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Real Madrid: gracias árbitro por los favores concedidos

El equipo español resuelve la eliminatoria complicándose hasta el último minuto. Un gol en propia puerta le dio vida a un Bayern que, con muy poco, fue mucho más en la casa blanca y fue perjudicado por un terrible arbitraje.

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Fotografía: EFE

Terminó jugando con 10, cuando el rival debió hacerlo primero. Le marcaron en tiempo extra, no una vez sino dos, en posición ilícita y aún así el Bayern de Múnich se puede ir con el pecho hinchado. El Real Madrid no fue superior. Su juego está muy lejos del 4-2 que dice el marcado y menos del acumulado, 6-3. Sí, clasifica, pero vuelven los demonios, como en las secuelas de Freddy Krueger. Lo peor: Barcelona le espera a la vuelta de la esquina.

Hay un antes y un después de la expulsión de Arturo Vidal en el minuto 84. Hasta entonces se discutía con pasión si Casemiro -en un partido errático- estaba jugando «gratis», tras la zancadilla a Robben en el área, en el minuto 53. Era la segunda amarilla y, con un gol en contra, pues Robert Lewandowski ejecutó bien desde los 12 pasos, el partido habría sido otro. Sin embargo Víctor Kassai consideró que no era necesario castigar dos veces al local. La decisión del principal húngaro, si actuamos como los revisionistas de la historia, afectó la sucesión de hechos posteriores.

También es cierto que Vidal, desde el minuto cinco, fue perdonado en varias oportunidades. Se trata de un gran jugador, que se entrega con la pasión del rugby en un deporte que sanciona mucho el contacto físico.

Volvamos al 1-0 desde el punto penal. Ese tanto produjo un terremoto en el Real Madrid, que había sido superior ocasiones en la primera parte. Sergio Ramos, Kroos, Marcelo, Cristiano… varios fueron los disparos que podrían haberle dado una gran tranquilidad al Bernabéu. Pero no. Hay una premisa no escrita en santa biblia blanca: si algo luce fácil, los jugadores harán todo lo posible por complicarlo. El 0-0 de los 45 minutos iniciales fue la introducción de esa historia de expiación y el 1-0 el desarrollo de la trama.

Cristiano de 9

La ausencia de Bale parecía una buena oportunidad para ensayar algo diferente. El 4-3-3,  con el galés, Benzemá y Cristiano rondando en área del contrario no ha producido lo que, en teoría, debería generar jugadores con gol y desmarque. Esos problemas ofensivos parecen tener una solución o al menos, hay ejemplos de ello, cuando el portugués abandona el costado y se planta como un «9» neto. Así zafó Zidane en Alemania, cuando se retiró Bale, Asensio se tiró al medio y Carvajal se despararmó por su lateral. Ellos dos, de hecho, asistieron a CR7. Dos centros al punto penal y punto. Directo y sencillo. En casa, la fórmula repetiría, aunque tardó en aplicarse. Eso a pesar de la presencia de Isco desde el primer minuto.

Fue un centro de Casemiro, quien luchó el balón con la vergüenza de un gladiador, el que le permitió a Cristiano colocar la pelota con la cabeza en un costado imposible para Manuel Neuer. Ese 1-1 en el ’76 devolvía el alma al cuerpo de los fanáticos que estaban en las gradas. Era una película mil veces vista. Un Déja Vu que debería completarse con un gol de Sergio Ramos.

El gol de Ramos, en efecto, llegó. Pero en propia puerta. Fue una jugada muy rara, en la que el balón sale de la punta del pie del defensa en cámara lenta. Un castigo, como ese largo recorrido de Jesús con la cruz a cuestas, que personificaban fieles piadosos en Semana Santa y a los que mi mamá me obligaba a asistir. El 2-1, con 12 minutos por jugar, igualaba la eliminatoria. La Procesión iba por dentro.

Cuando las tinieblas se posaban sobre la capital española y los siete jinetes del Apocalipsis preparaban el ataque, apareció el húngaro Kassai. Mandó a las duchas a Vidal, por una jugada que no parecía falta. Y luego convalidó – o al menos fue cómplice- En el 2-2: un centro de Sergio Ramos encontró a Cristiano dialogando con el portero alemán. Lo curioso fue que pocos del Bayern protestaron. Allí se acabó el partido.

El 3-2 y el 4-2 no fueron más que consecuencias de un Bayern entregado a la épica y un Madrid listo para comerse el postre. El tercero fue un precioso desmarque de Marcelo, que merece verse en 4D, aunque la jugada la termina Cristiano en posición ilícita y el cuarto es una definición a lo Messi, que eleva a Asensio a la calidad de crack, algo que viene mostrando desde Alemania.

La clasificación del Real Madrid a semifinales traerá consigo el eterno tema de las ayudas arbitrales y la utilización de la tecnología. Buenísimo para Twitter, pero inútil en estas instancias. No hay premio para el perjudicado.

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