Pocas horas después del anuncio de sanciones por parte del gobierno de Donald Trump contra el régimen de Nicolás Maduro, las primeras colas por gasolina se hicieron evidentes en bombas de Caracas.
Son, a todas luces, el preámbulo de un problema que comienza escalar y que desde hace años es frecuente en varios estados del interior del país.
Las recientes sanciones aprobadas por el gobierno de Trump contra el de Maduro, alcanzan a Petróleos de Venezuela y su filial en Estados Unidos, Citgo.
Estados Unidos es el principal socio económico y comercial de Venezuela, cuya industria petrolera está integrada desde hace una centuria a la del principal consumidor y productor de hidrocarburos del mundo.
Cálculos de El Estímulo, sobre la base de cifras de la Agencia de Información de Energía del Departamento de Energía de Estados Unidos, reflejan que en los primeros 10 meses de 2018 Venezuela compró un promedio de 122.500 barriles por día de gasolina, diésel, petróleo parcialmente refinado y derivados que completan un tercio del abastecimiento interno de Venezuela.
«En el corto plazo se les va acabar la gasolina y el fuel oil. Y después tendremos problemas de escasez por falta de dólares para importar. Van a tener que racionar», señaló el economista y experto petrolero Francisco Monaldi, quien ha estudiado el colapso de la industria petrolera de Venezuela.
Según varios expertos, la industria petrolera venezolana sufre un colapso tras años de ineficiencia gerencial, corrupción, falta de personal calificado, endeudamiento insoportable y en mora; actividades políticas y sociales populistas a favor del Partido Socialista Unido que la desviaron de su negocio medular.
De modo que la sanciones llegan en su peor momento en décadas.
El venezolano promedio ya sufre los frecuentes apagones eléctricos y falta de gas para cocinar. Inclusive el eterno racionamiento de agua que sufren las ciudades del país se debe en parte a problemas con plantas de bombeo del líquido hacia las grandes urbes, a su vez causados por falta de repuestos, energía y mantenimiento.
Solamente entre enero y agosto de 2018, el gobierno de Venezuela pagó un aproximado de $797 millones en gasolinas terminadas, y otros 960 millones en fuel oil, lo que incluye diésel para automóviles, maquinarias y para plantas de generación termoeléctrica, según cálculos de El Estímulo sobre datos de la Agencia Internacional de Energía y considerando los precios promedio de los combustibles en 2018.
Esos $1.757 millones aproximadamente fueron gastados básicamente en la entrega de combustibles gratis a conductores venezolanos, mientras la vasta mayoría sufre el colapso del transporte público y prospera el uso de camiones de carga para pasajeros, llamados coloquialmente por los venezolanos como «perreras».
Pdvsa importó durante los primeros 10 meses de 2018 otros 49.000 bpd en promedio de petróleo parcialmente refinado desde Estados Unidos.
Con esto ayuda a completar el suministro de sus refinerías en suelo venezolano.
Tomando en cuenta el precio promedio del mejor petróleo vendido por Estados Unidos (que estuvo en $67 y estuvo todavía por debajo del petróleo parcialmente procesado), Venezuela gastó al menos otros $988 millones en esos 10 meses.
A comienzos de 2018 Estados Unidos sobrepasó a Rusia y a Arabia Saudita para convertirse en el mayor productor mundial de petróleo, según datos de la Agencia Internacional de Energía, para alcanzar el récord histórico de 10,9 millones de bpd.
Sus exportaciones de hidrocarburos promediaron 1,9 millones de bpd, el doble de lo exportado en 2017, según la misma fuente. Ya exporta más crudos que productos destilados, y casi el doble que Venezuela.
En Venezuela la gasolina y el diésel son técnicamente gratis. En agosto pasado Maduro dijo que los cobraría a precios internacionales, pero nunca se atrevió a aplicar la medida en medio de un duro programa de ajustes económicos que ha disparado aún más la hiperinflación, pobreza y profundizado la peor recesión en suelo americano en 100 años.
No será tan fácil ni expedito para el gobierno chavista conseguir sustitutos al suministro desde Estados Unidos
“Mi advertencia a banqueros, corredores, operadores, facilitadores y otros negociantes: no negocien con oro, petróleo ni otros productos básicos (commodities) que han sido robados al pueblo de Venezuela por la mafia de Maduro. Nosotros permanecemos listos para continuar tomando acciones”, escribió en su cuenta de Twitter el consejero de Seguridad del gobierno de Donald Trump, John Bolton.
Una seria crisis de suministro de combustibles en Venezuela es inminente en cuanto Pdvsa no pueda conseguir sustitutos, señala el economista experto en petróleo Rafael Quiroz.
El corte del suministro desde Estados Unidos se espera para este viernes, con el inicio de un nuevo mes, dijo.
Los cálculos de Quiroz, que apela a fuentes dentro de PDVSA, revelan importaciones por un promedio de 58.500 bpd de gasolina, además de aditivos para la parte de la gasolina que se produce todavía aquí.
El mercado interno consume unos 340.000 bpd, incluyendo el diésel.
“Las refinerías nuestras tienen varias plantas paradas y estamos produciendo a escasamente el 32 por ciento de toda la capacidad instalada de las 6 refinerías, que es 1,3 millones”, agregó Quiroz.
“No producimos lo suficiente para abastecer el mercado interno”, recalcó.
“En diésel tenemos problemas desde hace tiempo y no hemos podido arreglarlos. Y esa es una delas razones principales de los apagones. Estoy casi seguro de que Pdvsa no ha hecho nada para solucionar el problema del diesel”, agregó.
“Seguimos sacrificando este combustible que es sumamente caro, para abastecer al sector industrial”.
“Si Pdvsa no se mueve rápido para cubrir esa ausencia de importación de Estados Unidos para acá de componentes de gasolina y de gasolina ya elaborada, podríamos estar en una situación dramática, caótica, en 10 a 12 días”, dijo Quiroz.
El problema es que no hay otros países cercanos que pudieran solventar la situación, más allá de México o Brasil, pero estaría por verse si el gobierno de López Obrador está dispuesto a desafiar a Estados Unidos, su principal socio comercial.
Yo tenía una luz
La falta de electricidad es un problema crónico en Venezuela desde hace años. Varios anuncios de programas de inversión para diversificar el suministro se quedaron en el papel y varios proyectos terminaron enriqueciendo a empresarios allegados al chavismo.
Hoy todo el país paga la cuenta y en los próximos días la pagará más caro.
En Venezuela la capacidad instalada teórica era de 35.000 megavatios, de los cuales las plantas termoeléctricas suman 18.000 megavatios, es decir, 51%, explica el ingeniero Winston Cabas, presidente de la Asociación de Ingeniería Eléctrica, Mecánica y Profesional.
“Pero de ese 51% solo hay disponible 20%, unos tres mil megavatios”, agregó.
“Si Estados Unidos dicta medidas para impedir sus exportaciones de diluyentes y aditivos, se va a ir a cero la disponibilidad de las plantas termoeléctricas en un lapso no mayor de 15 a 20 días, que son las reservas disponibles en Pdvsa”, alertó.
El país va a depender más aún del desarrollo hidroeléctrico del bajo Caroní (un río en el sureste del país), pero vamos a necesitar que funcionen perfectamente las líneas de transmisión, y no lo están haciendo por falta de mantenimiento, explica.
De los 12 mil megavatios que se están produciendo en el bajo Caroní, hay siete u ocho que no se pueden sacar por falta de mantenimiento, debido a la falta de inversión y de recurso humano que se ha ido del país por la diáspora de ingenieros que afuera pueden ganar entre 2.000 y 3.000 dólares y aquí 10 dólares por mes.
“El impacto va a ser completo, severo….cuando se agoten las reservas de diésel, gas y fuel oil, que son los que requieren las plantas termoeléctricas”, advierte.
En los estados con vocación agrícola, como Bolívar, Barinas, Táchira, Apure, Zulia, Portuguesa, Aragua, esto impacta la producción de alimentos, señala.
Y el transporte y distribución de alimentos, a su vez será afectado por la escasez de gasolina y diésel.
“Se van a extender los apagones, además en generación no hay un plan, un programa de mantenimiento planificado para los equipos en las estaciones de distribución de Caracas y todo el país”, dijo.
La estación seca, el verano, que está arreciando perjudicará la disponibilidad hidroeléctrica, advierte.
El país necesitaría activar 24.000 megavatios para atender la demanda insatisfecha de la industria, inclusive de las empresas básicas de Guayana, hoy paralizadas y paralizadas; para el turismo y el alumbrado público.
Y tampoco están disponibles los millones de dólares necesarios para eso.]]>