Deportes

El Panda muere por la boca

Está a pocos días de comenzar la primera de las cinco temporadas que le aseguró su nuevo contrato con los Medias Rojas, a cambio de casi 100 millones de dólares. En Boston ha acaparado la atención de la prensa y fanáticos, que ya lo imaginan dando batazos a diestra y siniestra contra el “Monstruo Verde” del jardín izquierdo en Fenway Park. Sus nuevos compañeros lo han recibido con los brazos abiertos, brindándole apoyo cuando recibe críticas por su peso corporal. Y el último gran recuerdo de todo fanático del beisbol lo coloca como protagonista, al realizar el último out de la pasada Serie Mundial; escribiendo un final de película a su historia con los Gigantes de San Francisco…

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El venezolano Pablo Sandoval vive días de ensueño, con todos los ingredientes para mantenerse en la cúspide del deporte global. Basta con imaginarle ser el muchacho de la película en alguno de los juegos contra los Yanquis de Nueva York, archirivales de los patirojos, para entender que ahora tiene la oportunidad de robarse el show y poner su apellido en lugares inimaginables. Que lástima que en medio de su luna de miel arremetió en contra de su exequipo, emitiendo declaraciones innecesarias que han generado el repudio de la ciudad que lo vio y ayudó a convertirse en ídolo de las Grandes Ligas, apoyándolo y eligiéndolo incluso a Juegos de Estrellas cuando habían otros peloteros que reunían mayores méritos que él.

El “Kung Fu Panda”, sobrenombre que le puso su colega Barry Zito en San Francisco, abrió las puertas a una guerra de comentarios en la prensa desde que confesara la semana pasada que no le dolió ni le fue difícil abandonar a los Gigantes. “Me hicieron una buena oferta, pero yo no quería tomarla”, le dijo el criollo al Bleacher Report.

Interrogado sobre los amigos a quienes extrañará al dejar a la organización en la que estuvo toda su vida y con la que conquistó tres Series Mundiales, el ambidextró disparó que “solo echará de menos al manager Bruce Bochy y a Hunter Pence, “solo a ellos dos”, sentenció.

El mundo de la pelota quedó boquiabierto con estos comentarios, pues Sandoval disparó dardos con veneno no solo a la gerencia de la bahía, lo cual es normal dadas las circunstancias, sino que también dejó mal a todo un grupo de peloteros, que de acuerdo a lo que veíamos por televisión, escuchábamos en las entrevistas y leíamos en los análisis de la prensa deportiva de California, lo tenían como un ídolo y amigo en el clubhouse.

Si bien el criollo tiene argumentos para sentirse irrespetado por los dueños de los Gigantes, por no haber renegociado el contrato antes de la temporada pasada, lo primero que pensamos al leer sus comentarios fue ¿Qué opinarán sus antiguos compañeros, los fanáticos de San Francisco y los reporteros que tanto alabaron su actitud en los últimos años? No hubo que esperar mucho tiempo para recibir algunas respuestas:

Brandon Crawford al San Francisco Chronicle: «Si fuera yo, y estuviera dejando una organización en la que gané tres Series Mundiales, probablemente no estaría diciendo cosas como esas».

Aubrey Huff en las redes sociales: “Estoy seguro de que ningún jugador o técnico derramó una lágrima cuando firmó con Boston. Él siempre ha querido ser el centro de atención. Tenía engañados a los aficionados, pero no a los jugadores. Una de las razones principales por las que no quería volver (a San Francisco) es porque los Gigantes lo hacían correr en la caminadora todos los días. Seguro que eso fue un asunto decisivo para él. Ha podido convertirse en una leyenda en San Francisco, pero el ego siempre entra en juego cuando se trata de Pablo. Si él no puede llevarse bien con tipos como (Buster) Posey, (Madison) Bumgarner, (Matt) Cain, (Jeremy ) Affeldt, por nombrar unos pocos, entonces tal vez es hora de mirarse en el espejo”.

Gregor Blanco al San Francisco Chronicle: “Pablo dijo cosas que podría lamentar más tarde. Ese fue su comentario y no hay nada que puedas hacer al respecto, todo lo que yo puedo agregar es que le deseo lo mejor. Ahí es cuando te das cuenta de quiénes son tus verdaderos amigos. Cuando usted tiene momentos duros y siente que está enojado o algo, ahí es cuando se da cuenta de la persona real que es. Estas cosas te hacen más consciente de quién es quién. Dentro de algunos años se va a encontrar con las palabras que estaba diciendo. Espero que se arrepienta y pida perdón, especialmente a los aficionados. Tuvo una gran carrera aquí, con tres campeonatos mundiales. Yo lo agradecería muchísimo. Los Gigantes me dieron la oportunidad de ser quien soy. Espero jugar toda mi carrera aquí, pero si no lo hago, siempre voy a ser un gigante, seguro que sí”.

Lowell Cohn, columnista del Press Democrat: “Lo que dijo de los Gigantes como organización es normal, pero ¿Por qué dice eso de los peloteros? ¿Qué puede pensar Brandon Crawford, que estuvo a su lado tantos años en el clubhouse? ¿Qué pueden decir (Ángel) Pagán o (Gregor) Blanco? Él no necesitaba decir eso”.

Marcus Thompson, del Bay Area News Group: “Es duro leer esos comentarios de alguien tan querido en la ciudad. Si tenías algún inconveniente, has debido decirlo mientras estabas aquí, no al marcharte. Creo que eso hubiera demostrado clase”.

¿La respuesta del Panda tras todas estas críticas? “Dije lo que tenía que decir y no voy a retractarme”, exclamó a ESPN. “Lo mantengo. Ya sabes lo que dicen: la verdad duele. Que hablen y digan lo que quieran. No soy egoísta. Siempre he trabajado muy duro para mi equipo. Se lo he demostrado a mis compañeros, especialmente por la forma como trabajo con los jugadores más jóvenes”.

Es cierto, los divorcios deportivos pocas veces son en buenos términos, aunque por lo general los peloteros y gerentes se limitan a decir que “los cambios son cosas del beisbol, porque el beisbol es un negocio”. Basta con recordar las palabras dichas por Manny Ramírez al salir de Boston, o la polémica protagonizada por Magglio Ordóñez y Ozzie Guillén a mediados de la década pasada en los Medias Blancas. También pudiéramos hablar de casos como el del argentino Ángel Di María con el Real Madrid, o del propio Freddy García al dejar a los Bravos de Atlanta.

Sandoval, quien fue el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 2012, bateó para .279 con 16 jonrones y 73 empujadas en 157 juegos de la temporada regular el año pasado y luego deslumbró en la postemporada al ligar para .366 con siete dobles y cinco carreras impulsadas, cuatro de ellas en el Clásico de Otoño contra los Reales de Kansas City. Ahora, algunos fanáticos de San Francisco solo lo recordarán por estos desatinados comentarios emitidos en los últimos días. ¿Había necesidad de desatar con tan poca elegancia toda esta controversia en estos momentos? ¿Alguien se beneficia con esta situación?

Solo Sandoval tiene la respuesta…

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