Una vida familiar en el torbellino de la hiperinflación
Existe un antes y un después de la hiperinflación. La familia Ardila Cabrera lo sabe. Cambiaron las rutinas, los hábitos, y los pequeños placeres se convirtieron en grandes lujos. El presupuesto se desangra. El dinero no alcanza, ni queriendo. Se vive con lo mínimo, como se pueda, estirando cada bolívar. “Donde comen dos, comen tres”, no suena a refrán sino a proeza. Rendir la plata es la clave y sobrevivir la meta, si la hiperinflación que comenzó hace un año deja]]>