Aunque hay un acuerdo técnico “de principio”, “lo que no tenemos es un acuerdo político”, advirtió Annika Breidthardt, portavoz de la Comisión, horas después de que Atenas sugiriera que se había alcanzado un compromiso final.
Logrado a primera hora del martes, tras negociaciones maratónicas, este acuerdo técnico incluye un préstamo de 85.000 millones de euros (94.000 millones de dólares), indicó el gobierno griego.
La portavoz de la Comisión explicó que el Comité Económico y Financiero de la UE, que coordina las políticas económicas comunitarias, mantendrá una conferencia telefónica con representantes de los 28 Estados del bloque europeo para “hacer un balance” del pacto.
Desde hace más de dos semanas, el gobierno griego negocia las condiciones de este plan de rescate con sus acreedores (Unión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional y Mecanismo Europeo de Estabilidad).
Aunque ambas partes han advertido que quedan detalles por solventar, estos “no afectan al espíritu general del acuerdo”, indicó otra fuente del ministerio de Finanzas heleno a la AFP.
Según la agencia griega ANA, el primer ministro Alexis Tsipras llamó el lunes por la noche a la canciller alemana Angela Merkel, al presidente francés, François Hollande, al presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, y al del Parlamento Europeo, Martin Schultz, para reafirmar la “voluntad general” de alcanzar un compromiso, según ANA.
– Objetivos fiscales comedidos –
Según el diario Kathimerini, para cerrar el acuerdo Grecia ha tenido que aceptar la adopción inmediata de 35 reformas.
Estas van desde un aumento de las tasas aplicadas a las compañías de transporte marítimo hasta la reducción del precio de los medicamentos genéricos, pasando por un reforzamiento de la lucha contra la delincuencia financiera o la desregulación del sector energético.
Según el portal web de información in.gr, una vez cerrados los detalles pendientes, el gobierno de Alexis Tsipras quiere someter el acuerdo al Parlamento, posiblemente este mismo martes, para que haya una votación el jueves.
En ese caso, el Eurogrupo (los ministros de Finanzas de la Eurozona) podrían validarlo el viernes. El calendario sería ideal para que Grecia empiece a recibir dinero antes del 20 de agosto, fecha en la que debe abonar al BCE un pago de 3.400 millones de euros.
Durante la noche se anunció un pacto sobre los objetivos fiscales de Grecia de aquí a 2018, uno de los puntos principales de la negociación.
En virtud de lo acordado, Grecia tendrá en 2015 un objetivo de déficit primario (excluyendo los intereses de la deuda) de 0,25% del PIB, según la agencia semiestatal ANA.
A partir de ahí, el objetivo es tener un excedente primario de 0,5% del PIB en 2016, 1,75% en 2017 y 3,5% en 2018.
Los negociadores moderaron sus exigencias en este punto, tomando en cuenta la ralentización económica del país desde la llegada al poder en enero del gobierno de izquierda radical Syriza: en junio le exigían unos objetivos de excedente fiscal primario de 1% este año, 2% en 2016, 3% en 2017 y 3,5% en 2018.
El gobierno dijo en un comunicado que los acreedores habían aceptado “ligeros ajustes” en los objetivos fiscales que ayudarán a impulsar el crecimiento y ahorrarán unos 20.000 millones de euros en comparación con las medidas prometidas por la anterior administración conservadora.
Añadió que los bancos griegos recibirían inmediatamente 10.000 millones de euros del paquete y serían totalmente recapitalizados para finales de año.
“Por ello, no existe absolutamente ningún riesgo de reducción de los depósitos”, señaló el comunicado.
La economía del país se está viendo además afectada por el control de capitales instaurado desde finales de junio, para evitar una retirada masiva de dinero de los bancos.
Para hacer digerir a la opinión pública ciertas medidas sociales difíciles, Tsipras quiso dar ejemplo, y anunció el lunes, fuera del acuerdo, una mayor imposición a los diputados y una reducción del sueldo de los ministros.
por John Hadoulis y Odile Duperry