Nadal no dio tregua y mandó en el US Open

El español llegó a Nueva York como el número uno del mundo, pero el mote de favorito no estaba de su lado tras las caídas en octavos y cuartos de final en los Masters 1000 de Montreal y Cincinnati, respectivamente.
Pero se trata de uno de los mejores tenistas de las historia, alguien cuyas experiencias marcan el camino para lo que viene a continuación.
A la espera del servicio de su rival a un metro de la pared del fondo, el manacorí incomodó desde el primer game, al punto de llevar a Anderson al deuce en cada uno de sus juegos de saque en la primera manga.
Este año sobre cemento, el sudafricano solo fue víctima de break en el 16% de las veces que le tocó servir, pero frente al europeo, su mayor herramienta se volvió vulnerable. Con esta dificultad desde el inicio e impactando cada vez más pelotas con slice del español, el trigésimo segundo de la ATP tenía los minutos contados.
Un rompimiento fue suficiente en el segundo parcial y de entrada al tercer set otro a favor del balear para encaminar las acciones.
Mover la estructura del alto sacador fue también tarea primordial para Nadal, enfocándose en las aperturas para condicionar los impactos del contrario.
Con la victoria, el español alcanzó su décimo sexto Major, segundo en la lista de todos los tiempos y manteniendo la primera casilla de la clasificación. Mientras, Anderson entró en los libros de historia del US Open al ser el jugador de más lejano ranking en disputar la final.]]>