Cine y TV

"Run Rabbit Run": final explicado de la controversial película de Netflix

La película le exige mucho al espectador, que en determinado momento no sabe cuánto sucede en la imaginación de Sarah (Sarah Snook) o en la realidad. Aquí lo explicamos y repasamos todas las teorías sobre su enigmático final

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Aunque no ha llegado a todos los mercados, «Run Rabbit Run» («Huye, conejo, huye»), es un thriller sicológico con tintes de terror que permanece entre lo más visto de Netflix en Estados Unidos y otros países. La película desata pasiones. No hay grises, la odias o la amas. Y la crítica especializada, en general, la ha tratado como una copia de «Babadook» (2014, Jennifer Kent).

«Run Rabbit Run» está dirigida por Daina Reid, quien solo ha trabajado en algunos capítulos de series como «Shining Girls» y «The Handmaid’s Tale», mientras que el guion es de Hannah Kent, quien apenas empieza a dar sus primeros pasos en el negocio de las películas. Es probable que la inexperiencia de ambas haya pesado para que el segundo y tercer acto del largometraje no estén a la altura de su buen inicio.

Quien impide que esta producción decaiga o al menos mantenga cierto interés para conocer el desenlace es su protagonista, Sarah Snook (sí, la misma Shiv Roy de «Succession»). Arma una buena combinación con la pequeña Lila LaTorre, en una relación madre-hija que en efecto recuerda, y mucho a «Babadook», pero también a muchas otras películas en las que las progenitoras sufren enfermedades mentales.

Ahora bien, «Run Rabbit Run» juega con lo psicológico y sobrenatural casi al mismo tiempo. Esto, en un principio, parece atractivo, pero transcurrido un buen tiempo del metraje, el espectador puede preguntarse qué es verdad y qué no. Peor es el final, muy abierto. Vamos a aclarar esas interrogantes en las siguientes líneas, no sin ates advertir que vienen spoilers.

¿De qué va «Run Rabbit Run»?

Snook es Sarah, una doctora de una clínica de fertilidad, con un pasado traumático. Una vez que su padre muere, su mundo empieza a colapsar y la relación con su hija se resquebraja. La película entonces plantea su asunto principal: ¿este colapso sucede solo en la mente de Sarah o en efecto los fantasmas del pasado están cobrando venganza?

Los hechos objetivos son los siguientes: desde su inicio, con la celebración del cumpleaños de Mía, se revela que Sarah no ha sido capaz de deshacerse de las cosas de su padre, lo que indica que lo extraña mucho y que el fallecimiento es reciente debido a que Mía asegura que lamentará no acompañarla para soplar las velas. También, la protagonista tiene problemas para concentrarse en tareas sencillas, como vigilar que el desayuno no se queme e incluso reacciona con violencia, como se observa durante la pelea entre Mía y su pequeño hermanastro.

Además, Sarah evidencia malestar cuando su exesposo, Pete (Damon Herriman), le informa que ha decidido tener un nuevo bebé. ¿Por qué ella no quiere que Mía tenga otro hermanastro? Esto está conectado con el pasado de la protagonista.

El pasado de Sarah y la conexión con Mía

Si llegaste al final de la película, comprendiste que Sarah mató a su hermana, Alice (Sunny Whelan). Lo hizo después de una discusión. La protagonista había encerrado por un largo tiempo a su allegada, pues solían jugar a las escondidas, y cuando esta escapó, respondió intentando ahorcar a su «carcelera». Sarah respondió golpeándola en la cabeza.

Si revisamos cómo se muestran las heridas de Alice, en los flasbacks, podemos darnos cuenta de que son similares a las que Mía presenta durante la cinta. Esto ya nos da una idea de lo que está sucediendo. Hay un patrón. Al parecer, la dinámica de violencia era regular, hasta que Sarah empujó a Alice por un barranco y le hizo creer a sus padres que su hermana simplemente había desaparecido.

Se intuye entonces que el padre de Sarah fue un apoyo desde la tragedia, sin embargo, la madre, Joan (Greta Scacchi) hizo todo lo contrario, de allí que la relación entre ambas esté rota. Es probable que, como sucede en el asilo, la madre culpara a la sobreviviente de lo sucedido.

Para comprender mejor lo que pasa en «Run Rabbit Run» hay que tomar toda la información previa o antes del mayor colapso de Sarah, que se presenta en el tercer acto, cuando deciden ir a la casa de la infancia, por recomendación de Pete. Es un hecho que la protagonista no quiere que su hija tenga algún contacto con Joan, por eso quema la tarjeta de feliz cumpleaños enviada desde el asilo.

Sin embargo, una vez que llegan a la casa donde todo sucedió, Sarah, por el sentimiento de culpa, cae en un pozo de confusión y lo proyecta sobre su hija. Debido a que rehúsa recibir ayuda sicológica, su salud se deteriora y pone en riesgo a Mía. En las escenas finales se descubre que era Sarah quien hacía los dibujos aterradores y no Mía, proyectando la oscuridad que escondía.

¿Muere Mía?

Esta es la pregunta más difícil de responder de la película, pues directora y guionista dejan esta conclusión al espectador. No obstante, vamos a detallar todos los escenarios.

  • Muere mía: En este escenario, la escena en la que vimos a Mía escondida en los arbustos fue imaginación de Sarah. Realmente ha sucedido lo peor: la niña fue empujada por el mismo barranco en el que murió Alice. Pero la protagonista no se lo confiesa a su exmarido, Pete. De hecho cuando Sarah se levanta antes de la última escena, vemos un cuerpo en la otra cama con una almohada en la cabeza. Parece ser el de Pete, al que Sarah también habría asesinado.
  • Alice asesina o se lleva a Mía: Esta sería la explicación sobrenatural. Recordemos que Alice amaba los animales y desde que llegó el conejo a casa de Sarah, empezaron los problemas. Esta vía tendría sentido porque en el fashback, durante la pelea, se muestra que golpeó a su hermana con una trampa de conejo. La presencia pues de la liebre es un disparador. Al mismo tiempo, si decides creer en lo sobrenatural, puedes concluir que Alice y Mía se conectan por medio de este animal. No es casualidad que el mamífero llegue a la familia en el cumpleaños número 7 de la pequeña, la misma edad que tenía Alice cuando fue asesinada. Y eso explicaría las respuestas enigmáticas o comportamiento de Mía, quien se ve como la reencarnación de Alice. Aquí, por cierto, es obvia la referencia al conejo y la Alicia de la novela de Lewis Carroll.
  • Todo está en la mente de Sarah: Esta es la respuesta científica y tendría sentido si la película terminara una vez que Sarah le confiesa a su madre que Alice nunca volverá y al mismo tiempo, en la noche acepta, al abrazar a su hija, que es un «monstruo», como dice la pequeña. La confesión suele ser una manera de expiar culpas y comenzar un cambio en nuestras vidas. Si este fuera el caso, todo lo que vemos después es simplemente una de las tantas pesadillas que le vimos tener a Sarah o una jugarreta de su estropeada mente. Solo sueña con lo peor: que Alice lleva a su hija hacia el lugar en el que comenzó toda su desgracia,

Cualquier final que escojas es válido. Allí está la virtud y talón de Aquiles de la película. Puede resultar muy ambigua o interesante según el punto de vista del espectador, aunque también es cierto que parece una salida tramposa de los realizadores para no aclarar nada.

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