La frase reza así: lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Esto lo he escuchado no menos de 296 veces en mi vida cuando doy atención a los deportistas. Pero aunque nos parezca una frase hecha, es mejor creerles. Mantenerse en lo más alto de determinada disciplina es la proeza más grande para cualquier atleta y caer es a veces el golpe de gracia para jamás volver al Olimpo.
A continuación, una lista de jugadores y equipos que se perdieron en el camino del éxito.
-La promesa fugaz-
No se preocupe si el nombre Gerardo Ávila no se le hace familiar. De hecho, está bien si no es así. En la temporada 2007-2008 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, Águilas del Zulia tuvo en una de sus jóvenes piezas al Novato del Año.
El inicialista, en aquella zafra con apenas 21 años de edad, sumó papeletas a su favor gracias a los .292 puntos de average y sus 15 remolcadas.
Además, su valor con el guante eran noticias positivas para el cuadro rapaz de cara a futuro. Lo que vino después es un misterio enorme: una lesión lo sacó del terreno de juego y regresó a la LVBP dos temporadas después, donde un tal Ernesto Mejía se adueñó del primer cojín en el Luis Aparicio de Maracaibo para abrir la puerta de salida del otro súper prospecto.
Pasó a los Tiburones de La Guaira y luego a Caribes de Anzoátegui. El año pasado se presentó en los entrenamientos de los alados, pero no formó parte del roster. Habiendo entendido que desapareció del mapa, puede que Gerardo Ávila sea ese Gerardo Ávila que formatea las computadoras en su lugar de trabajo. O no.
-El divorcio más caro de la historia-
Tal vez el major de la historia, o al menos el que puso nuevamente al golf en la palestra. Tiger Woods pasó de lo más alto a caer sin paracaídas. El norteamericano se convirtió en una referencia que iba más allá de su disciplina, pero un error acabó con todo.
En la recta final de 2009, el nacido en California fue objeto de un escándalo de infidelidad que dio punto final a su matrimonio con la modelo sueca Elin Nordegren.
El suceso desencadenó una serie de oportunidades para recordar que en su historial habría hasta 100 amantes.
Si dejar de botar la basura es suficiente para que una mujer haga dormir a su esposo en el sofá, a Tiger este juego de más de 18 hoyos (disculpen el chiste fácil) le costó 750 millones de dólares, el divorcio más caro de la historia.
La última vez que el norteamericano ganó un torneo fue en agosto de 2013. Lesiones y un eventual retiro por la delicada situación mermaron la condición del golfista.
-Sensaciones perdidas-
No hay recetas para el éxito. Algunos nacen con una capacidad asombrosa para alcanzar sus metas e ir creciendo conforme transiten. Rafael Nadal es uno de esos.
El tenista español es uno de los mejores de la historia, eso no se discute, pero cuando vamos a hacer referencia al deporte blanco y su temporada sobre polvo de ladrillo, pues no hay discusión.
El ex número uno del mundo suma 67 títulos en su carrera y 47 de esos los logró en arcilla. Piense en alguien dominante sobre determinada superficie y multiplíquelo por mil, el resultado es la cuarta parte de lo fuerte que ha sido el de Palma de Mallorca en tierra batida.
Habitante común de los tres primeros puestos de la clasificación masculina, el ibérico apagó sus luces este año al caer en cuartos de final del Abierto de Australia en sets corridos frente al checo Tomas Berdych y aún no se ha recuperado, alcanzando tres títulos en el calendario, dos de categoría 250 y uno 500. Poco o nada para una raqueta de su talla.
El tenis es un deporte de sensaciones y Nadal perdió las suyas. Impacta a destiempo, devuelve corta la pelota y su servicio no se asemeja al de antes. Todo se mezcla e influye, ahora Nadal tiene menos confianza y es otro humano más, uno que lo tuvo todo y ahora lucha por no salir del top 10.
Cuando de cambios se trata, el manacorí es cerrado. Mucho se discute sobre la continuidad de su tío Tony como entrenador. Ante el auge y éxito de ver a ex jugadores como coach, Rafa hace caso omiso y mantiene su confianza en su grupo. De todos los nombres que ha visto y verá en esta nota, este es el único al que le pongo la ficha para volver a lo más alto.
-El pastor en terreno de otros-
Florentino Pérez es un hombre de palabra. En junio de 2009, el presidente del Real Madrid hizo realidad el sueño de muchos fanáticos del club blanco: contrató al volante brasileño Kaká por 92 millones de dólares, una temporada donde también se sumaba el portugués Cristiano Ronaldo.
El amazónico era el elegido. La nueva generación de galácticos pisaba el césped del Santiago Bernabéu y todo parecía simple. ¿Quién tenía las herramientas para acercarse siquiera al cuadro merengue?
Subcampeones en España en la 2009-2010, despedida en octavos de final de la Liga de Campeones y salida en ronda de 32 en Copa del Rey ante el Alcorcón, probablemente la peor sorpresa de su historia.
Si colectivamente no hubo éxito, individualmente tampoco, pues el brasileño no tuvo el mismo peso de campañas pasadas cuando vestía la camiseta del AC Milan, equipo donde anotó 31 tantos entre 2007 y 2009, méritos, entre otros, que lo llevaron a ganar el Balón de Oro en 2007.
En España agregó lesiones a su historial y ni siquiera fue titular en 30 choques por año en liga.
Kaká terminó entregándose a la iglesia. Mentira, regresó a Milan, después a Brasil y ahora juega en Estados Unidos.
-El dinero de California-
Mención aparte. La Costa Oeste susurra verdades incómodas: Los Ángeles te convierte en estrella o te aleja de Hollywood en tiempo récord. Los Lakers se encargaron de agrupar a cuatro de los mejores jugadores de la NBA para la campaña 2012-2013, cuando a Kobe Bryant y Pau Gasol se sumaron Dwight Howard y Steve Nash.
¿Qué podía salir mal si contratabas al líder en rebotes y asistencias? ¡Todo!
Nash apenas vio acción en 65 duelos en par de años con los laguneros a causa de múltiples lesiones que le obligaron a dar un paso al costado en 2014.
Su promedio más bajo en habilitaciones en diez años (6.4) los tuvo vistiendo este uniforme, además del más bajo en puntos (11.4). Por su parte,Howard solo duró un año en California. Se llevó mal con Bryant, y jamás se adaptó al vestuario angelino. “No aprecié a Shaq (O’Neal) hasta que jugué con Dwight Howard”, señaló Black Mamba este año. El centro presentó la peor carta ofensiva en su carrera (17.1), y la segunda más baja en rebotes (12.4).
Bryant, mientras tanto, mantuvo el nivel se súper estrella que tanto lo caracterizó. Los californianos avanzaron al playoff aquella campaña para ser derrotados con un contundente 4-0 a manos de los Spurs de San Antonio. Ah, y un tipo llamado Metta World Peace jugó ahí. Eso explica todo.
–Angelinos de otro cielo-
En 2011 vimos uno de los acuerdos más grandes en la historia del deporte: Los Angelinos de Los Ángeles de Anaheim recibieron poco más de 3 billones de dólares por parte de la cadena Fox Sports para transmitir sus juegos por los próximos 20 años.
Jerry Dipoto, recientemente nombrado Gerente General del equipo, se frotaba las manos, pues contaba con el presupuesto necesario para sumar a los mejores agentes libres del mercado, y así los hizo. La temporada 2012 de Grandes Ligas tenía en la figura de los Angelinos a los nuevos millonarios del vecindario, un cuadro que había conseguido hacerse con los servicios del lanzador CJ Wilson y el inicialista Albert Pujols.
Un año después lograron quedarse con Josh Hamilton, jardinero.
Wilson venía de una campaña soñada: marca de 16-7 con los Rangers de Texas y efectividad de 2.94. Esos números los tuvieron como fuerte competidor del Cy Young en el joven circuito, tema que alentaba a unos Angelinos donde ya se vislumbraba el dominio de su rotación al concretar su firma.
El zurdo alcanzó los 17 triunfos en 2013 (tope personal), pero de poco ha servido.
Mientras, lo de Pujols se puede resumir de la siguiente forma: pagaron más de 200 millones de dólares por un tipo que tenía 32 años. El toletero por excelencia de su generación pasó de promediar para .328 con el uniforme de los Cardenales de San Luis a batear para .264 en California.
El dominicano jamás dejará de ser un bateador peligroso, pero no se acerca a la versión que alguna vez desfiló por la Liga Nacional.
¿Hamilton? No bateó, no fildeó, no corrió y retomó la bebida. Regresó a Texas este año y pasó por el quirófano. Adiós 2015.
Estos Angelinos ganaron su división en 2014 y fueron barridos por los Reales de Kansas City.
El dinero marcó la diferencia e hizo diferente a sus equipos. Para mal.
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