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Accidentes de tránsito: un problema de salud pública que se normalizó en Venezuela

En Venezuela ya no se habla de accidentes de tránsito con preocupación, sino como un asunto de exceso de motorizados en las principales ciudades del país. Pero el problema es claro: vemos muchos más porque ocurren más. En enero de 2024 la cifra llegó a 303 siniestros y especialistas explican lo que hay detrás

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No importa si vas de piloto o pasajero. En moto, auto o bicicleta. Cualquiera que maneje por Caracas puede confirmar que los accidentes de tránsito son tan comunes como las infracciones que nadie penaliza.

La cola siempre avisa. Cuando pasas el punto de choque suspiras y sueltas: “Menos mal que no fue a mí”. Y más recurrente: “Tenía que ser un motorizado”. Luego lo olvida, porque un siniestro vial solo es un agregado a la “normalidad” de Venezuela, un país que sufre una crisis multifactorial.

Aun así, las cifras son alarmantes: en enero de 2024 el Observatorio de Seguridad Vial (OSV), una organización no gubernamental, registró 303 accidentes viales y la muerte de al menos 112 personas. Las cifras son extraoficiales, levantadas mediante la revisión de medios regionales de todo el país y reportes de colaboradores.

De acuerdo con la ONG, 87 de los accidentes dejaron víctimas fatales y 150 dejaron por lo menos 520 lesionados. Solo 66 no presentaron daños corporales.

De las víctimas mortales, 81 eran hombres y 39 de ellos motorizados. 11 fueron arrollados y 28 murieron por choques o colisiones. Otros 31 fallecieron dentro de un vehículo particular y siete eran peatones. Solo dos eran ciclistas.

En cuanto a las mujeres, el conteo registró 20 fallecidas: cinco que fueron arrolladas en la vía pública, ocho que iban en moto como parrilleras y otras seis que podían ir como acompañantes o conductoras de un vehículo.

También hubo seis niños involucrados en accidentes. El caso más mediático ocurrió en la avenida Baralt de Caracas el pasado 24 de enero, donde una niña que iba en un autobús murió luego de que este chocara con otros dos vehículos tras perder los frenos.

Ese día en redes sociales cientos de usuarios indicaron que no pudieron llegar a tiempo a sus trabajos o tuvieron que caminar hasta un punto menos congestionado. Sin embargo, no hay registro de que las autoridades hicieran seguimiento al conductor del bus para saber si hizo las reparaciones necesarias y tampoco habló más sobre el estado de salud de la madre de la niña, que también resultó lesionada junto a otras 12 personas.

Los datos que ofrece el OSV evidencia lo que recoge la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último Reporte Global de Seguridad Vial sobre los accidentes de tránsito en la región de las Américas: la mayoría de los siniestros involucran a hombres motorizados, considerados parte de los grupos vulnerables en las calles junto con los ciclistas y peatones. Casi siempre son personas en edad productiva, entre los 15 y 65 años. Y residen en un país de ingresos medios o bajos, como Venezuela.

Distrito Capital: el segundo estado con más accidentes

De acuerdo con el OSV, Carabobo fue el estado que más reportó accidentes con 27 hechos y le siguió Distrito Capital con 26. Después están Aragua (23); Lara (20); Miranda (20); Bolívar (16); Anzoátegui (16); Táchira (14); Portuguesa (13); Falcón (6); Zulia (6); Mérida (5); La Guaira (5); Monagas (4); Guárico (3); Trujillo (3) y Cojedes (1).

El resto de accidentes se dieron en arterias viales, como carreteras y autopistas, para llegar a la cifra total. La Autopista Regional del Centro fue donde más ocurrieron siniestros.

Aunque no son colisiones o arrollamientos, el OSV indicó que también hubo nueve casos de vehículos que se incendiaron o se accidentaron por tuberías rotas.

Según Luis Cedeño, sociólogo y director ejecutivo de la Asociación Paz Activa, la ONG que coordina el OSV, este dato es importante porque la falta de mantenimiento de los vehículos puede ser una de las causas de los accidentes de tránsito.

Esto tiene más sentido en países como Venezuela, donde el parque automotor está envejecido, sobre todo si hablamos de unidades de transporte público y vehículos particulares.

Accidentes y el costo de ser pasajero

Manuel Pérez* tiene 25 años y es una de las personas que sufrió un accidente de tránsito en Caracas durante el mes de enero. El lunes 29, como en otras ocasiones, pidió una moto a través de una aplicación de transporte para ir a su lugar de trabajo.

Durante el recorrido notó que el conductor se movía con exceso de velocidad entre avenidas y le pidió reducirla. Sin embargo, lo ignoró y casi al final de la carrera decidió pasar en contravía por una calle de Chacao y meterse entre dos carros que hacían una cola para surtir gasolina. En ese momento, uno de los vehículos avanzó y chocaron.

«Me cuentan que volé por encima de la camioneta y caí en el esfalto». Aunque no tenía consciencia, todo el accidente quedó registrado por cámaras de seguridad.

El joven recibió auxilio médico en Salud Chacao y luego fue trasladado a un traumatólogo: «Me dijo que si no tenía seguro o dinero para pagar una operación, debía ir a una institución pública». Fue en el Hospital Militar de Caracas donde Manuel se hizo placas y exámenes para determinar todos los daños: sufrió doble fractura en el hombro, en la muñeca y el dedo meñique. Además perdió un diente y tuvieron que suturar su boca porque con el impacto se la rompió.

«Los médicos traumatólogos se ofrecieron a operarme a bajo costo en una clínica privada. Esa operación fue el 10 de febrero, estuve inmovilizado casi una semana y media en mi casa para evitar complicaciones». El costo de la intervención fue de 5.000 dólares.

Manuel sobre la intención de los médicos.

Ahí se fueron los ahorros de Manuel, también el aporte de amigos y familiares en Venezuela y en el exterior: «Reunimos de todas partes, pero hay que sumar los gastos de consultas, implementos médicos, exámenes y las terapias, que cada una cuesta 30 dólares y llevo apenas siete. Es un gasto a corto, mediano y largo plazo, estimo yo que serán seis meses y más de $10.000 en puro gasto«.

La empresa detrás de la aplicación solo le dio 500 dólares a Manuel por el accidente, un 10% de los 5.000 dólares que pagó inicialmente.

«Al parecer, cuando ocurren este tipo de siniestros, hay un seguro. Ellos dijeron que me iban adelantar un pago, pero que se podía tardar hasta tres meses».

Hasta ahora, Manuel conserva su puesto de trabajo y le dieron permisos para que se recuperara. Sobre el motorizado que ocasionó el accidente solo sabe que huyó, robó su celular y todavía su familia piensa en introducir una denuncia ante las autoridades.

¿Son las motos una causa real de los accidentes?

Una de las organizaciones que trabaja en Caracas ofreciendo servicio gratuito de paramédicos cuando ocurren accidentes de tránsito como los de Manuel es Ángeles de las Vías.

Su labor inició en noviembre de 2018 y en el año 2022 atendió 1.189 accidentes viales.

Jonathan Quantip, director de esta ONG, señala que en un mes es posible auxiliar 100 o más siniestros en la zona metropolitana, que comprende Caracas y algunos lugares de Miranda y Vargas, y también confirma lo que ya se ve: gran parte de los accidentes involucran a motorizados, al menos los que ellos atienden.

Conductor de moto en Caracas con varios niños de pasajeros. Foto cortesía.

Entre las causas señala: “Los accidentes más comunes se dan por el caucho que se explotó. El vehículo que frena (o acelera) de golpe. Motorizados que se encuentran en la vía y chocan entre sí. Si eso pasa entre carros, es probable que no ocurra nada. Pero cuando se trata de motorizados hay lesiones (incluso si es leve)”.

El director de Ángeles de las Vías asegura que se ven más accidentes viales que implican motorizados porque claramente hay más vehículos de este tipo en el mercado: “Las motos son económicas. Cualquiera tiene acceso a una moto y mucha gente con poca experiencia puede desplazarse en ellas. Y sí, muchos venezolanos ven las motos como un problema, pero realmente son una solución a un problema de movilidad que tenemos desde hace muchos años”.

“Desde antes de la pandemia el transporte público fue decayendo y es muy difícil para las personas moverse. Además el Metro también tiene problemas. Entonces, alguien que viva en una comunidad lejana y tiene dos muchachitos montados para llevarlos al colegio… Lo criticamos y hay razón. Pero detrás está la historia de que tenía que agarrar un jeep, el metro y luego irse al trabajo. Entonces, para resolver el asunto de las motos, hay que resolver el de movilidad”, expresa.

Motorizados

Según Luis Cedeño, la resolución del problema de movilidad no es lo único a tomar en cuenta, sino que también debe incluirse la revisión de los programas de educación vial y de las sanciones para que sean acordes al nivel o tipo de infracción que comete el conductor.

Por ejemplo, habla de que no puede ser de menor valor una multa por exceso de velocidad a una por no usar el cinturón de seguridad.

Esta es una situación que se ve claramente en algunos municipios de la capital. Uno de ellos Chacao, que hasta septiembre de 2023 cobraba 24 dólares por exceso de velocidad y 60 por estacionar en un lugar prohibido o restringido.

Cifras para buscar soluciones

Otro factor de importancia que menciona Cedeño para crear o mejorar políticas públicas en torno a la vialidad es la publicación de datos oficiales sobre los accidentes de tránsito. El anuario de mortalidad de 2016, el último publicado en Venezuela, indicaba que las muertes por siniestros viales fueron 4.899.

Por otra parte, en el 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que en el país se registraron 7.028 muertes por accidentes viales, siendo Venezuela el tercer país de la región americana con mayor tasa de siniestros de este tipo: 33.7 muertes por cada 100 mil habitantes. Vale decir que este porcentaje de la tasa de muertes llegó en 2021 a 39,00 por cada 100 mil habitantes.

De manera extraoficial, el Fondo Mundial para la Seguridad Vial (GRSF por sus siglas en inglés), un programa del Banco Mundial que hace investigaciones sobre esta materia, publicó porcentajes según el tipo de víctima relacionados con la cifra que reportó en 2018 de la OMS. Estas son sus estimaciones comparadas con las cifras de la OMS sobre Venezuela en 2008:

Jonathan Quantip resalta además que también haydificultades para conseguir información si se visitan las emergencias de hospitales públicos, que son los centros que reciben a la mayoría de víctimas de los accidentes.

LaOMSexplica que esta realidad, que pareciera no cambiar en el corto plazo en Venezuela y otros países de la región americana -quees la segunda que más reporta casos (28%) que involucran a motorizados después de asia sudoriental (48%), por ejemplo-, es un problema desalud públicaporque se sobrecarga el sistema de salud de forma prolongada.

Esto quiere decir que no solo se deben atender a los heridos y lesionados al momento del hecho, sino monitorear su estado de salud en el tiempo e incluso asistirlo en caso de necesitar terapia o tratamientos luego de meses o años.

Agrega Cedeño: «Es un problema de salud pública porque está vinculado a factores humanos y eso significa que es totalmente prevenible».

Además hay que mencionar el impacto económico: el último Reporte Global de Seguridad Vial de la OMS estima que los accidentes de tránsito cuestan a los países 3% de su Producto Interno Bruto.

Hasta 2008, según el Global Status Report On Road Safety de laOrganización Panamericana de la Salud,Venezuela perdió 6,6% de su PIB por los accidentes viales.

Otra razón para conocer cifras es que estas permitirían comparar adecuadamente la realidad venezolana con la de países hermanos.

Sobrevivir un accidente: aprender a vivir

Roberto José Colmenares tiene 42 años y 22 de ellos los ha vivido sin su pierna izquierda, la cual perdió en un accidente de tránsito en Higuerote, una región costera del estado Miranda el lunes 11 de febrero del año 2002, justo en la temporada de Carnaval. En ese momento, estaba a dos meses de cumplir 21 años.

«Yo me fui en mi carro con un grupo de amigos y le pedí a uno que me prestara la moto para hacer una diligencia rápido y ocurrió. Era una carretera doble vía e iba por el lado que me corresponde, pero un carro que venía en sentido contrario giró en U y me embistió. La culpa fue de ellos, yo iba por el lado derecho, el que me corresponde», cuenta.

Cicatrices que le quedaron a Roberto luego del accidente en moto. Foto: María José Dugarte.

«Mi mamá me decía que no fuera al viaje, pero yo insistí y mira el resultado de lo que me pasó», expresa Roberto, quien duró en coma 20 días en el Hospital de El Llanito, en Petare, a donde lo trasladaron tras el accidente.

Cuando despertó,Roberto ya no tenía su piernay le explicaron que también había sufrido fracturas en las costillas y que le suturaron heridas en la mano izquierda y la cabeza. Recuerda que no supo asimilar la noticia y que solo lograba calmarse cuando sus amigos lo visitaban:«Ahí dejaba de llorar, echaba broma, pero cuando se iban volvía a lo mismo».

Roberto durante su época del colegio. Era el joven más alto. Foto de cortesía.

Roberto no tiene estimaciones de cuánto gastó su familia por el accidente, pero sabe que todo el acompañamiento económico y moral salió de ellos: «Yo también recibí acompañamiento psicológico, pero creo que la mejor ayuda viene de uno mismo, de la idea de no ponerse límites».

Antes del accidente de tránsito, Colmenares trabajaba como parquero en una sinagoga en Caracas y además era jugador de softball y de baloncesto en el equipo de Chapellín, la comunidad donde aún vive. Aunque no pudo volver al deporte, cuando salió del centro de salud, casi dos meses después, volvió a manejar su carro, un modelo automático. Luego logró conducir un vehículo sincrónico: «Con la pierna que me quedaba pisaba acelerador y freno, y con la muleta el croche». En el 2005 incursionó en el mundo de los mototaxis, un trabajo del que vive junto con ser DJ.

Roberto y un amigo durante un viaje. Foto cortesía.

Eso sí, aprender a manejar las muletas al 100% le tomó casi un año: «Ahora sí camino rápido y hasta con una pierna me aguanto».

Su independencia no ha evitado la discriminación:«Cuando no tienes prótesis, y vas en muletas, en Venezuela te asocian con la mendicidad y tampoco te quieren dar trabajo por los beneficios que implica recibir».

«En la calle la gente desconocida me ha dicho que tienen familiares que también sufrieron amputaciones por la misma razón. Ellos me invitan a sus casas para hablarles, para que vean que es cierto que se puede manejar, y a varios los he ayudado a ponerle la adaptación que tiene mi moto para que salgan adelante», dice Roberto.

Mostrando esta foto Roberto cuenta que durante dos años y medio fue reportero comunitario del medio de comunicación venezolano El Bus TV. Narraba las noticias a sus vecinos junto a Joel Barreto. Actualmente, los dos hicieron una alianza para recrear a niños y jóvenes de su comunidad. Foto: María José Dugarte.

El consejo que repite a todo el que maneja moto es el mismo: «Por muchas situaciones te ves obligado a manejar moto y lo mejor que puedes hacer, es aprender manejar con prudencia. Además escuchen a sus padres porque tienen un sexto sentido».

Este es el carro de Roberto. Está en reparación y una vez esté listo espera poder hacer más carreras como taxista. Foto: María José Dugarte.

Aunque Roberto supo el nombre de la persona que lo embistió el día del accidente, su caso no tuvo justicia: «Por eso no hubo responsabilidad moral ni económica. Ellos tenían un familiar que era fiscal y nunca fueron a las audiencia, que se hacían en el Circuito Penal de Cloris, en Guarenas, y no comparecieron».

«Yo tengo el expediente y todo eso, pero como estamos aquí en Venezuela… Aquí todo es dinero. Si hay dinero tienes justicia para ti, pero sino no tienes», declara.

Error humano: lo que hay detrás de un accidente

Luis Cedeño considera que el boletín de enero de 2024 revela que el 90% de los accidentes de tránsito ocurrieron por error humano: imprudencia, uso del celular, ingesta de alcohol y la mezcla de esto con el desconocimiento de las normas de tránsito y la poca capacitación del conductor. Sobre esto último destaca:«Las licencias de conducir no son un derecho, es un privilegio. Por ejemplo, los ciclistas debería tener una licencia de primera, pero la gente no sabe eso».

Para el sociólogo está claro: todo parte de la educación vial, algo que también han expresado grupos ciclistas y organizaciones defensoras de los derechos de los peatones como Ciudad Laboratorio.

Con la intención de aproximarse a una cifra real, el Observatorio de Seguridad Vial prepara un informe sobre los accidentes que ocurrieron en 2023 en Venezuela e informó que podría presentarse al finalizar el primer trimestre de 2024. El último que pudo hacer se publicó en 2017.

Mientras tanto Cedeño mantiene su posición:“El punto de partida es la educación vial y eso parte desde que los niños comienzan a involucrarse con la vialidad, en la escuela y el hogar”.

Nota del editor:

Manuel Pérez es un nombre ficticio que se usó para proteger la identidad de la víctima del accidente.

Los datos Fondo Mundial para la Seguridad Vial consideran cifras de la OMS, el Banco Mundial y otras instituciones que trabajan para promover la cultura vial en el mundo. Por eso no se consideran totalmente exhaustivos.

El Observatorio de Seguridad Vial presentará un nuevo corte de los accidentes de tránsito durante febrero en Venezuela en marzo.

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