A un año de la tragedia de Chapecoense no hay justicia ni indemnización

Hace un año, 71 personas perdieron la vida en un trágico accidente aéreo cuando el vuelo 2933 de LaMia se estrelló en el Cerro El Gordo ubicado en el municipio de La Unión en Bolivia.
En el siniestro perdieron la vida 19 jugadores de la selección brasileña, 14 miembros de la comisión técnica y nueve directivos del Club Chapecoense. Solo 6 pasajeros sobrevivieron: una azafata, un técnico de aviación, un periodista y tres jugadores del equipo (Alan Ruschel, Jackson Follmann y Helio  Zampier).
El diario español El Mundo recuerda que a un año de la tragedia las investigaciones siguen abiertas y no se ha encontrado al responsable. El día del accidente las ilegalidades sobraron.
«El avión viajó de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) a Medellín con el combustible justo para la duración del vuelo, cuando las normativas aéreas exigen que carguen el doble en el depósito para situaciones de emergencia. El seguro de la compañía boliviana Lamia estaba caducado, por lo que no podía volar. Pero ni los dos controladores aéreos, ni el jefe de la Dirección General de Aeronáutica boliviana -al tanto de los problemas-, ni el piloto -también dueño de Lamia- se preocuparon por esos detalles», enumera el medio.
Los familiares no solo no han encontrado justicia, sino que la mayoría de ellos no fueron indemnizados. Solo los allegados a los 19 jugadores recibieron el equivalente a 28 salarios de cada fallecido, gracias a un seguro de la Confederación Brasileña de Fútbol. El resto quedó a la deriva, indica El Mundo.
Cerca de las 10:10 pm el avión habría desaparecido del radar cuando estaba por aterrizar en el Aeropuerto Internacional José María Cova de la ciudad de Medellín.
El club que en 2009 disputaba la cuarta división, se había embarcado rumbo hacia su primera final internacional frente al Atlético Nacional de Colombia por la Copa Sudamericana 2016.
Homenajes 

La montaña donde sucedió el accidente lleva el nombre de “Cerro Chapeconese”, pues Luis Albeiro Valencia (53) construyó en su finca un monumento que recuerda lo que ocurrió. En lo alto de un palo está una réplica a pequeña escala del avión hecha en madera junto a dos columnas de ladrillo; una de ellas coronada con las llantas del tren de aterrizaje y la otra con un balón apenas inflado.
Los últimos objetos, asegura Valencia, le fueron obsequiados por su ayuda durante las labores de rescate.
«Esto es para recordar, para que no los olviden (…) con el tiempo seguramente todos se olvidarán de ese morro», dijo el agricultor.
Debajo del tren de aterrizaje está un álbum con los nombres y rostros de los fallecidos y sobrevivientes.
El Atlético Nacional, que cedió el trofeo de la sudamericana a los brasileños, encabeza los actos de conmemoración que se realizarán hoy en La Unión. Develarán una placa en memoria de las víctimas en el parque central.
También se oficiarán dos misas, una de ellas será en la montaña donde cayó el avión. La jornada incluirá un minuto de silencio y el sobrevuelo de una aeronave de la Fuerza Aérea de Colombia.
Uno de los asistentes al homenaje será Andrés Congote (23), quien hace un año se desempeñaba como jefe de operaciones de bomberos de La Unión.
Congote fue uno de los primeros en llegar al cerro esa noche, todavía recuerda lo que le dijo a sus 16 compañeros socorroristas cuando se enteró que el avión se había estrellado.
«Vamos a trabajar con todo. Hay muchos muertos, y esta gente venía por una ilusión, y aquí quedó». El joven bombero había comprado un boleto para ver jugar a su equipo, El Nacional, en la frustrada final.
En Brasil, el Club Huracán decidió no realizar ningún acto por «respeto a quienes sobrevivieron y respeto por los buenos recuerdos». Sin embargo, abrirá las puertas del estadio Arena Condá para los visitantes,  el cual contarán con un espacio especial para oraciones.
Además, el túnel que lleva de los camerinos a la cancha, será adornado con las imágenes de los fallecidos celebrando victorias.
El estadio también acogerá la vigilia «Algunas luces nunca se apagan», organizada por la Diócesis de la ciudad de Chapecó, y se llevará a cabo una procesión hacia la catedral San Antonio.
Las campanas sonarán a la hora exacta del accidente.
 El renacer 

Tras el golpe de muerte de hace un año, el Chapecoense debió afrontar una dolorosa reconstrucción cargada de altibajos, pero logró salvar la primera categoría en 2017.
De los tres futbolistas que sobrevivieron solo el lateral Alan Ruschel volvió a jugar con el equipo luego de una recuperación casi milagrosa.
Mientras el arquero Jakson Follmann perdió la pierna derecha, y el defensa Helio Neto -el último de los sobrevivientes en ser rescatado- aún se encuentra en recuperación. Su regreso a las canchas está previsto para el año 2018.
Los otros dos sobrevivientes, la azafata Ximena Suárez y el técnico de aviación Erwin Tumiri, poco a poco retoman sus vidas en Bolivia. Hoy día, Suárez se desempeña como modelo y conferencista motivacional.


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