Economía

El chavismo inaugura la era de cochinos en apartamentos y casas

El gobierno venezolano acaba de inaugurar una nueva era en la producción de carne porcina en el país, y ha comenzado a promover la cría de cerdos en balcones de apartamentos, terrazas de edificios y patios de casas, en el marco del "Decreto de Estado de Excepción y Emergencia Económica".

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Foto: Archivo

El decreto 2.533, publicado en la Gaceta Oficial 41.025 la semana pasada, pasó un tanto desapercibido, en medio de tantas prioridades de los hacedores de las políticas públicas. En esencia establece que «acatando el supremo compromiso y voluntad de lograr la mayor eficacia política y calidad revolucionaria en la construcción del socialismo», se ordena que toda la producción porcina en zonas urbanas y periurbanas «deberá desarrollarse estrictamente bajo el sistema de cama profunda».

«Hasta dos cerdos pueden tenerse en un edificio, en un estacionamiento, en cualquier área urbana», postulaba el viceministro Yader Salazar, de «Agricultura para el Desarrollo de Proyectos Urbanos». El sistema, bajo en consumo de agua, es masificable y sustentable, argumenta.

Según testimonios de la época, en Cuba, durante los años del Período Especial, muchas familias criaban cerdos en pleno corazón de La Habana. Los escondían en baños y cuartos para burlar leyes sanitarias. Muchos veterinarios y curanderos se encargaban de cortar las cuerdas vocales de los animales para que tuvieran una ceba silenciosa hasta que les llegara su sábado.

Pero en el socialismo a la venezolana, nada de eso será necesario, a juzgar por los planes impulsados por el propio Nicolás Maduro, quien firma el decreto publicado el 7 de noviembre.

El secreto del éxito que permitirá olvidar las moscas, gusanos, chiripas y malos olores será la «cama profunda».

«Es un sistema no contaminante, reduce el impacto ambiental», apuntaba el viceministro en una reciente entrevista con el canal oficial VTV.

Consiste en colocar debajo de los animales una capa de arroz, o aserrín, donde las excretas se descomponen de manera uniforme en cada módulo para la producción porcina agrourbana, explicaba el viceministro ante los entusiastas presentadores del discurso oficial.

«Con un cerdo se puede alimentar una familia», agregó el funcionario sin explicar por cuánto tiempo habrá chicharrones, perniles y morcillas en cada casa.

Se quejaba de que hasta ahora esto no era posible debido a una ley que atribuyó al fenecido presidente Carlos Andrés Pérez. Según el funcionario, el sistema anterior fue diseñado para favorecer los intereses de grandes criadores porcinos a escala industrial, arrebatándole al pueblo la posibilidad de autoabastecerse con sus animales en la propia casa.

Aparentemente se refería al decreto 635 publicado en la Gaceta Oficial de Venezuela Nº 4.158, el 25 de enero de 1990, donde estaban  las normas anteriores para la instalación de granjas porcinas.

El nuevo modelo cuya era comienza ahora, impulsa una nueva economía local, una nueva actitud productiva, dijo.

El entusiasmo por la nueva agropecuaria socialista logró contagiar a los presentadores matutinos de VTV

«Yo quiero criar mi cochinito» , dijo uno de los presentadores mientras despedía el programa matutino de entrevistas dedicado a la cría de pequeños cochinitos, lechoncitos aquí en la zona urbana.

«Hoy arranca una nueva etapa de los CLAP para satisfacer todas las necesidades de los venezolanos», explicaba el presentador del programa de VTV, sobre los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, del Partido Socialista Unido de Venezuela, cuyo trabajo hasta ahora se limita a racionar alimentos básicos que son vendidos quincenalmente o mensualmente a precios subsidiados a algunas familias que no sean manifiestamente opositoras, en barriadas pobres.

Más allá de los patios y balcones, la nueva normativa oficial para la cría de cerdos da un plazo de tres años para que los productores a mayor escala se adapten a los beneficios de la cama profunda.

«La producción porcina en unidades ubicadas en zonas urbanas, periurbanas y rurales, que se hayan establecido con anterioridad a la entrada en vigencia de este Decreto, deberán adecuar los sistemas de tratamiento de aguas residuales, o efluentes, tales como lagunas de oxidación, tanques sépticos y sumideros, entre otros, empleando las modalidades adecuadas para cada caso», reza el artículo 4.

«La producción porcina, establecida o por establecerse, en las áreas rurales deberá desarrollarse mediante el empleo alternativo de modalidades de bajo impacto ambiental, sanitario y público, pudiendo establecerse a través de sistemas de producción de cama profunda; sistemas de producción con pisos de cemento o rejilla con el uso de biodigestores para el tratamiento de aguas residuales, o sistemas de producción a pastoreo con el uso de microorganismos eficiente», señala el artículo 3.

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