Cine y TV

"Kevin Spacey al descubierto": ¿vale la pena ver el nuevo documental de Max?

El documental sobre los presuntos abusos y acosos de Kevin Spacey adolece de un equilibrio que permita conocer más sobre las razones del comportamiento del actor, El tema de fondo no es su culpabilidad sino la laxitud de su entorno para llegar a las víctimas

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Spacey-Max

Dirigido porKira Phillips, «Kevin Spacey al descubierto» (Spacey Unmasked) es un nuevo documental disponible en el servicio de streaming Max, que pretende dar luces sobre los comportamientos abusivos del laureado actor Kevin Spacey, ganador dos veces del premio Oscar.

Y decimos «pretende», porque básicamente se trata de un programa, emitido primero en la cadena británica Channel 4, en el que diez hombres dan testimonio de diferentes actos inapropiados del actor. La investigación, lamentablemente, es bastante pobre. Tal vez lo más novedoso es lo que cuenta un hermano del actor, que habla de un padre estricto, seguidor del nazismo, que llegó a abusar de él sexualmente, pero no se aclara si también lo hizo con Spacey.

Como es de conocimiento universal, el exprotagonista de «House of Cards», que ya había sido exonerado de cualquier cargo de abuso sexual en Estados Unidos y Reino Unido, respondió a las nuevas acusaciones que aparecen en este trabajo. «Asumo toda la responsabilidad de mi comportamiento pasado y mis acciones, pero no puedo y no quiero asumir la responsabilidad ni disculparme con nadie que haya inventado cosas sobre mí o exagerado historias sobre mí», dijo Spacey al periodista británico Dan Wootton.

Spacey reconoce, sin embargo, haber tenido relaciones sexuales con hombres «que pensaban avanzar en su carrera teniendo una relación conmigo». Pero advierte: «Nunca le dije a nadie que le ayudaría en su carrera a cambio de favores sexuales«. Es importante aclarar: los testimonios que se ven en el documental no son los de los casos tratados en juicio. Y algunos se remontan a casi 50 años.

Entonces, ¿cuál es el valor de este documental? ¿Realmente funciona para comprender cómo una estrella, que dominó la industria, pudo actuar con tal impunidad? Más aún: ¿Kira Phillips consigue explicar las razones del comportamiento del actor? Las respuestas a estas interrogantes tienen muchos grises.

Un trabajo sin contrastes

Escuchar a las víctimas es clave. Los hombres que dan sus testimonios dejan en evidencia la estrategia de Spacey para conseguir un encuentro íntimo. Es obvio que el actor sabía la influencia que podía tener sobre los jóvenes y usaba ese poder para conseguir una interacción en la que se generaba una relación de desventaja. Luego -ante la impunidad- los avances y abusos fueron avanzando, según el documental.

Spacey dijo que no respondió al documental porque le dieron sólo siete días para conocer las acusaciones y dar su versión de los hechos. De nuevo, hay que recordar que en 2023 una corte en Londres absolvió al actor tras las acusaciones de agresión sexual de cuatro hombres que lo denunciaron. Lo mismo sucedió en 2022, en un tribunal civil de Nueva York. En 2019, los cargos fueron retirados en otro caso.

Ante la ausencia del acusado en el metraje, Kira Phillips no se preocupa por conseguir un equilibrio en su narración. Sigue otros ejemplos, como el del caso de Woody Allen («Allen contra Farrow»), en el que se ha tomado un bando desde un principio. Y esto no es negativo per se, pero cuando se le quiere dar un tinte investigativo o periodístico, la cosa chirrea un poco. Incluso, en determinado momento, pareciera que se trata de un documental de hombres heterosexuales aterrorizados porque una persona homosexual se les insinúa.

El problema es que técnicamente el documental se convierte en un desfile de testimonios que se vuelven reiterativos y por la manera en que están administrados no se distingue la insinuación del acoso y el abuso. Hay exposiciones de víctimas que aceptan que estaban dispuesta a pasar por esa «alcabala», si eso significaba llegar lejos en la industria del cine, mientras que otros sí apuntan a violencia física. La incapacidad de separar el polvo de la paja para abarcar la mayor cantidad de voces le juega en contra al evidente propósito del trabajo audiovisual: demostrar lo que la ley no pudo, el supuesto uso de un sistema pensado y estudiado para intimidar a las víctimas.

El deseo de ser una estrella y la industria

«Kevin Spacey al descubierto» consigue, casi de manera accidental, exponer un punto, aunque sin profundidad, muy necesario para ser discutido: ¿qué estás dispuesto permitir para conseguir la fama? Los Reality Shows han demostrado que muy lejos. En tiempos de redes sociales, streamers, youtubers, tiktokers, instagramers… el deseo de de ser conocido supera cualquier frontera. Sin embargo, esto, unido a un sistema incapaz de regularse, genera el caldo de cultivo para que los abusos sexuales y acosos se multipliquen.

Es obvio que triunfar en Hollywood no es sencillo. ¿Qué está haciendo la industria para que los jóvenes inexpertos no sean carne de cañón? El ascenso de Spacey y, por lo tanto, de su poder solo fue posible gracias al silencio en los estudios de grabación. ¿Cuántos sabían de los comportamientos errados del actor y le dejaron ser? ¿Dónde están las declaraciones de otros actores y directores que trabajaron con Spacey? ¿Qué se está haciendo hoy en día para que historias como estas no se repitan?

Porque, una vez más, el tema de fondo no es si Spacey es culpable o no. La justicia dice que no. El entorno y la sociedad dieron otro veredicto y por eso en pleno #MeToo, el protagonista de «House of Cards» se quedó sin trabajo. Hay una condena social que está pagando, alejado de los grandes estudios. Ahora bien, «Spacey Unmasked», como reza el título en inglés, ¿realmente desenmascara al actor? La respuesta es clara: no.

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