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Eduardo Rodríguez es zurdo por accidente

El zurdo sensación del momento en las Grandes Ligas no es zurdo de nacimiento; es zurdo por accidente. Una travesura doméstica cambió la historia del venezolano Eduardo Rodríguez hace tres lustros. “Tenía como siete u ocho años”, recordó el escopetero venezolano frente al reportero estadounidense Christopher Smith, de masslive.com. “Era un día lluvioso y estaba jugando con mis hermanos. Corrí y salte para tratar de subirme a la parte trasera de un camión, pero me caí y me rompí el hombro derecho”.

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El hoy novato de los Medias Rojas de Boston pasó casi un año con el brazo enyesado, pero nunca perdió la pasión por el deporte. Con sus hermanos Jesús y Luis, y con su hermana Abilis, siempre practicaba fútbol, baloncesto y beisbol. “Los médicos me dijeron que no podía lanzar las pelotas con mi mano derecha, porque podía volver a dañar mi hombro. Así que empecé a usar la zurda… y acá estoy ahora”, sonrió Rodríguez.

Sus destacadas actuaciones en la gran carpa solo han confirmado todos los pronósticos de los cazatalentos y analistas en la materia. No en vano comenzó el año 2015 dentro de los ranking de mejores prospectos de Baseball America, Scouting Book, MLB.com, CBS Sports, ESPN, Fangraphs, Sporting News, Baseball Prospectus y MLB Scout, entre otras publicaciones.

Estrella en ciernes.

El escopetero mostraba PCL de 2.98 en Triple A cuando recibió el llamado del equipo grande hace casi un mes. Su comando estaba más que probado con una relación de 44 ponches y 7 boletos en 48.1 capítulos de labor. Se suponía que solo lanzaría contra los Rangers de Texas el 28 de mayo para brindar un descanso al quinteto que integraba la rotación de los patirojos y luego volvería a las menores. Pero su desempeño en esa apertura de emergencia obligó a la divisa que se aloja a Fenway Park a cambiar los planes.

Tres semanas después está atornillado al staff de abridores y sus fotos han ocupado gran certimetraje en los medios deportivos de todo Estados Unidos, no solo en Massachussets. Su nombre ya ocupa un lugar especial en la historia del juego de pelota. Pues el día de su debut lanzó 7.2 tramos en blanco, con solo tres hits tolerados. El único pitcher en los anales de la franquicia de Boston que había sacado más outs sin permitir anotaciones el día de su estreno en las Grandes Ligas fue Billy Rohr, a quien en 1967 le faltó un strike para completar un no hit no run contra los Yanquis de Nueva York.

Casi nada…

Luego, en su segunda apertura, la empresa Elias Sports Bureau confirmó que Rodríguez se erigió en el primer pitcher en la historia de las mayores en debutar con dos aperturas de siete o más episodios, siete o más ponches recetados, tres o menos hits tolerados, dos o menos boletos entregados y una o menos carreras permitidas. Números categóricos.

En su tercera presentación se convirtió en apenas el tercer zurdo desde 1914 en permitir una o menos carreras en 20 o más innings, repartidos en las primeras tres aperturas de sus carreras. Los otros son Kirk Rueter (1993) y Al Tedrow (1914).

Rodríguez solo toleró dos carreras durante los primeros 20.2 innings que lanzó en las Grandes Ligas. Su efectividad ahora es de 3.55, pues Toronto lo castigó con nueve carreras limpias en 4.2 actos el domingo pasado, cuando los Azulejos incrementaron su racha a 11 victorias. La finura del zurdo no iba a durar para siempre. Pero sus 22 ponches, 10 boletos y el WHIP de 1.02 es muestra clara del dominio que impone desde la loma.

Lo de Rodríguez no es un batacazo. Desde que firmó con los Orioles de Baltimore en 2010, siempre se ha dicho que está para grandes cosas. “Desde que lo vi por primera vez supe que Eduardo tenía un talento especial. Tiene una gran ética de trabajo”, dice Jesús Alfaro, quien fue el scout que en 2010 recomendó su firma a los Orioles.

El escopetero empezó a hacerse notar con buenos guarismos en las menores en 2012 y para la temporada de 2013 ya figuraba como el quinto mejor prospecto de los Orioles, según Baseball America. Ese año fue invitado al Juego de las Estrellas del Futuro y relevó un inning de manera perfecta. Ya estaba en el radar de todos.

Baltimore lo entregó a Boston en julio de 2014, para adquirir al relevista Andrew Miller. El resto de la historia es conocida: Es un pitcher joven que lanza a la zurda, es efectivo y controlado. Su recta camina constantemente entre las 93 y 96 millas por hora y la sabe combinar con el cambio de velocidad y la slider. Además, no tiene miedo… Con él, los patirojos han encontrado oro en polvo. “Se habla mucho sobre su aplomo, se comenta mucho acerca de su repertorio, pero también evidente su espíritu competitivo”, dijo el manager John Farrell a los medios estadounidenses, cuando fue abordado para hablar del pitcher revelación. “Estamos viendo a un joven muy especial”, remató. Un joven especial, con una historia especial.

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