De Interés

La dignidad y el carnet de la patria

La espuria decisión de Nicolás Maduro de exigirles a los jubilados que para cobrar sus pensiones deben sacarse el carnet de la patria resucitó el tema en las redes sociales venezolanas. ¿Hasta cuándo va a seguir atropellando a quienes trabajaron toda su vida y se ganaron el derecho a tener su pensión sin tener que estar supeditada a tener o no tener carnet alguno? ¿O será que Nicolás Maduro en su carácter de reposero simplemente no entiende lo que significa “haber trabajado toda la vida”?...

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FOTOGRAFÍA: ARMANDO DÍAZ | EL ESTÍMULO

El hecho es que dentro de la discusión de si sacarse o no el carnet de la patria siempre sale a relucir la palabra “dignidad”. Y muchos se lanzan a insultar a diestra y siniestra a quienes consideran “indignos” por habérselo sacado. La dignidad, ciertamente, tiene que ver con el decoro. También con el honor y el respeto personal. Y yo añadiría que es así en situaciones normales. Porque en situaciones de supervivencia el ser humano es capaz de dejarse llevar por sus instintos más primitivos. ¡¿Y qué más supervivencia que poder comer?!
Ponerse en los zapatos del otro es algo que en estos tiempos no abunda en Venezuela. Nos hemos vuelto cínicos respecto a nuestros compatriotas. Y para un país, el que sus ciudadanos se vuelvan cínicos unos respecto de otros, es una tragedia. ¿Cómo acusar de indigna a una mujer que tiene tres hijos pequeños y no tiene trabajo (ahora habrá aún más desempleados con el exabrúptico aumento de sueldo) de sacarse el carnet de la patria para darles algo de comer a sus hijitos? Hace un tiempo escribí en este mismo portal sobre el caso de una joven que encontramos desmayada en la acera con un bebé desgañitado llorando a su lado. Estaba famélica. ¿Es acaso “indigna” si se saca el carnet de la patria?
Mantener al pueblo en modo supervivencia es una táctica para impedir que insurja. Está tan débil, tan ocupado buscando sus necesidades básicas, que es prácticamente imposible que ni siquiera proteste. Ahí está Cuba. Sólo tenemos que mirarnos en ese espejo. Pero aquí los talibanes, de entrada, sin que medie reflexión, mucho menos empatía, tachan de “indignos” a quienes se han sacado el fulano carnet. ¿No es ésa, en sí misma, una indignidad?…
No tengo dudas de que los vagos y rentistas de siempre se lo sacaron para seguir en la chamba. Pero muchos de quienes lo tienen lo hicieron por necesidad. ¿Estarán dispuestos a compartir sus neveras repletas quienes desde su confort los insultan? ¿Cuántos sacrificios más le exigirán a un pueblo vapuleado, humillado y hasta hético?

Un señor en Twitter recordó a Franklin Brito, cuando pedí que no se les llamara indignos a quienes por necesidad se sacaban el carnet de la patria. Franklin Brito fue una excepción. La regla es que los seres humanos nos aferremos a la vida: el instinto de supervivencia, quizás el más fuerte de todos. Franklin Brito hizo como Héctor en la guerra de Troya: aun sabiendo que Aquiles lo iba a matar, con su libre albedrío optó por enfrentársele. Lo de Franklin Brito fue una decisión consciente. Franklin Brito no era un hombre pobre y además tenía educación. La pobreza y la ignorancia juntas son una bomba de tiempo.
Yo estoy segura de que saldremos de este régimen. De lo que no sé si vamos a salir es de tanta estupidez reconcentrada. Como dijo Einstein, ésta es infinita…]]>

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