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Murphy, Lorenz, Peter y el caos venezolano

El educador canadiense Laurence Peter formularía en 1969 su principio de “jerarquiología”, aplicable a las organizaciones modernas. “Todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse.”

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FOTOGRAFÍA: DAGNE COBO BUSCHBECK

“Por falta de una uña, se perdió el zapato;

Por falta de un zapato, se perdió el caballo;

Por falta de un caballo, se perdió el jinete;

Por falta de un jinete, se perdió la batalla;

Por falta de una batalla, se perdió el reinado”

Proverbio popular (Siglo. XIV)

La palabra caos deriva del griego, aunque habitualmente se refiere a lo impredecible, sobre todo en el campo científico. A través de diversas variaciones lingüísticas en el tiempo, su significado se fue acercando hoy día al de desorden, aunque ésta última palabra también tiene la cualidad de la impredictibilidad, ¡que lo sabremos nosotros!

Fue el matemático y meteorólogo estadounidense, Edward Lorenz uno de los principales precursores de la teoría del caos. También fue quien introdujo el famoso término del “efecto mariposa” «el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York».

Lo esencial de este concepto es que cualquier sistema dependiente y sensible a las condiciones iniciales (por ejemplo, en nuestro caso, la relación fármaco – dependiente con los precios petroleros a lo largo de nuestra historia contemporánea y especialmente en los últimos años) está sujeto a que cualquier variación en los datos (en nuestro caso, los precios petroleros y consiguientemente los menores o mayores ingresos) derive en situaciones que evolucionan en forma totalmente diferente, duales (bonanza vs decadencia, derroche vs escasez, ausencia de planificación vs búsqueda desesperada de alternativas, incremento de las importaciones y destrucción de la producción local vs promoción de las exportaciones no petroleras y reactivación del aparato productivo, whisky vs aguardiente, llamados al generoso ejercicio de la “talabartería de cinturones” para regalarlos a granel vs llamados a apretarse los roídos cinturones, etc, etc)

Los sistemas caóticos son también extremadamente sensibles a cualquier perturbación inicial, generándose en forma amplificada efectos considerables en el corto y mediano plazo. Mientras menor es la dependencia del comportamiento de las variables definidas como críticas, mayores son las posibilidades de evitar un caos. ¿Cuáles son nuestras variables críticas? No terminaría la lista…

En el caso de la Ley de Murphy, de la cual se derivarían a su vez muchas mas leyes aplicables a casi todas las actividades humanas, recogidas en los libros de Arthur Bloch, la misma fue enunciada por Edward A. Murphy Jr., que trabajó en 1949 en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, en experimentos con cohetes sobre rieles.

Su postulado básico es: “Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal”. Es decir, en nuestro caso, que si determinadas políticas han demostrado en el tiempo que no funcionan, probablemente no funcionaran tampoco ni en el presente, ni en el futuro, agravando aún más la situación presente.

Finalmente, el educador canadiense Laurence Peter formularía en 1969 su principio de “jerarquiología”, aplicable a las organizaciones modernas. “Todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse.”

En los máximos niveles de las organizaciones sin mucho esfuerzo, se pierde la capacidad, no solo de formular objetivos, sino también de evaluarlos, seguirlos, implementarlos, modificarlos o corregirlos si es el caso que no dan los resultados no solo esperados, sino también los mas óptimos. De allí la importancia de contar en todas las organizaciones con niveles técnicos que puedan seguir, alertar y recomendar cursos de acción apropiados.

Si las organizaciones se llenan de puros mandones y mandamases la dinámica interna de la organización será la de buscar responsables a diestra y siniestra sin mirar y medir internamente la magnitud de los errores para corregirlos.

Estas tres formulaciones de los referidos autores han signado negativamente nuestra historia. Varios teóricos del caos han expresado que éste podría comprender o contener un orden no entendido.

Lamentablemente en estas latitudes el conocimiento que “algunos” han tenido del supuesto orden en el caos, los ha incentivado a promoverlo “ordenadamente” y sacarle provecho.

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