Economía

Monaldi: “La licencia de la OFAC a Chevron es muy frágil”

Chevron recibió una autorización con muchas limitaciones que algunos ven con optimismo por la posibilidad de que sea el primer paso para relajar las sanciones a Pdvsa y otros la ven como lo que es: una manera de cobrar una deuda y conceder “algo” condicionado. ¿Es el también sancionado ministro Tarek El Aissami una piedra de tranca? ¿En qué beneficia esta medida al pueblo venezolano? Hablamos con el experto petrolero Francisco Monaldi para intentar despejar dudas

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chevron petróleo OPEP precio del barril producción petrolera de Venezuela

El ministro de Petróleo, Tarek El Aissami, sostuvo un encuentro con el presidente de Chevron en Venezuela, Javier La Rosa. El meeting se produjo tres días después de que la OFAC otorgara a la petrolera estadounidense una licencia por un año para reactivar su actividad en Venezuela.

“En las próximas horas se firmarán los contratos para impulsar el desarrollo de las empresas mixtas y la producción petrolera”, dijo El Aissami, luego de recibir el “amén” de la gestión del demócrata Joe Biden.

Pero se trata de un asunto complejo, muy complejo. Un enrevesamiento de vectores de todo tipo, que van desde lo técnico a la elucubración banal. Se abren expectativas en el mundo ante la posibilidad de que Venezuela vuelva con fuerza al mercado. ¿Realmente es así?

Consultamos a Francisco Monaldi, profesor-investigador de Política Energética y Director del Programa de Latinoamérica del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice en Houston y director fundador del Centro Internacional de Energía y Ambiente del IESA

-¿Podría, por favor, ponernos en contexto de los antecedentes de esta nueva licencia otorgada por la OFAC a Chevron?

-Primero hay que recordar en qué estatus estábamos. En el año 2019 impusieron sanciones a Pdvsa y en ese momento le dieron una licencia a Chevron porque esta empresa es accionista minoritaria en cuatro empresas mixtas y todas quedaban sancionadas. Entonces a Chevron tenían que darle una licencia para poder trabajar con estas empresas mixtas (Petroboscán, Petropiar, Petroindependencia y Petroindependiente).

No podían vender a EEUU, porque justo habían puesto la sanción al petróleo venezolano en ese país, pero Chevron sí podía exportar al resto del mundo, y, de forma limitada, invertir. Entonces, Chevron llegó a un acuerdo con Pdvsa dentro de esa licencia en la cual había un sistema según el cual la norteamericana exportaba un porcentaje de sus barriles. Eso iba funcionando y Chevron invirtió en esas empresas mixtas.

Pero Donald Trump revocó esa licencia, o, si se quiere, impuso una licencia muchísimo más restrictiva que dice que Chevron solamente puede mantener las inversiones que ya tiene en Venezuela. No puede invertir, ni tomar cargamento. Esto plantea que a Pdvsa le deja de interesar como socio. Se genera una tensión muy grande.

Y, número dos, Chevron no puede cobrar, y se comenzó a acumular una deuda porque los precios subieron mucho en 2021. No sabemos cuánto, pero por encima de los 4 mil millones de dólares. Chevron tenía un año o más pidiendo una nueva licencia, hasta que ocurrió la invasión de Ucrania y allí cambiaron las cosas.

-¿Por qué? ¿Qué es lo que pasó entre los halcones estadounidenses?

-Empezó a haber una presión desde la Casa Blanca al equipo que maneja la política sobre Venezuela, en el sentido de que debía buscarse un acercamiento a nuestro país. Ese equipo desde hacía tiempo quería modificar el régimen de sanciones porque pensaban que había sido un fracaso la política de máxima presión de Trump.

Con esta bendición, incluso con este impulso, Juan González viene en marzo, y toda la historia que ya se conoce. Se empieza por primera vez a hablar de ponerle unas zanahorias a Maduro relacionadas con la flexibilización de sanciones.

Las tres empresas grandes socias de Pdvsa son la rusa Rosneft, la china CNPC y Chevron. De las empresas privadas, la más importante es Chevron y se convierte en el punto focal de la discusión. Incluso desde hace algún tiempo el Grupo de Boston discutía cómo podía ser una licencia para Chevron. Ese es el andamiaje en el cual el gobierno de EEUU autoriza a Chevron a negociar con Pdvsa cómo podría lucir un acuerdo entre las dos empresas, dentro de un marco que la OFAC y el gobierno estadounidense consideraran sensato.

Eso que se está firmando ahora ya estaba discutido desde hace tiempo. Implica cómo va a funcionar el fideicomiso, qué tanto derecho a operar tendrá Chevron, la cual va a manejar todas las inversiones. Eso quedó congelado hasta que se reanudaron las discusiones en México y se aprobó el apoyo humanitario.

-¿Traen algunas sorpresas estas nuevas restricciones?

-Algunas de las restricciones son más fuertes de lo que fueron en la edición anterior de la licencia de 2019. Esta vez el gobierno de EEUU hace hincapié en que solo puede vender en EEUU. La segunda cosa, es que no pueden pagar regalías, impuestos y dividendos producto de esas exportaciones a Pdvsa. Ni siquiera a través de las empresas mixtas.

Eso es una limitación muy complicada tanto para Pdvsa como para Chevron. Habían unos cargamentos que iban a salir en diciembre, pero hay que ver bien porque las limitaciones son más fuertes de lo esperado. Y eso contrasta con las licencias que dieron a ENI y Repsol en junio.

Esto señaliza que el gobierno de EEUU está reconociendo a Maduro como autoridad en Venezuela, pero no le permite obtener ganancias.

Luego, Chevron tiene prohibido trabajar con los condensados iraníes o rusos, y eso hace que Chevron necesite encontrar la manera de conseguir diluyentes para el petróleo de la Faja. Sobre todo porque Pdvsa hizo cambios en el mejorador de Petropiar, que no está produciendo crudos mejorados sino que lo está usando para refinar en Venezuela.

Aunque no le dieron una licencia ampliada a Schlumberger y Halliburton, entre otras empresas de servicios, Chevron va a pedir licencias especiales ante la OFAC, seguramente.

-¿Por qué autoriza el gobierno de Maduro esto si no va a recibir dinero?

-Por el reconocimiento del gobierno de EEUU que autoriza al crudo venezolano a ir a ese país. Chevron participa en 4 empresas mixtas, de las cuales Petroboscán (Zulia) está detenida. Allí se produce un crudo que permite hacer asfalto en EEUU: una primera ganancia es que habrá inversiones y eso beneficia a Maduro porque es mayor producción.

Más inversión en el Zulia, contratistas que sí pagan impuestos, dólares para el mercado cambiario. Y allí hay una primera ganancia.

En cuanto a los barriles que se producen en la Faja, algunos se han exportado. Por esos barriles Pdvsa recibe 50 o 40 dólares, la mitad del precio de un marcador como el Brent o WTI. Uno pensaría que eso es mejor que nada. Pero Chevron está usando una parte para cobrar esa deuda inmensa que tienen con ella, y la otra parte para invertir, lo cual beneficia a Pdvsa y al gobierno.

Muchos de esos barriles se están usando en el mercado interno y se podría exportar a EEUU el crudo Hamaca –el crudo mejorado que se hacía en Petropiar-, que tiene un mercado muy claro en EEUU. Las refinerías están optimizadas para recibir ese crudo. Es una buena alternativa.

Pero hasta que EEUU no cambie esa cláusula, Maduro no va a estar completamente contento. Maduro va a autorizar algunos cargamentos a Chevron, pero le va a exigir que haga inversiones. Esto sí tiene un beneficio para Maduro, pese a que las restricciones son muy fuertes. Los halcones en Washington que no querían que la cosa fuera tan rápido pusieron trabas. La licencia se dio por seis meses, y luego debe ser renovada mes a mes. Solo si las cosas marchan bien, esto sigue.

-¿Dónde está domiciliada la incertidumbre de Chevron?

-Si el relajamiento de sanciones va a continuar o no. Si en 2024 ganan los Republicanos y echan todo atrás.

-¿En qué se beneficia Pdvsa?

-En Venezuela no ha habido un solo taladro operando desde 2020. Ha sido muy difícil colocar los crudos Boscán y Hamaca. Esto permite entrar de nuevo en un mercado muy atractivo y a un costo mucho mejor. Están mandando a China por 40 dólares, y ahora ganan 70 dólares. En algún momento eso tiene que llegar a Pdvsa. Puede ser que EEUU espere a que Pdvsa pague toda la deuda. Eso es lo que paga Pdvsa, pero lo que espera ganar es más: un tercio de los dólares de cada barril, pero eso no va a ocurrir de momento.

-Un hecho concreto: el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami está sancionado y ha sido declarado por EEUU como uno de los elementos más buscados por supuesto narcotráfico y lavado de activos. ¿No es esto una piedra tranca para cualquier negociación que implique relajar las sanciones sobre Pdvsa?

-Mira, yo me hubiera imaginado que en otro momento eso hubiera sido un obstáculo. De hecho, El Aissami es una persona para la que tienes que tener una licencia para sentarte con él y darle la mano. Pero, bueno, esa licencia por lo visto la tienen, porque el presidente de Chevron estuvo reunido con El Aissami.

Obviamente, eso le mete ruido a todo esto. Sería mejor para EEUU negociar con una persona no sancionada. Pero aparentemente ahora no ha sido un obstáculo, porque ha estado a la cabeza de las negociaciones. Y, por supuesto, para él es una gran ganancia poder retratarse con el presidente de Chevron.

-¿Qué puede venir como consecuencia de todo esto con las otras multinacionales?

-Están ENI y Repsol, que ya tienen la autorización para tomar cargamentos. Lo que se han estado cobrando es el proyecto de gas Perla en Paraguaná, pero ellos tienen proyectos de petróleo pequeños que han dejado abandonados porque no les han pagado. Ahí hay un potencial aumento de producción.

Luego está la francesa Maurel & Prom, propiedad de la indonesa Pertamina, que tiene un proyecto en el Lago de Maracaibo que antes era de Shell. Maurel & Prom también ha pedido una licencia, la cual será concedida si las cosas siguen avanzado como se prevé, para exportar a Europa.

Asimismo, está ONGC de la India que también tiene una deuda represada. Otro candidato es CNPC de China, pero no hay muchas empresas más.

-¿Qué pasa con las licencias, no para producir, sino para comprarle crudo a Pdvsa?

-Recuerda que en el año 2020 se quitó la licencia a Chevron y se le puso la súper restrictiva. Se impusieron sanciones a Rosneft por comercializar crudo venezolano, y se amenazó a los indios y a los chinos con sanciones secundarias. China dejó de comprar petróleo. Por lo cual, Reliance y Nayara –ambas en India- también dejaron de comercializar crudo venezolano.

Desde ese entonces, en particular Reliance ha pedido una licencia. Reliance compraba como 300.000 barriles diarios de crudo venezolano. Llegará el momento en que los indios digan que no es posible que el petróleo criollo vaya a EEUU y Europa, y no pueda ir a India.

Finalmente, está la posibilidad de CNPC. China compra todo por el mercado negro a través de los refinadores independientes, no de la empresa estatal. China quisiera restablecer el hecho de que su proyecto Sinovensa exporte a China y se cobren la deuda con el gobierno chino de unos 20 mil millones de dólares. Los rusos no se atreverán a pedir nada, y Nayara es socia de los rusos.

-¿Y la licencia de gas a Trinidad?

-La está pidiendo el gobierno trinitario, y alguien tendría que invertir en la plataforma Dragón, posiblemente en sociedad con Shell que es la empresa que tiene las posibilidades. El sueño de Maduro es que le levanten del todo las sanciones ahora en mejores condiciones que antes de 2017.

-¿En qué se beneficia el pueblo de Venezuela?

-Se va a beneficiar muy indirectamente. Y lentamente. Primero por los inversionistas, que podrían llegar a mover 500 millones de dólares al año, pero eso demorará. La reactivación de la actividad económica y el flujo de dólares, etcétera, tardará un poco. Otro beneficio es la ayuda humanitaria que recién se aprobó y la que vendrá en el futuro.

-¿En cuánto se incrementará la producción de Chevron y cuál será su posible impacto en los mercados mundiales?

-Chevron produce hoy, en sus 4 proyectos, 50.000 barriles diarios aproximadamente. En los últimos 12 meses, había producido alrededor de 85.000.

Uno presume que si se abriera Boscán y se incrementara un poco en los campos Piar e Independencia, se podría aumentar 50.000 barriles diarios, en un lapso que desconozco. También hay barriles almacenados.

Hay estimado un incremento a 100 mil barriles en 2023 y allí ya se requiere inversión, lo cual va tomar dos años más, así que para 2024/2025 Chevron produciría unos 200 mil o 220 mil barriles. Eso para Venezuela no es poco. Pero para el mercado mundial es muy poco, estamos hablando de un mercado de 100 millones de barriles.

Simbólicamente, que un país que tiene grandes reservas se reactive es una buena noticia. En el largo plazo es relevante, y luego está la motivación de poner a Maduro a negociar para la redemocratización de Venezuela. En el continente hay una escalada de la izquierda, y ya el Grupo de Lima no puede poner contra las cuerdas a Maduro, lo cual hace que la real politik juegue un rol importante.

-¿Qué papel juegan Rusia y China en este ajedrez?

-Los rusos ya no pueden ayudar, están sancionados, no pueden invertir en Venezuela. En Petromonagas no está invirtiendo, y tampoco en unos campos de gas (Mejillones y Pataos) al norte de Paria. Venezuela debería pedirle a Rusia que se vaya, pero no es fácil pedirle eso a un aliado.

Los chinos son la otra gran pregunta. Antes de la pandemia ellos estaban pensando en un plan de expansión de Sinovensa, pero se han quedado esperando a ver qué pasa con Chevron. Todos los proyectos adicionales podrían sumar 70.000 barriles más. Pero por ahora hay solo que pensar en Chevron. Hablo a futuro.

¿Cuál cree usted que es el nudo gordiano de este complejo asunto?

-Esto es muy frágil. Es un sándwich entre dos gobiernos donde está Chevron. Es un juego muy complejo, un juego económico, político y geopolítico. Eso lo hace todo muy frágil. Puede que fluya una inversión importante, no lo niego, pero sería algo muy frágil. Está la posibilidad de que ganen los republicanos en dos años, de que Maduro no cumpla los acuerdos, y de tener una industria destruida, con pranes que controlan las zonas petroleras y los militares metidos en los guisos.

Pero el precio del petróleo está tan alto que se perfora un pozo en la Faja y se recupera en meses. Es una situación de alto retorno. Esto es bueno para Pdvsa y Chevron. Si no fuera por las sanciones habría mucho más interés en Venezuela. También hay un problema de credibilidad altísimo en torno a Maduro.

Seamos cautelosos al momento de hacer análisis. Todo lo que dije sobre subidas de producción es contemplando los mejores escenarios posibles. Cuando oigo a gente que dice que vamos a producir 1 millón 700 mil barriles a fines de 2023, no sé en qué mundo viven.

Dicen que Irán, Irak y Libia subieron la producción muy rápido. Sí, pero esos son países con una productividad por pozos mucho más alta que la nuestra. En Venezuela no se ha invertido en años, pero sí tenemos una infraestructura para producir 3 millones de barriles, aunque esté en el chasis. Si los recursos de Venezuela estuvieran en Brasil, un país que los maneja bien, se estarían produciendo entre 4 y 5 millones de barriles. Y si estuvieran en Texas se estarían produciendo 10 millones de barriles.

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