De Interés

Comiendo basura y pollos podridos

La imagen desconsoladora que tantas veces vi de Bangladesh, Eritrea, Haití y otros países paupérrimos, se hacía realidad en MI país. En mi país petrolero. En mi país que recibió los ingresos más altos per cápita del mundo entre 1999 y 2014.

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Foto: Andrea Hernández

Eran las once y media de la mañana. Yo acababa de salir de una reunión en el centro de Caracas y tomé la parte inferior de la Avenida Libertador en sentido este. De pronto, el carro que venía delante de mí pegó un frenazo, aunque no había razón para ello. Lo que vi me estremeció: un hombre, sentado en la acera donde se paran los autobuses, había abierto varias bolsas de basura y comía con fruición. La imagen desconsoladora que tantas veces vi de Bangladesh, Eritrea, Haití y otros países paupérrimos, se hacía realidad en MI país. En mi país petrolero. En mi país que recibió los ingresos más altos per cápita del mundo entre 1999 y 2014.
El día antes, mi peluquera me había contado, con lágrimas en los ojos, que su hermana que vive en San Félix, Estado Bolívar, estaba trágica porque un camión cava de Mercal lleno de pollos había llegado por fin… Y los pollos estaban podridos. Lo peor de la historia es que el chofer decidió botarlos en un terreno baldío y la gente saqueó el camión. Me dice que el hombre gritaba “esos pollos no se pueden comer, están malos” y la gente seguía como si nada. “Lávenlos con vinagre”, gritaba una mujer “y después los hierven”. Esto pasó en MI país. En mi país petrolero. En mi país que recibió los ingresos más altos per cápita del mundo en los últimos quince años.
Lo que pasa es que en MI país, en mi país petrolero, en mi país que recibió los ingresos más altos per cápita del mundo en los últimos quince años, se han “perdido” (¡ROBADO!) la friolera de 300.000.000.000 dólares (con todos los ceros, para que nadie se equivoque), aunque según los muy informados Héctor Navarro y Jorge Giordani, que finalmente dicen lo que tanto tiempo callaron y apadrinaron, fue más. ¿Cuánto más? ¡Sabrá Dios!
Lo que sí sabemos es que el robo ha sido estratosférico y no podemos quedarnos de manos cruzadas, ni pretender que aquí no pasó nada. Yo espero, no que los pongan presos, porque como las leyes venezolanas no pesan nada, saldrán libres en meses a disfrutar de sus fortunas mal habidas. Yo quiero que les quiten lo robado a todos esos ladrones: desde los altos jerarcas del chavismo, pasando por los cuadros medios, hasta a los “opositores” que han sido testaferros, cómplices y han hecho negocios con un régimen absolutamente amoral.
Maduro pasará a la historia como el peor presidente que jamás haya habido en Venezuela, un récord nada honroso, pues hay que ver que aquí ha habido malos presidentes. Pero el gran culpable, el Terminator de Venezuela se llamó Hugo Chávez. El hombre resentido que vino a cobrar su resentimiento y empeoró todos los males que lo llevaron al poder. Fue el hombre que desvalorizó el trabajo y convirtió al pueblo en mendigo, para luego extorsionarlo. Fue el hombre que aupó el robo entre sus acólitos, para luego chantajearlos. Fue el hombre que usó argumentos falaces para dividir al pueblo. Fue el hombre que en vez de aprovechar la oportunidad dorada de la subida de los precios del petróleo, su carisma y poder de comunicación para crear riqueza, igualdad de oportunidades y prosperidad, llevó el país a la ruina. Nadie, nadie en el extranjero entiende cómo llegamos a esto. Tampoco nosotros mismos.
Yo sé que el CNE –y los demás poderes- harán lo posible y lo imposible por evitar el revocatorio. (De paso, sugiero que cuando recojan las firmas, que no dudo que sobrepasarán el 20% exigido, aprovechen y recojan también las firmas para la Constituyente). Hay que tratar por todas las maneras constitucionales de salir de esta pesadilla. Si todavía tiene dudas de cuán mal estamos, cuando vaya por las calles, fíjese en los basureros, cómo están registrados por quienes tienen hambre. Al pasar por una cola, pregúnteles a quienes están en ella si comieron el día antes y qué comieron. Pero no dejen que la desesperanza los arrope… Hemos descendido mucho, es verdad, pero ¡vamos a salir de esto! Vaya y firme con esa convicción.]]>

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