensión erótica

El show, aclamado por su exploración de lo erótico y la percepción étnica (Louis está encarnado por un actor negro) es una sorpresa. En especial, porque la forma en que el equipo de guionistas decidió mostrar la sexualidad de ambos, es libre, desprejuiciada y frontal. Desde gestos amorosos hasta los rigores de una relación destinada al desastre. Los monstruos de Rice se han convertido en una mirada precisa a un nuevo tipo de sensibilidad sobre el tema.

En busca del amor, como la gran cuestión que enlaza todas lascosas

En «Bros: amigos para siempre», el amor está en todas partes. También, el hecho que la necesidad de comprender la propia identidad atraviesa el sexo. Pero entre ambas cosas, el guion es un prodigio de decisiones inteligentes y bien construidas sobre el deseo, la autovalidación y la felicidad.

Al final, el film es la demostración que el cine sigue siendo una caja de resonancia de la cultura pop. Una travesía de enorme interés y consciente solidez que, sin duda, conlleva una profunda carga emocional. También, el momento ideal, grandes historias que, hasta ahora, habían sido marginadas o minizadas en la gran pantalla. Tal vez, el mayor logro de Bros: más que amigos, como producción.

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