Cine y TV

Woody Allen, una exitosa carrera empañada por acusaciones de abuso sexual

En 1992, su entonces pareja Mia Farrow, protagonista de 13 de sus grandes películas, como "Hannah y sus hermanas" -uno de los mayores éxitos comerciales del cineasta- lo denunció

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La prolífica y exitosa carrera de Woody Allen, ganador de cuatro Óscar, que presenta en la Mostra de Venecia su película número 50, «Golpe de suerte», se ha visto empañada por la denuncia de abuso sexual de su hija adoptiva.

El director y guionista de 87 años está considerado como el renovador de la comedia moderna y maestro en diseccionar las fobias y angustias del intelectual urbanita.

Pero en las últimas tres décadas, la vida privada del más europeo de los cineastas estadounidenses ha protagonizado tantos titulares como sus películas.

Las acusaciones nunca probadas de manoseo sexual a su hija adoptiva Dylan Farrow cuando ésta tenía siete años empañaron su carrera y obligaron al cineasta, que siempre ha negado los supuestos abusos, a estar a la defensiva mientras veía cómo se le cerraban puertas, sobre todo, a raíz del movimiento #MeToo.

Nacido en el Bronx el 1 de diciembre de 1935 y criado en Brooklyn, Allen Stewart Konigsberg empezó su carrera en el mundo de la magia y los monólogos antes de dar el salto a la gran pantalla, donde sus excentricidades y su humor cautivaron a un ejército de fieles.

«Cuando empecé, soñaba con ser Godard, Fellini, Truffaut o Resnais. Junto con Bergman y Antonioni, son los directores que me insuflaron las ganas de hacer este oficio», declaró en 2014 a la revista francesa Le Nouvel Observateur, Woody Allen, cuya frágil silueta, su sombrero y sus gafas de montura oscura le hacen reconocible a mil leguas de distancia.

Con tres Óscar como guionista y uno como director y 24 nominaciones, también como actor, en la dilatada carrera de este cineasta que ha sacado prácticamente una película por año, figuran títulos inolvidables como «Annie Hall», «Manhattan», «Hannah y sus hermanas», «Match Point», «Blue Jasmin», «Medianoche en París» o «Un día lluvioso en Nueva York».

Escándalo

En 1992, su entonces pareja Mia Farrow, protagonista de 13 de sus grandes películas, como «Hannah y sus hermanas» –uno de los mayores éxitos comerciales del cineasta– lo denunció después de encontrar en el apartamento del cineasta unas fotos en las que aparecía desnuda la hija adoptiva de la actriz y de su entonces marido André Previn, Soon-Yi.

La joven, de origen coreano, tenía 21 años y el cineasta 56. La pareja se casó en 1997 y hasta hoy siguen juntos.

En medio de la tormentosa separación, Mia Farrow le acusó de haber manoseado sexualmente a la hija adoptiva de ambos, Dylan, cuando tenía 7 años.

Las investigaciones de dos agencias de protección de menores nunca pudieron probar las denuncias contra Allen y aunque un juez neoyorquino dictaminó que las acusaciones no eran concluyentes, en junio de 1993 concedió la custodia de Dylan a la madre y restringió los derechos de visita al padre, al que tildó de «egocéntrico, indigno de confianza e insensible».

En sus memorias, «A propósito de nada», en las que se extiende sobre este hecho, el cineasta asegura que si fueran verdad dichas acusaciones, nunca las autoridades le habrían permitido adoptar a sus dos hijas con su actual esposa.

Desde entonces, el premio príncipe de Asturias de las Artes 2002, que le abrió el camino a una estrecha relación con España y con Javier Bardem y Penélope Cruz, protagonistas con Scarlett Johansson, de «Vicky Cristina Barcelona», ha vivido a la defensiva pese a que en su autobiografía dice que «al no creer en el más allá, le es indiferente que la gente me recuerde como cineasta o como pederasta».

«Caza de brujas»

En plena campaña #MeToo contra el acoso sexual, alimentada por las revelaciones de su único hijo biológico, el periodista Ronan Farrow sobre el poderoso productor cinematográfico de Hollywood Harvey Weinstein, que purga una condena en la cárcel, hizo que varios actores renegaran del cineasta.

En enero de 2018, Dylan Farrow concedió su primera entrevista en televisión, en la que describió entre lágrimas a su padre como un mentiroso.

Allen contraatacó y acusó a la familia de su expareja de «aprovechar cínicamente la oportunidad que brinda el movimiento Time’s Up para repetir esta acusación sin fundamento».

Pero fue criticado por decir que se sentía «triste» por Weinstein y hablar de una «atmósfera de caza de brujas» en la que «cada tipo en una oficina que guiña un ojo a una mujer de repente tiene que llamar a un abogado para defenderse».

En 2018, Amazon, que produjo algunas de sus películas, rompió un contrato que había firmado con el cineasta para hacer una serie. Tras un acuerdo amistoso, el gigante estadounidense incluyó el título en su plataforma Amazon Prime en 2021.

Incapaz de encontrar en Estados Unidos financiación, Allen ha seguido haciendo cine en Europa.

«Golpe de suerte» –una oscura historia de amor en París– la primera película de Allen rodada en francés, podría ser también la última.

«Mi idea, en principio, es no hacer más películas y centrarme en la escritura», declaró el cineasta en una entrevista al diario español La Vanguardia el año pasado.

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