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Migrantes en la frontera entre EEUU y México: así viven las últimas horas antes de levantarse el Título 42

Algunos venezolanos que viajan en grupo prefieren esperar a obtener cita a través de la aplicación CBP One una vez que el viernes se amplíe el horario y funcione 23 horas al día. Cruzar el río "no es opción porque vamos a perder todos los derechos de un proceso legal si nos dan la oportunidad de entrar a Estados Unidos. Podemos entrar pero nos pueden echar para atrás automáticamente porque entramos ilegalmente", dijo el venezolano Andrés Sánchez

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AFP

Este jueves 11 de mayo expira la norma sanitaria invocada para expulsar a la mayoría de los migrantes que llegan a la frontera entre Estados Unidos y México, pero pedir asilo podría ser igual de difícil para muchos de ellos a partir del viernes.

A las 23H59 hora de Washington (03H59 GMT del viernes) se levantará el llamado Título 42, una norma activada durante la pandemia para supuestamente frenar el covid-19, pero que en la práctica se utilizó casi 2,8 millones de veces para expulsar a migrantes.

En ella se escudaban las autoridades para bloquear la entrada de los más de 200.000 migrantes que intentaban cada mes llegar a Estados Unidos con la esperanza de salir de la miseria o huir de la violencia y la corrupción.

Toca a su fin después de idas y venidas en los tribunales, donde los republicanos, que acusan al presidente demócrata Joe Biden de laxista, hicieron lo posible para mantenerla en vigor.

El gobierno estadounidense lleva más de un año preparándose para ello con una batería de medidas que incluyen recompensas para los migrantes que empiecen a tramitar sus solicitudes antes de llegar a la frontera mediante la aplicación móvil CBP One, los programas de reunificación familiar o los permisos humanitarios para cupos de venezolanos, haitianos, nicaragüenses y cubanos.

«Cruzar no es opción»

Pero también hay castigos, como el endurecimiento del acceso al asilo para aquellos que no adopten estas «vías legales» o no tramiten su caso en un país de tránsito hacia Estados Unidos. Una decisión que ha valido a Biden comparaciones con su predecesor, el republicano DonaldTrump, partidario de una política migratoria dura.

En dos ciudades fronterizas del lado mexicano, Ciudad Juárez y Matamoros, los cruces de migrantes han aumentado esta semana, constató un equipo de la AFP.

Pero algunos venezolanos que viajan en grupo prefieren esperar a obtener cita a través de la aplicación CBP One una vez que el viernes se amplíe el horario y funcione 23 horas al día.

Cruzar el río «no es opción porque vamos a perder todos los derechos de un proceso legal si nos dan la oportunidad de entrar a Estados Unidos. Podemos entrar pero nos pueden echar para atrás automáticamente porque entramos ilegalmente», dijo el venezolano Andrés Sánchez.

Se refiere a la aplicación del Título 8, que ya se viene usando y permite expulsar a todo aquel que entre sin visa o la documentación necesaria.

El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, insistió el miércoles: «Aquellos que no usan vías legales para entrar en Estados Unidos no son elegibles para el asilo».

Salvo excepciones, serán expulsados a sus países de origen, y en el caso de los cubanos, nicaragüenses, haitianos y venezolanos, a México.

Un activista, que pidió no ser identificado, declaró a la AFP que muchos de los migrantes que pudieron entrar en los últimos días han sido expulsados a México por la frontera de California, a unos 1.000 km de distancia.

Mayorkas repite desde hace meses que «la frontera no está abierta», pero las autoridades prevén un aumento de la afluencia durante los próximos días. Últimamente muchos vienen de Cuba, Venezuela, Haití, Nicaragua y Colombia, al contrario de meses atrás, cuando solían proceder de El Salvador, Guatemala y Honduras.

«Tuve suerte»

«Será caótico por un tiempo», reconoció Biden, cuyo gobierno ha desplegado a 24.000 agentes del orden en la frontera junto con otros 1.100 nuevos coordinadores de la patrulla fronteriza.

El alcalde de El Paso, una ciudad fronteriza estadounidense, coincide con él.

«Va a ser algo difícil, muy difícil todos los días y todavía tenemos que seguir preparándonos para lo desconocido», declaró Oscar Leeser en rueda de prensa.

No todos son nervios. Algunos migrantes están contentos.

«Fue un viaje con bastantes tropiezos, de dormir en el piso, pasamos hambre, pero no perdimos la fe en Dios y aquí estamos (…) La primera vez me devolvieron [deportaron] y no perdí la fe y lo volví a intentar», declaró a un periodista de la AFP en Brownsville el venezolano Cleiber Colmenares, de 26 años y padre de dos hijos.

Eibor Tovar recibió la citación para comparecer ante un juez migratorio en noviembre de este año.

«Tuve suerte, me dieron la cita antes que a otros, hay gente que la pusieron en 2026. Estoy feliz porque ahora puedo continuar, yo lo que quiero es trabajar», declaró este migrante a una periodista de la AFP en El Paso. «Una luz al final del túnel».

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