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Savarese campeón: Todo lo bueno que tiene un venezolano

El título que consiguió Gianni Savarese en Estados Unidos es el colofón de una gran carrera en la MLS, que comenzó como jugador y ahora completa como técnico. Con él, otros estrategas venezolanos están mostrando que sí hay talento para dirigir equipos y selecciones en el mundo

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Savarese

Cuando era muy chamo, en la familia teníamos un tío que era profesor de la Universidad de Nuevo México. Desde muy joven y gracias a la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, estudió e hizo vida por allá. Venía a Venezuela una vez al año y cada vez que lo hacía, era el acontecimiento: chaquetas, vasos, ropa, suvenires, juguetes. Era el tío que vivía en Estados Unidos, pero era nuestro tío.

Me ha pasado igual con Gianni Savarese, flamante campeón del torneo “MLS is Back” con su Portland Timbers. También siendo yo chamo, él era el futbolista venezolano con mejor desempeño en el extranjero. “El Bombardero del Bronx” había hecho toda su carrera en Estados Unidos y solo venía al país a vestirse aquella fea camisa amarilla de la selección para defender nuestros colores patrios. Era el tío “gringo”, pero era nuestro. Parecía ajeno, pero no lo era.

Savarese es la MLS, Savarese es soccer. El fútbol norteamericano está vinculado al nombre del hoy entrenador venezolano (desde 2007 forma parte del Salón de la Fama del balompié de aquel país). Su imagen sin mácula, de un hombre recto, exitoso y trabajador, ha sido explotada en beneficio de ese campeonato que por fin despegó de una vez por todas. Era el referente del gol cuando jugaba, un formador luego, comentarista en una importante cadena de TV y ahora es, por fin, campeón como DT.

El título del martes es el colofón para una carrera impecable, intachable. Profesional en todo sentido, lo logrado debe ser apreciado no solo por el fútbol venezolano sino por todos quienes nacimos en esta tierra. No hay mancha en ese chamo que se fue muy joven a estudiar en la Universidad de Long Island, tras debutar en la Primera División de Venezuela con el querido pero extinto Deportivo Italia.

“Siempre he querido abrir camino para otros venezolanos desde que era jugador profesional y ahora como técnico también”, dijo en su presentación como técnico del Timbers en 2017 y hoy, esa enorme legión de futbolistas y tantos miembros de cuerpos técnicos que trabajan en EEUU deben estar contentos porque quien, con su ejemplo, hizo ver a los norteamericanos que el fútbol de acá es valioso.

Lo que hizo Savarese no puede ser reivindicación. Es la confirmación de que los técnicos nacionales están dando pasos importantes en su desarrollo y que, junto con los futbolistas, son la parte que nunca se ha estancado en nuestro fútbol. A pesar de las críticas, de las deficiencias que puedan considerarse en la formación de los jugadores, el técnico venezolano está bien calificado y poco a poco gana más terreno en los escenarios internacionales; importantes algunos, además.

Daniel Farías, quien trabajó en The Strongest, Cerro Porteño y la Selección de Bolivia, decía en un seminario internacional que el nombre del técnico nacional está muy bien valorado en el escenario continental y que su preparación está a la altura del mismo. “A pesar de algunas limitaciones, existe una cantidad de entrenadores capacitados trabajando en Venezuela y en el exterior, que han demostrado que la buena formación técnica es posible en el país, a pesar de las carencias. El desarrollo positivo de los métodos de trabajo y el aumento del conocimiento y profesionalización de los entrenadores venezolanos no solo ha aumentado el nivel, sino que brinda mejores posibilidades de aprendizaje a los que quieran prepararse y formarse”, aseguró en su intervención, revelando que sí hay un buen trabajo y que el esfuerzo individual de tantos entrenadores que buscan superarse, poco a poco rinde frutos.

El primer paso que diera Richard Páez al dirigir a Millonarios tuvo continuidad.  Él, la referencia de los técnicos nacionales (su trabajo está muy valorado y conceptuado por sus colegas en el continente), abrió el camino para que otros entrenadores siguieran su estela. Siendo Venezuela la única selección de Suramérica que no ha acudido a un mundial de fútbol y hasta hace 20 años, la cenicienta continental, el mérito que tiene cada futbolista y cada técnico con ganarse el llamado del extranjero, es encomiable.

Las noticias siguen cayendo en cascada, todas muy buenas. El 13 de agosto, fue anunciado que los técnicos venezolanos Saúl Maldonado y Ángel Sánchez, acompañarán al danés Thomas Christiansen en la dirección técnica del seleccionado panameño. Maldonado, altamente conceptuado en el país del istmo por su trayectoria al frente del popular Tauro, ha tenido que batallar con la xenofobia (muy propia en estos días de éxodo criollo), pero su trabajo, el conocimiento al detalle del fútbol de Panamá y los resultados le avalan para ser el brazo derecho del ex jugador del FC Barcelona.

El crecimiento es evidente y sostenible. Y la guinda: Rafael Mea Vitali, otro venezolano, asumirá la vacante dejada por Saúl en Tauro. Añadimos algo: suena fuerte el nombre de Rafael Dudamel para dirigir a la selección de Ecuador. Si comienza la eliminatoria mundialista con el yaracuyano dirigiendo a los de la mitad del mundo y César Farías a Bolivia, se estarían rompiendo los prejuicios sobre el desarrollo y crecimiento del técnico del patio: de diez países en liza, dos estarían bajo manos de venezolanos (paradójicamente, la Vinotinto sería dirigida por un extranjero).

Justo cuando los opinadores condenan y satanizan el nivel del fútbol venezolano, hay quienes no paran y siguen trabajando para crecer y alcanzar cotas en algún momento utópicas para nuestro fútbol. Esos son nombres que quedarán como referencia, como punto de partida de que sí se puede crecer en las dificultades.

¡Gracias, Gio!

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